En un infortunado desenlace, el módulo de alunizaje estadounidense Peregrine, concebido por la start-up Astrobotic, se encamina hacia su desintegración atmosférica, marcando el fin del intento privado de lograr el primer aterrizaje estadounidense en la Luna en más de medio siglo. Este proyecto, que también buscaba ser el primero liderado por una empresa privada en posarse sobre el satélite, se ve frustrado por una fuga de combustible durante su vuelo.
Astrobotic, responsable del diseño del módulo, tomó la decisión de dirigir el Peregrine hacia la Tierra para garantizar un reingreso controlado y evitar riesgos adicionales en órbita lunar, demostrando su compromiso con la seguridad y la gestión responsable de la misión. A pesar de la adversidad, la start-up continúa recopilando datos de vuelo valiosos que podrían ser clave para futuros intentos, mostrando una visión a largo plazo y la determinación de superar obstáculos.
La empresa, respaldada financiera y estratégicamente por la NASA, había posicionado el módulo para un «reingreso controlado» sobre las aguas del Pacífico Sur. La imagen de despedida del Peregrine, capturando la Tierra oscurecida, simboliza el final de un proyecto ambicioso y la reflexión sobre los desafíos inherentes a la exploración espacial.
El Peregrine despegó desde Florida a principios de la semana pasada, pero una fuga de combustible detectada durante el vuelo impidió su alunizaje planificado. A pesar de este contratiempo, el módulo continuó operando en el espacio, proporcionando datos de vuelo útiles y permitiendo experimentos a bordo, resaltando la resiliencia y la utilidad incluso en circunstancias adversas.
La decisión de Astrobotic de finalizar la misión se basó en la evaluación de las incertidumbres relacionadas con la fuga de combustible, asegurando así la integridad de los satélites en órbita terrestre y evitando la generación de desechos en órbita lunar. Esta medida, aunque difícil, subraya la responsabilidad y consideración hacia la seguridad en las operaciones espaciales.
El Peregrine, transportado por el nuevo cohete Vulcan Centaur de ULA, fue desarrollado por Astrobotic en colaboración con la NASA, que había encargado a la empresa el transporte de material específico a la Luna en un contrato multimillonario. Este incidente destaca los riesgos inherentes a la colaboración público-privada en la exploración espacial, pero también resalta la importancia de aprender de cada experiencia para avanzar en futuras misiones.
Aunque el Peregrine no logró cumplir su objetivo principal, su misión aportó valiosa información y experiencia, contribuyendo al conocimiento colectivo sobre vuelos espaciales. Este revés no detiene los esfuerzos de Estados Unidos por estimular una economía lunar más amplia y enviar naves a bajo costo, como parte del programa Commercial Lunar Payload Services (CLPS). En este contexto, la NASA reafirma su compromiso con la exploración cósmica en colaboración con socios comerciales, demostrando que la audacia y la perseverancia siguen siendo fundamentales en la conquista del cosmos.