La «Comunidad» internacional se apresta para movilizarse y acompañar a Francia en Mali, por su parte en la argentina el consulado de Israel en Córdoba difunde un escrito e invita a la reflexión.
El primer apoyo militar será el de los países del África Occidental. Los jefes de Estado Mayor de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) han estado reunidos el martes y el miércoles en Bamako y movilizarán unos 2.000 soldados de aquí al 26 de enero.
Por otro lado, en Roma, se han reunido el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta y su homólogo italiano, Giampaolo Di Paola.
“Tanto Italia como Estados Unidos hemos expresado nuestro apoyo a la intervención que Francia está llevando a cabo para parar el avance yihadista. Este jueves, como saben, habrá una reunión de los ministros de Exteriores de la Unión Europea y después de la reunión aclararemos las ideas sobre una eventual acción de los 27”, decía Di Paola.
Alemania, España, Dinamarca, Bélgica y Reino Unido también se han comprometido a apoyar a Francia en su guerra contra los islamistas en Mali.
Una ayuda que por el momento solo será logística y financiera, es decir sin despliegue de tropas junto a las galas.
El ministro de Exteriores maliense también estará presente este jueves en la reunión de Bruselas.
El primer apoyo militar será el de los países del África Occidental. Los jefes de Estado Mayor de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) han estado reunidos el martes y el miércoles en Bamako y movilizarán unos 2.000 soldados de aquí al 26 de enero.
Por otro lado, en Roma, se han reunido el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta y su homólogo italiano, Giampaolo Di Paola.
“Tanto Italia como Estados Unidos hemos expresado nuestro apoyo a la intervención que Francia está llevando a cabo para parar el avance yihadista. Este jueves, como saben, habrá una reunión de los ministros de Exteriores de la Unión Europea y después de la reunión aclararemos las ideas sobre una eventual acción de los 27”, decía Di Paola.
Alemania, España, Dinamarca, Bélgica y Reino Unido también se han comprometido a apoyar a Francia en su guerra contra los islamistas en Mali.
Una ayuda que por el momento solo será logística y financiera, es decir sin despliegue de tropas junto a las galas.
En Junio de 2010 la grave crisis que provocó en Israel el asalto de comandos israelíes a la flota que se dirigía a la Franja de Gaza, colocó al entonces gobierno de Benjamin Netanyahu en medio de dos frentes de tormenta: el externo, con la ofensiva diplomática internacional, y el interno, con las críticas domésticas.
Israel refuta las acusaciones extranjeras en su contra, acusa al mundo de hipocresía por su reacción ante lo sucedido el lunes y recuerda que está en guerra con el régimen de Hamas que gobierna Gaza. Sin embargo, admite que no tiene aún una respuesta clara a las críticas de los propios israelíes.
La prensa estaba repleta de serios cuestionamientos al operativo, el comentarista Ben Dror Yemini, de línea generalmente conservadora y que suele refutar con firmeza las críticas internacionales contra Israel, tituló su artículo «Un liderazgo de tontos».
Hoy el consulado de Israel en Córdoba difunde el pensamiento de Yemini a través de su escrito: LO QUE SE VE DESDE ACÁ
El ataque contra las fuerzas islámicas se cobró el precio de cientos de muertos. Los anuncios, desde la zona de combate, son contradictorios. El verdadero número del comentarista Ben Dror Yemini, de línea generalmente conservadora y que suele refutar con firmeza las críticas internacionales contra Israel, tituló su artículo «Un liderazgo de tontos».e muertos se desconoce tanto como los logros o fracasos de ambas partes. El canal Al Jazeera, informa que, los militantes islámicos, se acercan a la capital. Ese es, también, el informe de The Guardian. Otros, sostienen que los islamistas están en retirada. Todo ocurre en Mali, a miles de kilómetros de Francia.
Pero he aquí que Francia cuenta con justificaciones. No es que los rebeldes islamistas disparen misiles contra París, Marsella o Niza. Lejos de ello. Pero la expansión islámica atemoriza a Occidente en general y a Francia, en particular. Por eso, envió fuerzas al huevo africano. No es simple. El norte de Mali, la zona controlada por islamistas, es del tamaño de toda Francia. De hecho, controlan la mayor parte del territorio del país. No aparecen allí decenas de organizaciones de derechos, que filman cada suceso. Ninguna comisión investigadora será creada. Nadie sabe cuántos, de verdad, han muerto en explosiones contra los rebeldes y cuántos son civiles. Según ciertas estimaciones, los rebeldes llegaron a una distancia de 400 kilómetros de la capital y, según otra información, se trata de 700 kilómetros. La ayuda médica se encuentra a una distancia de muchas horas de tal modo que no será una sorpresa que, los informes desde la zona de combate, sean tan confusos.
Y en todo caso, ya queda claro que si dos palestinos de la Franja resultan muertos en un intento de filtración a Israel, serán objeto de mayor cantidad de titulares y cobertura global que los 200 muertos en África a manos de soldados de Francia. Esa es la nueva moral mundial. La doble moral. 6000 civiles de Francia viven en Mali.
Esa es una de las justificaciones para la intervención francesa y la explosión masiva, que ocupan algo menos de titulares masivos. ¿Qué son 6000 civiles, que no están bajo ningún peligro inmediato, frente a los 600 mil civiles de Israel que están, cada tanto, bajo el peligro constante de cohetes y misiles? Lo que obliga a una pregunta: Si un muy lejano peligro provoca un ataque masivo, ¿qué haría Francia si no se tratara de una amenaza tan lejana sino, digamos, de una entidad como Mónaco, que podría transformarse en una base de los islamistas?
Según las proporciones que Francia manifiesta en el presente cabe suponer que, Mónaco, sería borrada del mapa. Continuamos con las proporciones. Hasta el momento ningún ciudadano francés resultó dañado en Mali. Tampoco ningún soldado francés. Y, sin embargo, hay cientos de muertos entre los negros. Se trata de las mismas proporciones que se tomaban en cuenta con las explosiones de la OTAN contra Belgrado, en 1999. Entonces, ¿por qué, los mismos países y esos mismos factores, esgrimen argumentos contra Israel que daña en mucho menos a la gente de Gaza, tanto de forma absoluta como relativa?
En vano buscaremos respuestas. Para despejar dudas, los islamistas en Mali, exactamente como en la Franja de Gaza y en cualquier lugar al que llegan, son un mal para el enfermo; un tumor que se expande y no solo en África. La mayoría de sus víctimas son musulmanas. En Mali hacen estallar sitios islámicos vinculados a las corrientes musulmanas más moderadas, como la corriente del sufismo. La respuesta francesa es la excepción.
La Jihad no penetra solo en África. Eso ocurre también en Occidente, por medio de prédicas en las mezquitas y textos en libros de estudio que cuentan, en general, con financiamiento saudita. De tal modo que resulta extraño que los combatan en Mali, aunque Occidente cierre los ojos.
Hay algo de fastidioso en la hipocresía global. Francia tiene permitido defender sus intereses muy lejanos, pero Israel no puede defender sus intereses cercanos ni la vida de sus ciudadanos. Y, a pesar de ello, se debe felicitar a Francia y al apoyo global en la lucha francesa contra el islamismo radical. Nosotros solo nos permitiremos recordarles sus luchas en la casa de otros, la próxima vez que nos hagan observaciones mientras estamos ocupados defendiendo nuestra casa.
Ben Dror Yemini