Ayer, a partir de las 19.30 horas en el monumento a los caídos por la Patria, muchos carlotenses presenciaron el toque de trompetas realizado por el cabo 1º del regimiento 25 de la compañía Sarmiento de Chubut, Omar René Tabarez, quien luego de 28 años, recuperó su instrumento usado en la gesta de Malvinas, en el marco de la conmemoración de cumplirse 30 años de aquel recordado hecho histórico.
Devolución de un botín de guerra
El día del 28º aniversario de la rendición en la guerra de Malvinas, un soldado que luchó en el frente del Reino Unido entregó a un excombatiente argentino su instrumento musical, retenido por orden de sus superiores en el momento de su detención.
René Omar Tabárez, cabo primero del Regimiento Nº 25 de la Compañía Sarmiento de Chubut que desembarcó en las islas el 2 de abril de 1982, abre la puerta de su hogar en la localidad bonaerense de Paso del Rey. Quien entra es Tony Banks, quien viajó a Buenos Aires especialmente para devolverle a Omar la que fuera su trompeta Stradivarius. Junto a él ingresa Jeff Farrel, el periodista irlandés que, a través de una rigurosa investigación, propició el histórico encuentro.
Oriundo de Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, Tabárez ingresó al Ejército en 1978 y fue a Malvinas como Corneta de Orden del jefe de Regimiento. Nacido es Escocia, Banks formó parte de un grupo de paracaidistas del Ejército británico que desembarcó en las islas en 1982.
Tras la rendición el 14 de junio de ese año, los soldados argentinos fueron arrestados. Entre ellos estaba Tabárez, con sólo 19 años en ese momento. Le correspondió a Banks la tarea de despojarlo de su trompeta. Cruzaron sus miradas un instante y el argentino fue recluido en la bodega del barco. Banks jamás olvidaría a ese joven y Tabárez jamás olvidaría su instrumento musical.
Increíblemente y sin habérselo propuesto, exactamente 28 años después, el 14 de junio de 2010, se reunieron para cerrar una dolorosa etapa de sus vidas.
Tras la finalización de la guerra, Banks entregó a un pequeño museo de Escocia la trompeta y la libreta de partituras. Varios años después, el museo fue cerrado y el ex soldado realizó varias gestiones para poder recuperar aquel instrumento y las partituras. Desde ese momento, no pudo dejar de preguntarse dónde estaría su dueño original, cuál habría su destino.
– ¿Tony, cómo lograste encontrar a Omar?
– Siempre me interesó la situación de los veteranos. Me asesoré con especialistas que afirman que lleva unos 14 años reelaborar el trauma. Es muy difícil hablar de la guerra con los civiles porque quien no estuvo allí, no sabe lo que se siente. Hice un programa de televisión para encontrar veteranos de guerra y busqué a Jeff Farrell por Internet para que hiciera la investigación en la Argentina. Yo solamente le di el número que tiene grabado la trompeta, pero no el nombre que estaba en las partituras. Luego me llamó y me dijo: «Ya encontré a tu hombre».
-Omar ¿qué sentiste cuando te llamaron desde Córdoba y te avisaron que un irlandés te estaba buscando para entregarte la trompeta?
– No entendía de qué se trataba. Me llamó un compañero de la carrera de Música y me dijo que un periodista irlandés me estaba buscando. Yo había pensado varias veces cómo hacer para encontrar mi trompeta porque siempre tuve la sensación de que Tony no había querido quitármela en Malvinas.
El encuentro. La calidez y emotividad del abrazo entre los soldados, sólo pudo ser superada por el momento en el cual se abrió el estuche de cuero que portaba el preciado botín. Omar sólo atinó a decir: «Agradezco el gesto de confraternidad de devolverme mi compañera ausente durante 28 años». Tony respondió: «Los dos somos soldados, y los soldados se respetan, somos seres humanos, la guerra terminó, pero ambos tenemos batallas mentales que pelear. Pero traje algo más, que seguro es tan especial como la trompeta». Y sacó de su bolsillo la libreta de partituras musicales donde se registran los desgarradores acordes de la guerra.
Emocionado, Omar relató que cada vez que se izaba la bandera en la casa del gobernador, él era el responsable del toque de izamiento y de arrío. «Cuando fue el primer bombardeo al aeropuerto, el jefe del Regimiento 25 me ordenó que hiciera un toque de ataque. Y luego, esta trompeta sonó para hacer el toque de silencio cuando murieron cuatro soldados».
– Después de eso, ¿estuviste en contacto con ex combatientes del Regimiento 25?
– No, este es el primer año que voy a la vigilia del 2 de abril que se hace en San Andrés de Giles, Provincia de Buenos Aires. Tuve muchos momentos de depresión, de no querer seguir viviendo, pero gracias a mi familia logré salir.
– Tony, ¿volviste a Malvinas?
Fui en enero. Antes de ir hablé con especialistas que supervisaban a las personas que tienen problemas emocionales para saber cómo reacciona la gente cuando va a las islas. Pensé que iba a ser muy triste pero fue una iluminación, una manera de encontrar a Dios. Fue como sacarse un peso de encima. Entregar la trompeta, es la etapa final. También me di cuenta que nunca tuve ningún tipo de problemas con los argentinos, pero los isleños tienen un resentimiento muy grande con la invasión. También fue muy conmovedor para mí ir a ver las tumbas de los soldados desconocidos, todos hijos o hermanos de alguien.
Las secuelas. Sobre las consecuencias de la guerra en los ex combatientes, Banks mencionó un dato estremecedor: el número de veteranos en Gran Bretaña que se han suicidado supera al de los muertos en combate. Tabárez, en tanto, señaló que en la Argentina los muertos en combate son 649 y están próximos a 1000 los que se han suicidado. «Eso muestra que no pasa por si uno es soldado profesional o no. Habla del daño que hace la guerra», observó.
– Y vos Omar, ¿volviste a Malvinas?
– No, es una deuda que tengo que tendré que saldar algún día si la Virgen de Lujan me lo concede. Los del Regimiento 25 éramos muy devotos de ella. Teníamos una imagen de la Virgen en la culata y en una de las rocas cubierta por un nylon.
– ¿Cómo seguiste tu vida después de la guerra?
– Tuve muchos momentos difíciles. Estudié Profesorado de Historia y cuando cursaba veía a ex combatientes de Malvinas que bajaban de los cerros sin piernas. Y yo no había visto eso en las islas. En mi cabeza se mezclaban todas las batallas. Ahora, estoy retirado como militar. Estuve dando clases de música y, el año pasado, me recibí de profesor de Historia y confío en que, antes de fin de año, estaré trabajando. Concentrarte en ayudar al prójimo es una manera de zafar y sentirse útil entregando lo que tenés para dar.
-Tony ¿qué piensan tus compatriotas de que hayas devuelto la trompeta?
– Hay que hacer una aclaración: no soy inglés, sino escocés. En Escocia hacemos una broma: si te preguntan a quien apoyás, la respuesta es siempre «a cualquiera, menos a Inglaterra».
– Omar, ¿los militares quieren que envíes la trompeta a algún museo?
– Me dijeron que querían dejarla en el Museo de Música del Ejército. La voy a conservar un tiempo y la voy a devolver el 22 de noviembre, el Día del Músico, en Paraná.