El trabajo explica que «como las tasas de propiedad, de alquiler y de tenencia irregular o informal prácticamente no han variado en las últimas cuatro décadas, en la Argentina el déficit habitacional y urbano tiene un carácter estructural, que llevará tiempo para ser superado».
El 12,4% de los hogares aún carece de agua corriente de red, el 26,8% de gas natural domiciliario, el 34,6% de cloacas, el 32,3% de desagües pluviales y el 19,2% de pavimento, según el informe de la UCA.
El trabajo advierte que estos porcentajes, sumados a los de viviendas inapropiadas, tenencia irregular de la propiedad, servicios sanitarios deficitarios y hacinamiento, son notoriamente más altos en el conurbano bonaerense y entre las franjas de menores recursos.
A esto se agrega cifras alarmantes sobre contaminación ya que el 11,7% de hogares están expuestos a industrias contaminantes, el 16,7% a basurales y el 24,1% a plagas urbanas. Estos indicadores son socialmente regresivos porque los sectores de más altos ingresos, y que residen en las áreas mejor ubicadas, «reciben mayores niveles de inversión en infraestructura, están menos expuestos a la contaminación
ambiental y se encuentran mejor cubiertos por una serie de servicios como son la educación, la salud y la seguridad».
«Lo contrario sucede con los sectores más vulnerables, que no cuentan con recursos económicos para suplir lo que no se les brinda desde lo público», señaló el trabajo. El estudio de la UCA explica que «si bien las causas son de larga data, el estudio dice que «los actuales programas de construcción de viviendas, si bien representan un avance en la materia, no alcanzan para resolver el déficit habitacional».
El trabajo advierte que el crédito hipotecario sigue «resultando inaccesible para una importante porción de la población».