De la Sota, el 3 de agosto en La Carlota

Así lo indicó el candidato a gobernador, José Manuel De la Sota: que el miércoles 3 de agosto estaría en la ciudad, después de haber estado ausente en el acto de campaña de la UPC en el salón de Jorge Ross. El lunes último, los medios locales se informaron de que el Dr. no estaría en la localidad, pero que, alrededor de las 14 horas iba a llegar al Aero Club para, desde allí, viajar en automóvil hasta Huanchilla. Por cuestiones climáticas esto se postergó y se informó que a las 17.00 daría una conferencia en Bar Marconi. Pero tampoco esta segunda alternativa para encontrar al Dr. se cumplió. De Alejandro partió a Río Cuarto y, desde el Imperio, a Córdoba. Sin embargo, las faltas continuas de De la Sota, se «remedian» en que estará el 3 de agosto. ¿Vendrá?

2 comentarios en “De la Sota, el 3 de agosto en La Carlota

  1. PARA LOS GOBIERNOS NO EXISTE, PERO A MI ME IMPORTA, ES CORDOBA, MI TIERRA.
    Huascha (Ischilín) . No aparece en los mapas. No figura en ninguna lista de pueblos, ni en el reciente Censo 2008 de la Provincia. No hay cartel que dé señales de su existencia. Pero Huascha existe.
    Arribar a este paraje no es tarea fácil. Los de afuera dirán que es un “pueblo fantasma”, en vías de extinción, pero sus 43 habitantes, de nueve familias, rechazan esa impresión con pasión y se aferran a la identidad de su terruño.
    Está a la vera de la ruta provincial 16, en el árido norte cordobés, a 25 kilómetros de Cruz del Eje y a 60 de Deán Funes. Como referencia cercana aparecen las comunas de San Nicolás y de Chuña, a nueve y 15 kilómetros de polvorientos caminos.
    Llegar es internarse un siglo atrás. El silencio de sus escasas calles, las antiguas casas con su arquitectura de época, muchas de ellas derruidas, y los ranchos en la lejanía. Sobresale, en pie, la abandonada estación de ferrocarril, símbolo de una prosperidad que pasó y no volvió.
    Es un pueblo perdido, extraviado, olvidado. Pero no lo es para sus sufridos habitantes, resistentes del olvido. Una sola protagonista verde atraviesa todos los tiempos en esta zona: la tuna. A su alrededor, la escasa vegetación en invierno se ve achaparrada, gris, sufriente de las sequías endémicas, mimetizada con el árido suelo.
    Aislamiento y carencias. El principal problema que plantean los lugareños es la falta absoluta de agua en el poblado. No existen perforaciones, molinos ni otra forma de obtenerla. Las napas estás secas y la suerte parece sellada. El aljibe de cada vivienda es sólo receptor del agua que pueda llegar desde otros puntos, en camiones.
    “La comuna de Olivares San Nicolás nos manda la cisterna con un tractor. Sólo nos queda comprar en Cruz del Eje, a 160 pesos los ocho mil litros. Pero eso no nos resulta nada fácil”, se lamenta Romina Cepeda.
    Avelino Bustos y Natalia Pereyra apuntan: “No tenemos ni un dispensario, viene un médico un solo día, cada una o dos semanas. Estamos aislados ante una emergencia y sin medios para transportar a alguna persona si hay una urgencia”. El único teléfono público de Huascha fue retirado hace tiempo. La incomunicación es sólo paliada por la telefonía celular, aunque jaqueada por la lejanía y la falta de señal.
    La escuela rural José de San Martín estuvo cerrada por más de 20 años. La buena nueva es que fue reabierta este año. Le dan vida un maestro y cuatro alumnos, que reciben la merienda del Paicor.
    Las oportunidades laborales faltan como el agua. “Aquí queda gente grande, jubilada y pensionada; el resto trabaja en dos estancias cercanas en tareas rurales o bien como peones en empresas de mantenimiento de caminos. Y nada más”, acota Orlando Ramírez. La alguna vez prominente iglesia permanece cerrada y sin cura todo el año. Sólo el segundo domingo de septiembre abre sus puertas y desempolva las imágenes para rendir honores a la Virgen Niña, patrona del lugar. Ese día es importante en Huascha. Y no habrá otro en un año.
    “Huascha nos tiene a nosotros. No es un pueblo fantasma, es un pueblo tristemente abandonado, pareciera borrado del mapa”, relatan a este inesperado cronista, en una rueda de mates.
    Mientras hablaban, el orgullo de identidad sobrevolaba el cielo. María Laura Díaz, una joven estudiante cuya familia tiene historia en el lugar, juntaba firmas para petitorios y programaba pintar un cartel con el nombre de Huascha para colocar en la entrada. Para seguir estando nomás.
    Al maestro con amor
    Al maestro rural Ariel Fernando López le tocó este año reabrir la Escuela José de San Martín. Vive en Deán Funes y sus cuatro pequeños alumnos lo acompañan a diario a tomar el colectivo. “Soy soltero sin hijos, pero los siento a ellos como propios, yo elegí esto”, dice.
    El tren que se fue
    El ferrocarril dio su pitada final en Huascha en la década de 1980. Hasta entonces, este paraje conoció mejores tiempos.
    Los trenes del Ferrocarril del Oeste con rumbo a Catamarca dejaron huérfanos también a otros pueblos de la región como San José, Quilino, San Pedro, Jaime Peter, Chuña y La Juanita, como así a tantos otros a lo largo del país.
    Ser hachero era el oficio común del siempre humilde lugar, complementado con los hornos de carbón de piedra, la crianza de ganado vacuno y caprino, como el trabajo en los olivares en el cercano San Nicolás.
    Pero Huascha nunca fue comuna. Recién el último censo provincial de 2008 lo incorporó como paraje rural a la zona que depende de la comuna de Olivares San Nicolás. No solo las vías férreas silenciadas marcaron la decadencia. La deforestación descontrolada, el cambio climático y la caída de las mini economías campesinas familiares también aportaron para la postración de hoy.

  2. nO creo que de la sota venga el 3 de agosto, acostumbra a acompañar a los GANADORES, no se va a quemar levantandolé la mano a un tercero como guaschino.
    peronistas de la carlota tengamos memoria y seamos inteligentes a la hora de votar.
    de la sota apoya a los ganadores y hay uno solo PETRONE GANADOR

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