Una larga odisea

Un asalto a mano armada se registró el lunes por la noche pasadas las 22 horas en  el paraje Pedro Funes, distante a unos 12 km al norte de La Carlota y a 5 km de Santa Eufemia por la ruta provincial número 4. Allí habita  la familia Ardusso, quienes tienen la mayoría de los predios de lo que, en  décadas pasadas era un pueblo con tres fábricas lácteas. Hoy sólo se ven algunas casas, la capilla y esta familia: Ardusso, productores agropecuarios, con campos cercanos  a Pedro Funes.

El lunes por la noche, Rubén Ardusso de 58 años se encontraba con su esposa Raquel en su casa cuando ocurrió lo siguiente: pasadas las 22, llegaron de La Carlota su hija,  su yerno- Antonio Fredes- y la pequeña de la pareja de seis meses (esta familia vive a pocos metros de la casa de Rubén A.).

Cuando el marido desciende de la eco Sport, cuatro delincuentes (que habrían estado esperando ocultos  en el lugar encapuchados), lo amenazan y le exigen que los lleve hasta la casa de su suegro (Rubén). Ante la amenaza, cruzan los pocos metros que los separa de la casa y, al abrir la puerta, su suegra Raquel ve a los delincuentes. La señora también es amenazada. Ingresan a la casa y allí es cuando comienzan a oprimir a la familia y les hacen llamar a los empleados,  quienes también son reducidos  y maniatados. A todos los ingresan en un baño y  un dormitorio: un total de 11 persona son secuestradas por los delincuentes, entre ellos, menores de  6 meses, 2 años y 9 años. Son los nietos de Rubén Ardusso, los hijos de los empleados y un menor de 9 años que se encontraba paseando con una de las familias.

La odisea para  estas 11 personas termina pasadas las 1.30 de la mañana cuando los cuatro delincuentes, luego de llevarse alrededor de 9 mil pesos más las alhajas (en oro y plata), y la pik up Toyota Hilux Modelo 2007 doble cabina  color gris  dominio G:F:M:564 (propiedad de Rubén Ardusso), se dan a la fuga, dejando encerrados a todos en la casa bajo llave.

Pasado el tiempo, uno de ellos logra desatarse y levantan a uno de los menores por una pequeña ventana hacia afuera para poder brir la puerta del frente. Inmediatamente comunicaron a la policía. El Comisario mayor, César Seimandi, Jefe de la Departamental y el sub comisario, Román Orlandi, se llegaron al lugar  y constataron que ninguno había sufrido golpes…sólo  amenazas y ataduras.

 Desde ese momento se ha montado un intenso operativo y personal de investigaciones se encuentra realizando diversos operativos en el lugar y región.