Cristina encabezó el acto central por el Día de la Bandera en Rosario

Fue la primera vez que asistió, como Presidenta, a la ceremonia frente al Monumento Nacional a la Bandera, a orillas del Paraná.

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner destacó ayer que hay ocasiones en que se deben «tomar decisiones que molestan a los que más tienen» y se consideró «inquebrantable» en sus convicciones, al encabezar el acto que se realizó en Rosario por el Día de la Bandera.

Fernández de Kirchner afirmó que pretende «una Argentina de polí­ticos, que se jueguen junto al pueblo, como lo hacía (Manuel) Belgrano» y advirtió que «para poder ejercer la solidaridad con los pobres hay que tomar decisiones que molestan a los que más tienen».

También, la mandataria insistió que los argentinos «debemos estar orgullosos» por haber enfrentado la crisis internacional «sin recetas de afuera, aplicando lo que nos ha hecho grandes en la historia, como el trabajo, el esfuerzo, la producción y el compromiso con los interesas nacionales».

«Nada será fácil pero tengan la certeza de que soy inquebrantable en mi convicción. Jamás voy a traicionar lo que son los intereses del pueblo y de mi Nación», aseguró la mandataria, quien estuvo acompañada por el gobernador Hermes Binner, el intendente Miguel Lifschitz y casi todo su gabinete.

Fernández de Kirchner, quien regresó a Rosario luego de dos años, instó a «profundizar el modelo» que desarrolla el Gobierno y destacó que durante el kirchnerismo «se logró el reconocimiento polí­tico y económico más importante de los últimos 200 años».

También, en referencia a Belgrano, señaló que «atrás de esa maravillosa obra que es legar a un país la identidad, como el pabellón nacional, hay otras cosas más importantes» y resaltó que el prócer «era por sobre todas las cosas un combatiente de la libertad y la igualdad de los argentinos».

«No siendo militar, siendo un joven abogado, polí­tico y economista, tomó las armas para defender la patria», exaltó, para asegurar que «la liberación hubiera sido imposible sin ese general al frente del Ejército del Norte».

Al recordar el éxodo jujeño, ante el enemigo realista, apuntó que «allí fueron los pobres atrás de Belgrano» y que «algunos ricos que se negaron a quemar sus pertenencias» e intentaron «negociar por el enemigo, fueron fusilados por Belgrano, como traidores a la patria».

«De esa parte de la historia siempre se han olvidado, como si la historia de los argentinos fuera de dulcificación, sin conflicto, sin pelea» criticó la Presidenta, quien aclaró que «no es levantar el conflicto por el conflicto mismo».

Y, advirtió: «Muchas veces, cuando hay que tocar intereses poderosos para hacer cosas, poder ejercer la solidaridad con los pobres, hay que tomar decisiones que molestan a los que más tienen».

«Si no, la solidaridad es un ejercicio retórico, la generosidad es sólo un discurso para las compañas; yo quiero una Argentina de polí­ticos, de legisladores, que se jueguen junto al pueblo, como lo hacía Belgrano», reclamó.

También señaló que «cuando uno cree que le faltan fuerzas y está solo, se acuerda de hombres como Belgrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli, Bernardo de Monteagudo, Juana Azurduy, Guemes, Tupac Amaru, y entonces saca fuerzas de donde no las tiene y sigue adelante».

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