Los precios de los alimentos siguen subiendo por encima de la inflación general y le suman una mayor presión a los bolsillos de las familias de clase media y baja, que necesitan en julio necesitaron 67.577 pesos para no caer por debajo de la línea de la pobreza.
Durante julio, la canasta básica alimentaria (CBA) aumentó 2,1% respecto de mayo y se ubicó en los 29.003 pesos para una familia tipo (una pareja con dos hijos menores). Todo aquel grupo familiar que no llegue a cubrir el monto está en la indigencia.
En tanto, la canasta básica total (CBT) –que marca el umbral de la pobreza- se encareció 1,6%, ascendiendo a un precio de 67.577 pesos. Aquí incide la decidió política del Gobierno de Alberto Fernández de “pisar” tarifas y otros precios regulados hasta después de las elecciones.
De ahí también se desprende que la canasta alimentaria –en la que inciden mayoritariamente los precios de productos alimenticios- se haya encarecido 58,3% mientras que la canasta básica total subió 51,8%. La inflación general en ese mismo período fue del 51,8%.
Si un grupo familiar está compuesto por una pareja de 30 años con tres hijos de 5, 3 y 1 año, el costo de la canasta alimentaria es de 30.505 pesos y el de la canasta básica alcanza los 71.076 pesos.
El costo de las canastas alimentaria y básica anotó en julio la menor suba mensual en un año. Al menos por ahora no se puede hablar de una tendencia de desaceleración, porque en los últimos meses se registraron oscilaciones, pero siempre arriba del 2%.