Mientras la pluma vuela, ellos ríen

Sonrisas, siempre juegan con una sonrisa. A veces no se mueven, porque en este deporte, el que tiene la mejor muñeca, gana. El Bádminton, el “poco conocido” que participa en los Juegos Nacionales Evita.

Un deporte antiguo, que poco tiene que ver con estas latitudes, pero que supo ganarse adeptos en Córdoba. Lo pueden practicar chicos y grandes. Nacido en India, al principio llamando Poona, rápidamente fue adoptado por los ingleses que en su versión original, lo jugaban con un corcho y 16 plumas.

Lejanos en distancia y en costumbres, el Bádminton llegó a Córdoba para quedarse, y nuestros representantes viajan a Mar del Plata a participar en los Juegos Nacionales Evita 2019, y a dejarlo todo por la camiseta. Por supuesto, todos quieren ganar, pero el estar en esta competencia, ya les da un plus.

Sebastián Bolbochan es profesor de Educación Física y uno de los pocos (sino poquísimos) entrenadores de Bádminton homologados por la Federación Internacional, que actualmente participa de otro proyecto que también da que hablar: el para bádminton.

Él, junto a un grupo de profesores y los mismos chicos, se encuentran al lado del recinto del CEF N°1, esperando para participar de los primeros juegos en los pasillos del enorme complejo: allí entran en calor junto la gente que viene y va, ordenan sus bolsos, las plumas y las raquetas.

Todos están expectantes por los resultados de este torneo: el profesor dice que es la “nueva camada” y que a medida que pasen los años, los que compiten lo harán cada vez mejor. Del otro lado, están los chicos, que con tanta tranquilidad como su entrenador, comentan lo mucho que les gusta el deporte.

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