Mueren más de 100 vacas lecheras por ola de calor en Monte Maíz

El 30 de diciembre fue un día funesto para la empresa tambera conformado por la familia Montechiari. Producto de la intensa ola de calor, ese día se murieron 105 vacas de uno de los tambos, que explota la empresa familiar en la zona de Monte Maíz, en el sudeste de Córdoba. Advertencias del Senasa.

En diálogo con TodoAgro, Fernando Montechiari, uno de los socios de la firma, expresó que una ola de calor de más de diez días hizo que las vacas de su tambos sufrieran mucho el estrés calórico y térmico; y que en el final de ese ciclo que abarcó buena parte de la segunda quincena de diciembre, murieron infartadas más de 100 vacas de primera lactancia y vacas hospital (se nomina así a quienes están en proceso de recuperación de enfermedades). El productor subrayó que fue fatal la combinación de altas temperaturas, alta humedad y temperaturas mínimas muy elevadas. Las muertes se produjeron el 30 de diciembre.

TodoAgro pudo saber además que han existido a fines de diciembre, muertes por impacto del calor en una decena de tambos de Córdoba, e incluso una versión dio cuenta de una muerte masiva en otro tambo en la zona de Ticino.

La empresa Montechiari Daniel Rodolfo y Fernando, posee tres tambos en el sudeste cordobés, pero las muertes se produjeron en el tambo de vaquillonas, conformado por 250 animales, y que tiene como característica que es un tambo móvil (las instalaciones de ordeño se movilizan, periódicamente, “siguiendo” a las vacas).

“Tenemos tambo desde 1989 y esto nunca ha pasado en la zona. Realmente no pudimos hacer nada, cuando nos llamó el tambero, ya nada se podía hacer. Nuestros asesores abrieron varios animales y nos confirmaron que no fue la comida, ni la falta de agua, ni negligencia. Fue una ola de mucho calor y elevada humedad, muy prolongada. Las vacas sufrían mucho de día y no podían recuperarse de noche”, dijo Montechiari, en diálogo con TodoAgro.

El empresario dijo que tras el penoso suceso se comunicó con una serie de profesionales, y confirmó que la vaquillona y la vaca enferma, son los segmentos que más sufren el cóctel de altas temperatura y elevada humedad.

Cabe destacar que años atrás, en el marco de una gira por California, el ingeniero Alejandro Castillo explicó a un grupo de tamberos, técnicos y a un cronista de TodoAgro que en el verano 2007-2008 murieron 30 mil vacas en California a causa del calor; y desde allí se ha puesto mucho énfasis en mitigar el calor y proporcionarles bienestar a las vacas,

Montechiari relató que cuando llegó al tambo la postal era tremenda y que vio que había vacas vivas entre las muertas, y se las intentó  asistir mojándolas, pero ello no alcanzó a remediar el problema. Al mismo tiempo descartó que la muertes se vinculen al hecho de que el tambo sea móvil, y por ende ofrezca menos bienestar, en un punto crítico del sistema de producción, como lo es la zona de ordeñe.

“Hemos hecho la denuncia pertinente ante Senasa y otros estamentos, y estamos estudiando como brindar más bienestar de los animales”, apuntó Fernando, quien solicitó un correcto tratamiento de la información.

Advertencias del Senasa

El Senasa recomendó a los productores tomar recaudos ante la ola de calor que se extiende en el país de manera sostenida para evitar ver afectada la productividad de sus animales y la rentabilidad de su producción.

Los animales de producción deben ser criados en condiciones ambientales apropiadas, además del alimento y el agua necesarios para su desarrollo.

En condiciones de estrés calórico, los animales disminuyen la capacidad de regulación de su temperatura corporal, lo cual lleva a la reducción voluntaria en la ingesta de alimentos y la consecuente disminución en la producción y/o aptitud reproductiva.

Ante esta situación, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) recomienda medidas a tener en cuenta para minimizar el impacto de las altas temperaturas del verano:

-Permitir el acceso libre de agua apta para consumo animal durante todo el día;

-Facilitar espacios de reparo naturales y/o artificiales donde los animales puedan estar a la sombra durante las horas de más calor;

-Realizar arreos en horas de baja exposición al sol, principalmente temprano por la mañana o al finalizar la tarde;

-En caso de necesitar transportar animales realizarlo en horas más benignas, procurando que durante el pre-embarque los animales dispongan de suficiente cantidad de agua para beber.

El organismo recordó además que las situaciones de estrés repercuten sobre la productividad de los animales, siendo el calor un factor cuyo impacto se puede minimizar.

Fuente: José iachetta – TodoAgro.com.ar

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