Gentile: “Se está confundiendo la democracia, que es el gobierno del pueblo, por el populismo que es el gobierno de una fracción que derrota a otra”.

Jorge Horacio Gentile, abogado, constitucionalista, catedrático, hombre permanente de consulta y conferencista dialogó en el programa radial “Sin Comentarios” para  comentarnos su opinión respecto de la realidad política y social de nuestro país.

Como profesor Emérito de la prestigiosa Universidad Nacional de Córdoba y con importante trayectoria, nos pone delante de una persona que va a ser reconocida prontamente “el cargo significa que tengo otras obligaciones ya no solamente de dar clases a los alumnos de primer año como lo estaba haciendo hasta que me designaron en esta función, sino que ahora tengo que tomar concursos, dar conferencias, aprobar tesis doctorales, en la vida cada etapa tiene sus obligaciones y en estos momentos estoy haciendo en la Universidad Nacional, aunque sigo dando clases en la Universidad Católica”.

Asimismo conduce el staff del estudio Gentile-Saravia “somos 21 abogados, tenemos oficinas en Bell Ville, Río Cuarto, San Francisco, Villa María, Alta Gracia. Somos un estudio en el que atendemos gente, no grandes empresas o instituciones, como consecuencia de ello necesitamos muchas personas para poder atender a las miles de personas muchas veces con  causas pequeñas o medianas pero que son problemas humanos, a causa de ello debimos construir esta estructura que no es frecuente en la provincia de Córdoba un estudio de esta naturaleza que ya está por cumplir los 50 años”.

Gentile se vincula a la política desde joven “tenía 17 años en época de estudiante y era una época bastante politizada, la década del 50, época de conflicto entre el gobierno peronista con la Iglesia, luego la revolución libertadora, más tarde el conflicto entre libre y laicos por la cual se crearon las Universidades privadas, encontrándome a mí en el colegio secundario y yo era ajeno a la política incluso quería ser ingeniero y no abogado. Pero siendo estudiante me designaron presidente del centro de estudiantes y director de una revista atrayéndome a la política”

Asimismo destacó que “me tocó primero participar de toda la lucha contra los gobiernos militares que hubo y cuando volvimos a la vida democrática termine siendo convencional constituyente provincial dos veces, en la municipalidad de Córdoba una vez y finalmente diputado nacional”.

Porque se vincula a través de la democracia cristiana, “en ese momento la democracia cristiana fue una construcción muy importante en todo el mundo para el regreso a la democracia. Realmente la democracia necesitaba un contenido doctrinario que la sustentara y lo mejor que podía ser era la doctrina social cristiana, del personalismo cristiano de Marinelli, que en definitiva sostenía que con la democracia se iba a respetar la persona humana y el bien común. Esto en los últimos años se ha ido perdiendo ahora daría la impresión que en la política  lo único que se pide son intereses y eso es justamente lo contrario. Lo que la democracia quiere es que cada persona humana se respetada como tal en sus derecho en sus obligaciones y además tenga un lugar en el país para desarrollar su plan de vida. Para eso la persona necesita educación, salud, vivienda y participar activamente en la política, no sólo el día de las elecciones, son los motivos que me llevaron a la política y que me mantiene en la política”.

Guerras de intereses

Desde el gobierno se ha impulsado esta idea de querer dividir el país en dos, entre oficialismo y oposición, y en denigrar muchas veces a los que no piensan como uno, incluso ha convertido al congreso en una escribanía ya que simplemente la mayoría lo que hace es homologar todo lo que pide el ejecutivo y no se escucha a otras voces. En la democracia deben participar en debates las mejores ideas que son las que tienen que prevalecer y no las ideas de un solo grupo o fracción de la Argentina. Denostar con la palabra golpista que se usa no sólo para esto sino que también para decir que se elige un presidente de la cámara de diputados de la oposición, en tanto se estaría cometiendo un golpe institucional, eso no cabe en la vida democrática.

Es cierto que en los últimos años el presidente de la cámara de diputados ha sido del oficialismo pero no ha sido la única ya que hubo un periodo de tiempo que no era así.

En los EE.UU el presidente de la cámara de representante es republicano y ese país sigue funcionando. Acá en Argentina parece que eso no es posible por la mala experiencia que tuvimos en el 2009 donde perdió las elecciones el gobierno y durante el 2010-2011 la cámara de diputados y el senado quedaron en minoría, y aunque se le reconoció al gobierno que no tenía la mayoría para hacerlo el congreso casi no funcionó, tanto es así que en los nueve meses que la constitución establece que debe sesionar el congreso sólo se reunieron siete veces, lo que es una grave irregularidad y no debemos volver a pasar por eso.

El objetivo de designar un presidente del partido que sea tiene que ser para que el congreso siga funcionando. El congreso debe tener debate control del gobierno y el lugar donde debe haber acuerdos.

¿Cómo llegamos a esta situación?

Sucede que acá hay algunos ideólogos que han querido plantear este sistema político dialéctico y querer llevar a la cúspide de la política la confrontación entre amigo-enemigo y haber hecho de eso un postulado confundiendo lo que es la democracia que es el gobierno del pueblo por el populismo que es el gobierno de una fracción que derrota a otra y que se apodera del Estado y que usa de los medios del estado como si fuera propio, y eso no es la democracia.

Está equivocada idea dicotómica es lo que tenemos que superar. La mayoría de las decisiones deben hacerse por consenso y para ello falta discutir donde cada uno ponga sus ideas y que cada uno renuncia algo de lo propio para favorecer al bien común.

Los docentes y los políticos que somos docentes tenemos la obligación de convencer a la ciudadanía que tiene que participar, en eso me siento muy gratificado por las PASO ha habido un alto porcentaje de participación. Pero eso sólo no alcanza la gente tiene que participar en los partidos políticos debe hacer valer sus inquietudes todos los días no sólo el día de las votaciones, debe tratar de canalizarse los problemas diarios a los partidos.

 A esto no debemos dejárselo a un grupo de la sociedad, que como una suerte de oligarquía, se constituye en el que nos maneje la vida. Es casualmente lo que quisimos superar cuando dejamos de lado la dictadura.