El NO A LA MINA, ha sido un mantra, un símbolo de lucha que se replica en todo pueblo, en todo espíritu movilizado, en cada cuerpo en resistencia contra la megaminería. El glorioso pueblo de Esquel nos enseñó que se puede. Ustedes han sido faro y ejemplo para nosotros.
Pueblo de Esquel, nos reconocemos sus hijos, hijos de sus hijos. Nos han legado la convicción de los NO que detengan a los pulpos megamineros, que son los NO que se multiplican en nuestra América: los NO a la invasión del agronegocio, los NO a la avaricia del mercado inmobiliario, los NO al hacha que tala, deforesta y se convierte en papelera. Nos han legado los NO necesarios para parar este extractivismo que saquea, seca nuestra agüita y nos contamina. Pero lo más importante: nos han legado la esperanza de que otro mundo es posible. Un desafío nos une: volver a reconocernos parte de la Pacha Mama, del Waj Mapu y entre todos recuperar nuestra dimensión humana, que es sentir que somos uno en nuestra diversidad.
Nos une la acción: estamos juntos informándonos, comunicando lo que los grandes medios callan, dando debate, dando lucha en la calle, en las escuelas, en cada ámbito que sea necesario. Insistimos, cada vez tenemos más argumentos: No habrá megaminería ni en Chubut ni en Mendoza, lucharemos para que se termine en todo el país, en Latinoamérica, en el mundo. Festejamos los 10 años de la consulta popular de Esquel y su rotundo NO A LA MINA!!