«Nos dieron una cifra que consideramos insuficiente; esperamos que se llegue el 15 de febrero y la comunidad educativa se sienta tranquila para que sepamos si empiezan o no las clases», dijo el sindicalista en declaraciones a Radio El Mundo.
Desacuerdo
El Gobierno y los sindicatos se reunieron el miércoles último, pero no pudieron llegar a un acuerdo después de que los docentes rechazaran la oferta del 17 por ciento para todo el año realizada por los ministros de Economía, Hernán Lorenzino, y de Educación, Alberto Sileoni.
«Lo que dicen desde el Ministerio es que lo que se fija en esta paritaria tiene efecto en las provincias, porque después se traslada a sus economías, pero nosotros creemos que es justo y no desconocemos la crisis del mundo, pero tenemos una realidad propia», afirmó Demichelis.
El sindicalista consideró que el gremio docente «quedó retrasado» con el aumento conseguido el año pasado, porque otros sindicatos lograron hasta seis o siete puntos porcentuales más en promedio, y ahora quieren «lo que corresponde».
«Nosotros queremos apurar las cosas y esto recién empieza, somos optimistas y queremos llegar a un salario que no consideramos irresponsable y que no se repita lo del año pasado; hay una brecha muy grande entre lo que pedimos y lo que nos ofrecen, pero con esta cifra no», definió Demichelis.
Añadió que es una «medida buena» que se haya aumentado el mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias, pero aclaró que el país se debe una reforma tributaria y que los salarios muy altos tributen más.
Por debajo del mínimo
Por su parte, el secretario general de Unión de Docentes Argentinos (UDA), Sergio Romero, se quejó ayer de que el salario de un trabajador que se inicia en la actividad «está en 2.800 pesos, por debajo del mínimo, vital y móvil», y afirmó que la suba del 17 por ciento que ofreció el Gobierno «no alcanza».
«Estamos preocupados, porque el docente que recién ingresa a la actividad cobra 2.800, por lo que está por debajo del mínimo, vital y móvil. Planteamos llevarlo a 3.600 pesos, que sería una suba del 30 por ciento, pero visto en dinero sigue siendo muy bajo», sostuvo el sindicalista.
Sorpresa
Romero señaló que causó «sorpresa» entre los gremios que la administración de Cristina Kirchner ofreciera en la última reunión un 17 por ciento, porque ese indicador está por debajo de lo arreglado en 2012.
Precisó que el aumento ofrecido por el Gobierno se transforma en «sólo 460 pesos», por lo que los docentes pretenden mejorarlo «sustancialmente para el 15 de febrero».
«En Capital Federal un docente con 10 años de antigüedad, que trabaja todo el día, recibe unos 7.000 pesos», dijo el sindicalista y consideró a ese salario como «deprimido».
Por último, el secretario general de la Unión Docentes de la Provincia de Buenos Aires (Udocba), Miguel Díaz, cargó contra el líder sindical de la CTA oficialista, Hugo Yasky.
«Si queremos defender a un gobierno nacional y popular nos tiene que defender a nosotros, porque los maestros somos nacionales y populares», sostuvo Díaz en alusión a Yasky, de origen docente.