Se trata del colegios Leopoldo Lugones -de Barreto, próximo a La Carlota. Vecinos expresaron su tristeza.
La escuela Lugones, ubicada a unos 15 kilómetros al noreste de La Carlota, desde los primeros días de este mes se quedó definitivamente sin alumnos. «Trabajamos hasta el último momento para evitar el cierre, pero hace alrededor de 2 años que la matrícula no aumentaba. Teníamos un solo alumno y luego se incorporó un hermanito en jardín. Este año los chicos por razones de trabajo de los padres se fueron a otro lugar”, explicó Miryan Valentini, inspectora de zona 4220.
Tratando de agotar todas las instancias para evitar este final, hasta se realizó un relevamiento en la zona para determinar si había chicos que en los próximos años se incorporaran al ciclo educativo: “Lamentablemente no hay chicos y tampoco hay perspectivas de que lleguen. Aunque como es la zona rural, por allí llega alguna familia con niños y la escuela se vuelve a abrir”. Aclaró la inspectora que ahora el sistema permite que en caso de que haya un solo alumno la institución se reabra.
Así, y para evitar daños o robos, todo el mobiliario y elementos que existían en este establecimiento fueron distribuidos entre otros de la zona, como el Ortiz de Ocampo, el Victoriano Rodríguez (colonia La Granja) y Mariano Moreno (de Olmos). “Entre éstos se distribuyeron los muebles y los libros”.
La inspectora manifestó la tristeza que vive toda la colonia ante el cierre del colegio: “Es lamentable que ocurran estas cosas pero es así. Al estar despoblados los campos se van las familias; además, cada vez se tecnifican más las tareas rurales y se prescinde de la mano del hombre”.
En la zona que corresponde a la Inspección 4220 quedan 21 establecimientos, pero con muy pocos asistentes. “Entre todas estimativamente no llegamos a los 150 alumnos, y esta situación se repite en muchas regiones”, precisó Valentini.
El año pasado, por iniciativa de un grupo de padres también de la zona de Barreto, se reabrió la escuela Ortiz Ocampo, que hoy cuenta con 10 alumnos. Cuatro años antes, también por iniciativa de los padres, retomó las clases la escuela de Olmos que, ante la falta de un edificio en condiciones, hoy dicta sus clases en la capilla del paraje.