El panorama varía de acuerdo al supermercado. Hay locales donde se limita la venta de yerba mate y con precios que aumentaron, mientras que en otras firmas la venta es libre, aunque ante la desesperación de los compradores las góndolas habían quedado vacías.
También es notable la falta de algunas marcas reconocidas y el fuerte aumento de precio de este producto, que registra subas del 50 al 100 por ciento en algunos casos, pese a que el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, autorizó a incrementar 10 por ciento los precios del producto todo este año.El problema de la yerba comenzó hace dos semanas, cuando a nivel nacional las principales marcas bajaron al mínimo el abastecimiento y aplicaron aumentos que promedian el 25 por ciento.En un local céntrico había varias marcas que habían desaparecido de la góndola. Un empleado comentó que “hay mucha desesperación de los clientes y como no hay un cupo se llevan varios paquetes”.En un supermercado se dijo que “consiguieron una partida importante y pusieron todos los productos a la venta”, aunque aclararon que no saben qué sucederá la próxima semana.
Otro producto que ha vuelto a faltar en las góndolas es el aceite de girasol y la venta está limitada a dos envases por cliente.
Los productores yerbateros, pequeños y medianos que suman más de 17 mil, obtuvieron una importante mejora para su materia prima por acuerdo con el Gobierno. Cuatro grandes firmas que industrializan la yerba subieron entonces el precio del paquete. Las firmas son: LAS MARIAS (TARAGÛI), HREÑUK (ROSAMONTE), MOLINOS (NOBLEZA GAUCHA), y LA CACHUERA (AMANDA).
Tal como sucede con otras cadenas de bienes de consumo masivo, las pujas distributivas entre los diferentes eslabones terminan desfavoreciendo a los más débiles: el productor primario y el consumidor. Cuando el Gobierno interviene estipulando controles de precios para favorecer al consumidor, las fraccionadoras o distribuidoras negocian un menor valor con los productores por su cosecha. En este caso, los productores lograron una mejora del 90 por ciento para la hoja verde de yerba mate y de 110 por ciento para la canchada (o secada). Las industrializadoras ahora pretenden que ese aumento sea pagado por el público. Por su parte, los molineros se quejan de haber quedado en el medio, con más costos y sin posibilidad de transferirlos.
NO HAY QUE COMPRAR: TARAGÛI, ROSAMONTE, NOBLEZA GAUCHA Y AMANDA.
Empresarios miserables añorando los `90s.
El ministro de Agricultura aseguró que «no hay motivo alguno para que suba el precio de la yerba mate» y anunció que instruyó a sus equipos técnicos para realizar operativos de fiscalización de stock y precios en molinos y distribuidores del producto, ante versiones de incrementos que trascendieron