El doctor Fiorenso Isoardi destacó que hay muy pocos casos como el de Jorge Videla en el país.
En el caso de Jorge Videla, sostuvo el profesional, quedó claramente probado que no hay una cuestión de capricho o vanidad, el deseo de modificar la filiación; sino que hay motivos más que justificados para hacerlo.
“Su nombre en sí ya genera una condena social. No es lo mismo llevar tal vez el mismo nombre de otros militares como Bignone o Massera, de quienes muy pocos recuerdan su nombre de pila; que el llamarse Jorge Rafael Videla que es como el más conocido en la peor época de la historia del país”.
Las pruebas y cerficaciones
El doctor Isoardi recordó que fue a finales de 2010 cuando se comenzó a tramitar la acción judicial, y que requirió de un largo tiempo donde se debieron llevar adelante innumerables acciones para encuadrarse en la ley vigente.
“No es para nada sencillo. Hay que demostrar fehacientemente el perjuicio que provocó. Además luego tuvimos que pedir constancias a todos los bancos, al registro de la propiedad, si existen deudas pendientes, para demostrar que el cambio de nombre no implicaría algún fraude sea al estado o a alguna institución, si la persona cambia su filiación. Es decir corre una suerte de seguridad jurídica. Además hubo que hacer una pericia psicológica donde quedó demostrado el daño que significa llevar ese nombre”.