La crecida de dos ríos abrió cárcavas en el acceso a la villa por estancia Ambaré. En viviendas, el agua llegó a la altura de los picaportes.
Alpa Corral.- El 90 por ciento de las calles destruidas, gran cantidad de árboles dañados, viviendas anegadas e ingreso de agua en el dispensario y el Municipio, fue el saldo de la tormenta que en la tarde del lunes azotó la villa serrana.
El fenómeno sorprendió a los habitantes de la villa serrana ante la crecida inusual del arroyo Damiano y de otro curso que baja del cerro Blanco y que hacía varios meses mostraba su cauce totalmente seco.
Ayer la intendenta María Nélida Ortíz y el secretario Gabriel Intorre recorrían la población y coordinaban las tareas que personal municipal y de Defensa Civil realizaban para acondicionar la villa.
“Retomamos los trabajos a las seis de la mañana (de ayer) y vamos a continuar durante todo el día. La tormenta realmente nos dejó muchos daños. El 90 por ciento de las calles quedaron destruidas, fueron lavadas por el agua que bajó de los arroyos que desbordaron. La piedra dañó mucho las plantas y la caída de las hojas tapó desagües”, detalló la mandataria municipal.
En el sector de acceso a la localidad, por la estancia Ambaré, el agua abrió profundas cárcavas, por lo que se pidió precaución a los automovilistas y evitar transitar por la zona. Es la segunda vez, en lo que va de la temporada de verano, que la villa turística sufre este tipo de fenómenos: “No alcanzamos a recuperarnos de la tormenta del 11 de diciembre, que de nuevo sufrimos estos daños. Pero tenemos que agradecer que no debemos lamentar víctimas”, sostuvo la intendenta.
El meteoro se centró en un radio muy chico de la zona, pero provocó la crecida de dos arroyos. Fueron los cinco evacuados que se registraron. “Estas personas ya volvieron a sus casas, y lentamente todo se está normalizando”. En el dispensario, personal que allí se desempeña y trabajadores municipales realizaron las tareas de limpieza para evacuar el barro y agua que ingresó y llegó a los 20 centímetros. También en el edificio municipal se acumularon unos 10 centímetros de agua. “El playón del balneario quedó cubierto de barro. Creemos que tendremos varios días de árduo trabajo”.
La intendenta Ortíz dijo que funcionarios de Desarrollo Social de la provincia se pusieron en contacto para ofrecer ayuda. “Hemos entregado algunos colchones y frazadas a algunos vecinos, y que los teníamos guardados de cuando ocurrieron los incendios y que usaban los bomberos para descansar”, precisó la mandataria.
“Fue impresionante”
Héctor Humbert es oriundo de de Marcos Juárez, y tiene una casa de descanso en la villa serrana. Desde hace 15 años pasa allí sus veranos.
A pocos metros de uno de los arroyos que desbordó tiene su vivienda que no se vio afectada por estar en un alto, no así la de un vecino donde el agua alcanzó la altura del picaporte de la puerta.
“La furia con que llegó el agua no dio tiempo a nada. A esa casa entró más de 70 centímetros. Nunca vi algo similar, así en vivo y en directo”, relató a PUNTAL.
Señaló que la masa líquida apareció de pronto y barrió con todo cuanto encontró a su paso. “Lo que pasa que acá hay un poco de responsabilidad de todos. Este cauce no estaba del todo limpio y, por otro lado, entiendo que el curso fue modificado, y se sabe que cualquier arroyo busca su recorrido natural”.
El vecino dijo que es necesario que se hagan controles permanentes para mantener libre de sedimentos el cajón de los arroyos, pero a su vez abogó para que se tomen medidas que eviten la alteración de los cauces naturales.