Se visualiza una gran preocupación de la comunidad educativa que desde abril pasado desarrolla sus clases en aulas móviles, debido a que desalojaron su anterior edificio que va a ser demolido.
Esta situación genera numerosos inconvenientes para el desarrollo diario de la actividad, teniendo en cuenta que este colegio cuenta con 440 alumnos y por ser de especialidad técnica también requiere de espacios donde hacer talleres prácticos.
“La demora se debe sólo a motivos burocráticos, faltan unas firmas para que la empresa empiece la obra”, dijo Bongiovanni.
La licitación que favoreció a la empresa Hinsa ya está rubricada por el gobernador provincial, pero luego debe seguir una serie de pasos administrativos que están dilatando los tiempos.
“Es necesario tener el contrato firmado para empezar a trabajar. Porque en este caso, además de construir un edificio, se deben hacer demoliciones y para ejecutarlas la empresa debe tener el contrato legalizado. Hay cuestiones de seguros y de protección de los empleados que necesitan de ese documento”, explicó el ingeniero Bongiovanni.
Estimó que en un plazo no superior a 20 días ya se estaría firmando el contrato adjunto, que debe hacerlo la Subsecretaría de Arquitectura de la provincia, y a partir de allí comenzar con las obras. Previo a ello debe ser pasado a vista del Tribunal de Cuentas de la Provincia.
Cabe recordar que el proyecto a desarrollar para este edificio educativo contempla una inversión de más de 13 millones de pesos, ya que se trata de dos plantas, con talleres y nuevos albergues para los estudiantes.
Mientras tanto, los alumnos continuarán por ahora recibiendo clases en los containers ubicados en el patio del predio escolar, hasta tanto se hagan los trabajos. La obra demandará aproximadamente un año de ejecución. Al ser consultado Bongiovanni por si esta demora de casi 60 días en el inicio también generará retraso en el final de obra, indicó que no por cuanto el tiempo estipulado por contrato recién comienza a correr una vez que este se encuentre legalizado.