Fernando María Bargalló es el primer y actual obispo de la Diócesis de Merlo- Moreno y presidente de Cáritas mantuvo un diálogo con FM Estrella para referir al lema de este año “Pobreza Cero, compromiso de todos”, en el que se explicita un desafío concreto que nos interpela a seguir trabajando siempre como sociedad para alcanzar un verdadero cambio que ayude a ponerle fin al escándalo de la pobreza extrema y la exclusión.
“Lo que más nos interesa es la conciencia que podemos asumir como argentinos y, sobre todo, quienes seguimos a Cristo, de no desentendernos de una realidad que está muy cerca… La frase: ‘es pobre porque no quiere trabajar es una frase muy injusta y muy superficial. Hay que estar junto al que ha transitado por el camino de la pobreza y se ha creado sin oportunidades”. El obispo pide «romper con una actitud de pensamiento de destino fatal que lleva a naturalizar la pobreza y frente a la cual sólo queda resignarse o decir que no se puede hacer nada».
Pero, ¿somos todos conscientes de las dolorosas situaciones de marginación que condicionan el presente y el futuro de millones de personas?. Porque cuando las posibilidades para el sustento y desarrollo de la vida están bloqueadas, la dignidad del ser humano está gravemente herida y amenazada.
Necesitamos, por tanto, quitarnos permanentemente toda venda que nos impida ver y reconocer esta realidad de sufrimiento, y ayudar a que muchos otros también la “vean” con los propios ojos y, sobre todo, con el corazón. Sólo así evitaremos caer en la tentación de naturalizar la pobreza extrema. Sólo asÍ impediremos que se nos vaya instalando en la mente y en el corazón la triste e injusta resignación de que la pobreza es algo ineludible, un destino trágico del que no se puede escapar.
Es verdad que nuestra realidad nacional dista hoy mucho del drama que vivimos hace una década. Queda, sin embargo, un largo camino por recorrer. Como decimos los obispos en “Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad”: “Con vistas al Bicentenario 2010-2016, creemos que existe la capacidad para proyectar, como prioridad nacional, la erradicación de la pobreza y el desarrollo integral de todos. … La gran deuda de los argentinos es la deuda social”. … Una deuda que no depende solamente de soluciones económicas pues es, “primariamente, un problema moral que nos afecta en nuestra dignidad más esencial y requiere que nos decidamos a un mayor compromiso ciudadano”…
Bajo el lema “Pobreza cero, compromiso de todos”, la Colecta se llevó a cabo los días 11 y 12 de junio en todo el país. «Pobreza cero supone que hay mucha gente que la está pasando mal, muy mal. Entonces hay que ver la realidad, quitarnos las vendas que impiden reconocer que en nuestra patria hay miles, millones, que padecen postergación y vida indigna», explicó el obispo.
Al mismo tiempo, aclaró que «A la actitud de ver la realidad debe seguir una conmoción indignante, o una indignada conmoción. Una actitud interior que me lleve a superar la indiferencia y la resignación. Y a la indignante conmoción debe seguir el compromiso, porque si no, todo queda en puro grito».
La Colecta se realizará en todas las comunidades parroquiales del país, y tendrá como protagonistas principales a los voluntarios de Cáritas, institución de la Iglesia que está presente en más de 3500 parroquias y capillas, de 66 diócesis del país. Es considerada como una ocasión privilegiada para fortalecer el compromiso solidario hacia todos aquellos que aún no pueden acceder a una vida digna y plena.
Monseñor Bargalló insistió en que «el camino es ver, quitarnos las vendas, indignarnos frente algo que no puede, no debe ser así, y ponerse en el lugar del otro. También preguntarse lo que sufriríamos, si al sufrimiento de la carencia se le suma la indiferencia de los demás».
“Más que lograr una determinada cifra de dinero (que ojalá sea mayor de la del año pasado), queremos conciencia de que no podemos resignarnos y que podemos hacer algo para cambiar la suerte, el destino y la vida de nuestros hermanos”.
Oportunidad de conducir a Cáritas en nuestro país
“Es una enorme responsabilidad y, al mismo tiempo, un gozo muy grande de poder zambullirme de lleno en esta diaconía (servicio) de la Iglesia” . dijo finalmente Bargalló.