A los niños también hay que cuidarles el corazón

Las enfermedades cardiovasculares que sufren las personas adultas no surgen de la noche a la mañana cuando alcanzamos determinada edad. Tienen generalmente su origen muchos años antes, durante la infancia. Allí es donde se moldean las preferencias alimentarias, entre otros hábitos de vida transmitidos por los mayores y por la sociedad en general. Por lo tanto, cuando nuestros hijos son aún chicos es el momento de comenzar a facilitarles herramientas para cuidar su salud. Inculcarles amablemente la costumbre de comer sano es uno de los mejores regalos que podemos hacerles. De corazón a corazón.

La mejor alimentación para prevenir problemas cardiovasculares es aquella baja en grasas saturadas, colesterol y sal. De manera que es importante moderar el consumo de carne roja y pollo -especialmente si tienen grasa visible o piel-, lácteos enteros quesos duros y semiduros, huevos. A la vez, hay que aumentar el consumo de cereales integrales, legumbres, frutas, hortalizas, lácteos descremados y pescado. Conviene dejar sólo para momentos especiales, cada tanto, las papas fritas, productos de copetín, fiambres, mayonesa, crema, manteca, chocolate, tortas, facturas, hamburguesas industrializadas y gaseosas.

Es cierto: estos últimos son los alimentos que los chicos suelen preferir. De verduras, ni hablar. Tenga en cuenta que ellos,suelen oponerse sistemáticamente a muchas sugerencias de sus padres, como forma de autoafirmarse. Por lo tanto, declarar «la guerra de los alimentos sanos versus las hambuguesas» será contraproducente.

Pruebe hacer sus intervenciones en formal sutil; ellos aceptarán mejor los sí que los no. Adopte una forma positiva de hablarles, poniendo el énfasis en ofrecerles los alimentos más beneficiosos, y no tanto en prohibirles aquellos que no son tan convenientes. Recuerde que el reconocimiento y la felicitación ante los logros -en este caso, cada vez que los chicos eligen alimentos saludables- puede obrar maravillas: use y abuse de este método.

Los nutrientes amigos

Betacarotenos. Los alimentos más ricos en betacarotenos son zanahoria, zapallo, batatas, espinaca, acelga, berro, brócoli, coliflor, damascos, duraznos, melón. Comer alrededor de 2 platos de hortalizas (por ejemplo, una porción de tarta y una ensalada) y 3 frutas por dí­a protege contra la enfermedad cardí­aca y el cáncer. Si le resulta difícil que las acepten, disfrace las verduras en budines, omelettes, empanadas, sopas, guisos, etc.

Vitamina E. Se encuentra principalmente en los aceites de oliva, girasol, maíz, uva y soja, y también en los cereales integrales, germen de trigo, frutas secas (nueces, avellanas) y semillas (de lino, sésamo, girasol). Protege contra los ataques cardí­acos.

Magnesio. Se halla principalmente en legumbres, cereales integrales, pescados, frutas secas y semillas. Las gaseosas, ricas en fosfato, dificultan la absorción de este mineral. Actúa a nivel muscular previniendo la hipertensión, las arritmias y los ataques cardí­acos.

Potasio. Mineral presente en bananas, kiwis, naranjas, manzanas, verduras, legumbres y cereales integrales. Mientras la sal -sodio- ayuda a elevar la presión arterial, el potasio, en cambio, contrarresta esos efectos nocivos.

Calcio. El organismo sólo puede aprovechar bien el calcio suministrado por la leche y sus derivados. Este mineral no sólo es bueno para formar huesos y dientes, sino que ayuda a regular la presión arterial.

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