Protegen el corazón, ayudan a aumentar las defensas y favorecen el desarrollo mental y visual, especialmente en los niños y durante el embarazo.
Una proporción adecuada de ácidos grasos omega 3 ayuda a reducir el colesterol malo, el colesterol total y los triglicéridos, y a aumentar el colesterol bueno y a nivelar la presión arterial. Previene la enfermedad cardiovascular y colabora en el aumento de las defensas y favorece el desarrollo mental y visual, especialmente en los niños y durante el embarazo.
Son fundamentales en las etapas en que se forman los órganos, por eso deben incluirlos especialmente las embarazadas, las mujeres que amamantan y los niños.
La falta de omega 3 se asocia a problemas neurológicos, pérdida de memoria, hormigueo en brazos y piernas, disminución de las defensas, aumento del colesterol en sangre y retraso en el crecimiento.
La mejor manera de incorporar omega 3 es a través de los alimentos fuente: pescados grasos de agua fría (salmón, caballa, arenque, trucha, sardinas) y frutos de mar, aceites (especialmente de canola), porotos de soja, frutas secas (nueces, avellanas, almendras), germen de trigo y semillas de lino.