Desde las 10 de la mañana del jueves 28 de octubre, el público tuvo acceso al Salón de los Patriotas, donde se instaló la capilla ardiente. Al mediodía, estuvieron la presidenta Cristina Fernández y sus hijos, acompañados por funcionarios, mandatarios latinoamericanos y gobernadores. También pasaron Maradona y dirigentes de la oposición. Afuera, una larga fila de personas esperaba para despedirse.
La Presidenta apoyó su mano derecha sobre el féretro con los restos del ex presidente Néstor Kirchner y, durante algunos minutos, el silencio en el Salón de los Patriotas fue absoluto. Hasta que alguien del público lo cortó con gritos de aliento. AllÃ, la mandataria se recostó sobre el hombro de su hija Florencia, ambas con anteojos oscuros, y el gesto de dolor se hizo más pronunciado.
Ocurrió poco después de las 11, apenas la Presidenta había llegado a la Casa de Gobierno, donde desde las 10 velan al ex mandatario. El paso de la gente fue incesante y una larga fila, que llegó incluso hasta la 9 de Julio, aguardaba su turno para despedir a Kirchner.
Junto a la Presidenta, que durante dos horas se mantuvo de pie al lado del féretro y luego se retiró a descansar, estuvieron en primera instancia su madre y sus hijos -Máximo prefirió quedar un par de pasos detrás de su madre y su hermana-. Alrededor, los ministros del Gabinete y gobernadores. La mandataria regresó al salón alrededor de las 15 y se ubicó, esta vez sentada, nuevamente al lado del ataúd, al que acarició en varias ocasiones.
La titular de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, también estuvo a la cabeza de la ceremonia. Se vieron gestos muy conmovidos y llanto, tanto de los cientos de personas que empezaron a pasar por el lugar como de algunas de las figuras políticas del oficialismo que estaban formadas junto al féretro con los restos del ex mandatario, que fue velado a cajón cerrado.
La hermana del ex presidente se llevó varias veces las manos al rostro en un gesto de incredulidad y dolor. A su lado, el gobernador mendocino, Celso Jaque se enjugaba unas lágrimas. El ministro del Interior, Florencio Randazzo, fue otro de los que no ocultó expresiones de pena. Y uno de los pocos que habló fue Daniel Scioli: «Venimos a darle el último adiós a un gran argentino, un gran presidente, un gran peronista«, dijo al ingresar en la Casa Rosada.
La Presidenta fue conducida en helicóptero desde la Residencia de Olivos. Bajó a metros de la Casa de Gobierno en un movimiento rápido de su custodia.
Algunos de los primeros en saludarla fueron el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, y las titulares de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini.
Con el correr de las horas se acercaron los primeros dirigentes de la oposición, Francisco de Narváez y Ricardo AlfonsÃn. Y los mandatarios crÃticos Mauricio Macri y Mario Das Neves. Algunos de los mandatarios latinoamericanos que trajeron sus condolencias fueron el boliviano Evo Morales, el ecuatoriano Rafael Correa, el uruguayo José Mujica y el chileno Sebastián Piñera.
Poco después de las 13, y acompañado por su novia y el intendente de Ezeiza, Alejandro Granados, se acercó a la Casa de Gobierno Diego Maradona.
El velatorio estuvo abierto al público por Balcarce 50 y se extendió hasta el viernes. La salida de la gente fue por Balcarce 24. El tránsito en la zona estuvo cortado por el operativo de seguridad, en las calles comprendidas en el radio Carlos Pellegrini – Bernardo de Irigoyen – Corrientes – Belgrano – Paseo Colón y Alem, para facilitar el acceso a las personas.
La puerta de Balcarce 78 estuvo disponible para las ofrendas florales. No se admitió el ingreso de banderas, cámaras, pancartas ni estandartes.
Estuvieron instalados numerosos baños quÃmicos en los alrededores de Plaza de Mayo y también estuvo montado y fue reforzado un operativo conjunto de la Nación y la Ciudad de Buenos Aires para asistir eventuales descompensaciones. Las coronas y flores se recibieron desde las 9.
La primera persona en despedir a Kirchner fue una concejala de Moreno por el Frente para la Victoria, Graciela BenÃtez. Según dijo a la agencia Télam, comenzó a hacer la fila «el miércoles 27 a las 15.10», cuando llegó a la Plaza de Mayo acompañada por un grupo de militantes del Frente para la Victoria de Moreno.
Los restos de Néstor Kirchner llegaron en madrugada del jueves 28 a la ciudad de Buenos Aires. El traslado se realizó en un Lear Jet que aterrizó en el aeroparque metropolitano tras dos horas y media de vuelo.