“Quela”, la madrina de la Virgen (II)

Desde hace más de 60 años

Ángel Gil es la única que sigue realizando la devota labor de madrina de la Virgen. Hace más de 60 años que se encarga de vestir, atender y proteger a la imagen de Nuestra Señora de la Merced. Conmemorando las Fiestas Patronales, revivimos el relato de Quela y su vida al lado de la Santa Patrona.

“Quela”, como la llaman cariñosamente en La Carlota, relata su historia como madrina de la Virgen: “Empecé en la Iglesia como catequista en 1939, y en 1947 comencé a vestir a Nuestra Señora de la Merced. Esta hermosa tarea la realizo hasta el dí­a de hoy.

La Generala

El General Manuel Belgrano, nombró a la Virgen María Generala. 141 años después, el por entonces presidente, Juan Domingo Perón, la reivindica con el grado de Generala en el Ejército, bajo las advocaciones de Nuestra Señora de las Mercedes y de Nuestra Señora del Carmen, colocándole la banda y faja del Ejército Argentino.

“Fue uno de los momentos más importantes en la ciudad. Mucha gente se llegó hasta el atrio de la Iglesia para presenciar aquel acto. Por aquel entonces, me acompañaban en mi labor eclesiástica, las señoras Victorina Marín de Pombo, María de Martinasso, Isabel Morgan de López Seco y Clara Campos de Polero. El encargado era el padre Rau”, explica.

La vestimenta

Quela explica: “Yo decidí­a el vestido, de hecho la realización del traje nuevo estuvo a cargo mío, junto a Claudia Gelos. Nos donaron la tela y le colocamos el bordado que tenía el anterior, que había sido realizado por una hermana llamada Marcela, que tiene hoy más de 80 años. ¡Era un trabajo artesanal precioso! Lo cuidamos mucho. Es la púnica Virgen de la Merced en todo el  país que tiene tanto años”, concluye.

No sé por qué me nombraron madrina, pero me dijeron que me lo merecía ya que venía cuidándola desde hace mucho tiempo. Desde aquella vez nunca me suplantaron, este año también la vestí, no sé qué pasará el próximo”, cuenta orgullosa.

“Anteriormente, esta tarea la realizaba Visitación, una hermana Mercedaria que provenía de otra localidad. Ella me delegó el mando cuando se fue”, recuerda.