Pobreza, distribución y caridad (1)

    

pobrezaEl Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) “mide” la pobreza en base a un grupo de bienes y servicios limitado a un determinado tipo de familia. La “canasta” se compone de alimentación suficiente para no desnutrirse, más vestimenta básica, transporte, medicamentos y algunos pocos rubros secundarios más.

La Iglesia, mucho más cerca del hombre que el Estado, llama pobre a quien con los ingresos de su trabajo no alcanza a cubrir, además de las citadas necesidades, vivienda, salud, educación e instrucción, tiempo de descanso, posibilidad de ahorro y elevación del nivel cultural de manera tal que le sea posible ascender en la escala social; vivir con esperanzas y dignidad.

Conocer la pobreza requiere analizar las polí­ticas económicas y el criterio de justicia. Las primeras consideran la suficiencia o escasez de las cosas que el hombre necesita para satisfacer sus necesidades. El segundo, la distribución que por razones obvias quedará pendiente.

 Una realidad es que si todos los bienes no alcanzan para cubrir las necesidades totales, no podrá evitarse la pobreza. Otra es que sin el concurso de la naturaleza, del trabajo y del capital (herramientas), las cosas suelen ser inútiles.   

Visto lo precedente, es harto difícil comprender la pobreza en Argentina, pues de los tres requisitos uno es innato; la naturaleza, ya que Dios nos la dio maravillosa. Puesta aparte la cuestión de la justicia, como se dijo, queda como única explicación de la escasez la falta de producción por poco trabajo, carencias de inversiones o ambas cosas. La holganza a su vez, puede deberse, por ejemplo, a malformaciones educativas; inmerecidas dádivas a quienes se resisten a trabajar; malgasto de los gobiernos o hurtos de sus funcionarios. Cualquiera sea la causa, hay una realidad que nos quita el sueño: desde 1990, la pobreza disminuyó el 19% en Chile, el 18,3 en Brasil y se mantuvo estable en Uruguay mientras que en Argentina aumentó el 8,2% (La Nación 19-11-2009).

            Hace alrededor de veinte años, mediante una Carta Pastoral, los Obispos Católicos Norteamericanos sostuvieron, cuando la pobreza llegó allá al 12%, que era un “escándalo moral”. Hoy en las naciones del primer mundo (pertenecimos a él 80 años ha), casi no hay pobres y los pocos que aún existen son emigrantes entre los que se cuentan muchos argentinos.  

Pocos días atrás, nuestro Obispo Jorge Bergoglio S.J. usó los mismos términos que sus pares del Norte para referirse a la pobreza nacional. Pero es necesario marcar una diferencia cuantitativa; aquí los pobres hoy son cuatro veces más de lo que allá fueran. Entre nosotros oscilan en el 35% de la población (45% según otras fuentes y bastante más conforme a la definición que de pobreza dimos deduciéndola de las Encíclicas que tocan el tema).

            Por si no hubiera quedado suficientemente claro, el 31 de Octubre último Bergoglio sumó a lo dicho que los derechos humanos no sólo se violan con el terrorismo y la represión. También se lo hace con la extrema pobreza y agregó que antes se hablaba de opresores y oprimidos, luego de incluídos y excluídos y hoy de “los que caben y de los que sobran”.

¿Cómo entender que “sobren” personas en un país cuyo problema es la despoblación?.

Siguió el Obispo diciendo y preguntándose que si hay u$s 150.000.000.000 fuera del país y salen al exterior alrededor de u$s 2.000.000.000 mensuales (todos de argentinos), ¿qué podemos hacer para que éstos recursos sean puestos al servicio del país en orden a saldar la deuda social y generar las condiciones para un desarrollo integral para todos?. La pobreza, concluyó, “tiene nombres y apellidos y son tratados como material de descarte que van a cubrir la multitud de volquetes existenciales”. Reconocido por su cauta pero valiente dialéctica, no es accidental que usara aquéllas palabras para referirse a la pobreza; porque escándalo, en su acepción mas benigna, significa  desenfreno, mal ejemplo, desverguenza pero desde el otro extremo, es un delito penal.

En Agosto de 2009 sufrimos un imborrable papelón cuando Benedicto XVI expresamente  puso como ejemplo el “escándalo de la pobreza en la Argentina”. No obstante seguimos aplicando la misma y demostradamente fracasada polí­tica del demagógico distribucionismo.  Quizá por ello, en ocasión de la visita de las presidentes de Chile y Argentina al Vaticano (27-11-09), S.S. les dijo a ambas que conseguir la paz requiere luchar contra la pobreza y la corrupción. Nótese que la mundialmente reconocida excelencia de la diplomacia Vaticana, vinculó íntimamente la pobreza con la corrupción y colocó a ambas como impedientes de la paz.      

De los distintos y mas frecuentes tipos de escándalo, el que nos ocupa es de los peores. Bergoglio, seguramente analizando las conductas individuales, de gobiernos, opositores y sin omitir a la propia Iglesia (que somos todos los católicos), lo adjetivó “moral”. ¿Sospechó acaso que en las distintas concepciones morales pudiera estar la razón de los éxitos y fracasos de las variadas polí­ticas económicas que intentaron terminar con la pobreza?. ¿No nos corresponderá a los argentinos cuestionarnos el camino que transitamos para terminar con ella si en los últimos tiempos la hemos visto crecer a pesar del beneficio recibido por el País, cual fue los muy altos precios de la producción nacional?.

Nos resulta duro admitir que el trabajo es un derecho pero antes es una obligación de todos y que el fruto del mismo debe ser compartido con quienes están realmente necesitados (no con los que se niegan a trabajar, pudiendo hacerlo).

Si se trabaja, serán menos los pobres que quienes producen mas de lo que consumen y las dádivas alcanzarán y sobrarán para socorrer a quienes realmente lo necesiten. Demos fe de ello los habitantes de La Carlota donde el salón parroquial y el nuevo automóvil de las monjas del Hogar de Niños se pagaron casi íntegramente con dinero “sobrante” de las donaciones de católicos alemanes.

Las distintas soluciones propuestas, aunque con variantes, todas se basaron en las dádivas de persona a persona y se han fundado en diversas ideas morales.

            La Iglesia se inclinó por la Caridad, que es la mejor. Es mucho más que la simple dádiva, como hacia el final de estas notas procuraremos explicar. Por supuesto, dejaremos de lado sus relaciones con la Teología debido a nuestra ignorancia del tema. Pero sí consideraremos la influencia de los principios morales en las polí­ticas económicas de los países desarrollados y el nuestro.

Para diferenciar lo que es Caridad (Virtud Teologal), de la simple ayuda material al pobre, llamaremos a ésta dádiva o ayuda al necesitado. De Caridad puede hablar nuestro Párroco como Teólogo y estudioso que es.

La dádiva, como solución al problema de la pobreza, ha dado buenos resultados en los llamados países del primer mundo pero fracasó en los subdesarrollados.

Entre nosotros, lo que habitualmente llamamos caridad (dádiva) sirvió para adornar las almas que la practicaron por amor al prójimo, pero falló como punto de partida para la promoción social. Quizá debido a la insensibilidad del corazón de los ricos o a la ambición de los polí­ticos que expropiaron sus rentas al ciudadano, poniéndolas en las torpes manos del Estado, administrado por corruptos que necesitaron de los pobres para comprar votos a precio vil. O fue la mala y decadente educación que desanimó la reinversión de ganancias y la producción, generando escasez. Lo cierto es que la “medicina” incentivó el ocio malsano y devaluó la ética del trabajo y del esfuerzo invitando a vivir de la limosna, bajo el inmoral “derecho” de recibir todo sin dar nada a cambio, desvirtuando el tradicional doy para que des (do ut des) de los Romanos.

 

Quique Losuyo

4 comentarios en “Pobreza, distribución y caridad (1)

  1. No creen que tenemos los gobernantes que los merecemos,intendentes,gobernadores y presidentes?

    En un pais donde la falta de compromiso social de la mayoria de la poblacion es alarmante,donde la gente «honesta» con capacidad en su oficio o profesion no se mete en politica y los que hacen politica son los mismos corruptos de siempre que mas se puede esperar,nada,lo que hemos logrado como pais en estas condiciones es muy bueno,pues, somos una nacion con recursos inagotables.
    ahora me pregunto todo esto no se resume con EDUCACION, donde el estado invierta cuatro veces mas del presupesto actual,no creen lectores que de esta manera solucionariamos todos los males,una persona con cultura que conozca a pleno el funcionamiento de las instituciones,sus deberes y sus derechos,haria que una sociedad forme lideres naturales,serios e inteligentes para llevar adelante una nacion soberana mas justa y equuilibrada.
    ojala ,algun dia lo logremos,honestamente no lo creo mientras haya seres humanos que no saben lo que debieran saber,saben mal lo que saben y saben lo que no debieran saber,seguiremos siendo un pueblo ignorante.
    Gobernado por QUIENES NOS GOBIERNAN,CON FACTUOSAS MANCIONES Y BIENES MATERIALES,GOBERNANTES RICOS Y PUELO POBRE,OJALA CAMBIE,OJALA,PARA QUE NUESTROS HIJOS PUEDAN QUEDARSE A LUCHARLA EN ESTAS TIERRA,PARA QUE EL SUEÑO DEL HIJO PROFESIONAL DEL LABURANTE NO SEA UNA UTOPIA .OJALA….

    ATTE UN CIUDADANO COMPROMETIDO,ESPERANDO CONSEGUIR UN GRUPO DE GENTE «HONESTA Y PENSANTE» QUE PUEDA CAMBIAR ESTA MIERDA.

  2. Quique, este tema es una camisa de once varas. Porque se fugan capitales de la Argentina? Se puede combatir la pobreza sin inversion ?
    Porque la inversion huye de la Argentina ? Puede este pais , en las condiciones actuales ; atraer inversiones? Generando condiciones para captar inversiones, cuantas decadas nos puede llevar dar prueba de que no defaultearemos nuevamente y que pasamos a ser una nacion creible? Tenemos conciencia de que no solo tenemos que generar las condiciones, sino ser competitivos con otros paises, que nos han sacado distancia en cuanto a la calidad y credibilidad de sus politicas publicas, para atraer inversiones? Con reglas claras y estables; aceptando que la rentabilidad es a la inversion lo que la zanaoria al burro y no una obscenidad; podremos generar las condciones para empezar a combatir la pobreza. Reeditando constantemente la historia de la rana y el escorpion, seguiremos generando las condiciones para que la pobreza aumente. En la situacion que estamos hoy, ya nadie quiere hacer de rana; y para volver a hacerlo tendran que pasar años; con lo cual estos niveles de pobreza parecieran ser dificiles de combatir. Excepto, que entendamos que la zanaoria mueve al burro y al burro le brindemos un establo confortable.
    Atte. Un creyente en la libertad como movilizador de las ideas y el espiritu.

  3. Quique, excelente artículo.Algo nos pasa a los argentinos que no podemos salir de este problema. Nos sobra territorio, nos sobra naturaleza,tenemos agua….sin embargo nos falta algo, tal vez debamos copiar a diferentes paises que pudieron salir adelante después de terribles crisis, como Irlanda, España, Japón, Chile, Brazil, etc.
    Es evidente que vamos por mal camino. Siento una profunda impotencia y desesperanza por no vislumbrar ningún cambio en la política de lo temas fundamentales,(educación, salud, justicia, seguridad, distribuición), un abrazo y a rezar por nuestra Patria.

  4. Quique,¡qué tema has abordado! Es muy cierto todo lo que decís.En un libro que estoy leyendo se cita un artículo del año 1978 que dice «el fracaso de la Argentina como nación constituye el mayor misterio político de este siglo». Siendo que a fines de la primera década del siglo parecía que tendría un futuro maraviolloso.
    Los artículos que has escrito anteriorente y éste nos ayudan a entender un poco el presente lamentable de nuestro país.

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