Ildo Patriarca nacido en La Carlota y hoy radicado en Alejandro, es un músico de culto. No aparece por televisión, ni forma parte de la alegre farándula cotidiana. Sin embargo, en los dichos del genial Raúl Barboza, es «el mejor acordeonista argentino».
«Y la emoción me invadió cuando escuché por primera vez a Ildo Patriarca. Sentà que estaba frente a un músico fuera de serie y lleno de talento. Me impactó su gran dominio de mano izquierda acompañados de juegos armónicos que yo no había oÃdo hasta ese momento y que por lo tanto, yo no tenÃa la capacidad de hacer» dijo Raúl Barboza
Ildo empezó a tocar a los 10 años con el grupo de su primer maestro. «Y no dejé nunca», aclara. Pero no tenÃa proyectos. «Estaba en el campo y esto era una pasión, una válvula de escape». Las válvulas fueron los grupos bailables. «Porque otra alternativa no tenÃa –reconoce–. Pero la figura del «acordeón de auditorio» me daba vueltas en la cabeza desde hacía tiempo. Era raro que un instrumento tan amplio sólo se usara para divertir a la gente.» Comenzó a informarse sobre lo que pasaba con los acordeonistas fuera de la Argentina.
«A lo mejor, sin querer, desde entonces comencé a prepararme para lo que estoy haciendo ahora.» Por entonces, también lo influyeron los bandoneonistas. De ahà que no fuera casual su entrada al tango.
Ildo dice que entre los 15 y los 17 años ya estaba a la altura de lo que puede hacer hoy, pero con la inexperiencia lógica de ser un músico nuevo. En los bailes tocaba valses, rancheras, corridos, foxtrots y pasodobles, incluidos en las orquestas caracterÃsticas. «Más tarde se agregó la cumbia y después el cuarteto, hacia la década del 60.»
Pero en 1975 se «divorció». Esa es la palabra que utiliza para recordar el momento en que abandonó los repertorios bailables por no sentirse identificado. Dejó de salir a tocar durante casi seis años hasta que un día llegó «por error» a un festival de tango en Villa Mercedes. «CreÃa que se trataba de una peña. Lo único que supe fue que estaría Domingo Federico como homenajeado.»
Tuvo la posibilidad de subir al escenario para tocar tres temas. «Ahà Domingo Federico me dijo un montón de cosas que ni recuerdo por el julepe que tenÃa.» Ese día le propuso ir a grabar a Rosario. «Después empezaron a suceder cosas, casi de la nada.» Empezaron a llegar más propuestas: viajes al exterior y otro sello para grabar.
«Tengo que reconocer que soy afortunado. Porque no sé si todos los músicos recibieron el apoyo que yo tuve de mis pares», dice Ildo. A pesar de que los acordeonistas dentro del tango (una de las especialidades de Patriarca) andan bastante solos.
«El problema es que no tuvimos referentes tangueros. Hubo muy pocas cosas. Casi podría pensar que soy el primero en este tipo de propuesta. Yo pensaba en cómo instalar la figura del acordeón solista en un paÃs donde nadie sabe de qué se trata este instrumento. Empezar a hacerle entender a la gente que el acordeón no era sólo para divertirla. Bueno, eso lleva tiempo. Más en un caso como el mÃo, donde no hay promoción. Yo tampoco fui a buscar las cosas. Todo vino por propio peso.»
Reconocido en el exterior y poco difundido en el paÃs, este exquisito instrumentista que aborda tanto el tango como el folclore y el jazz, ha recorrido los principales festivales del mundo. Francia, EEUU, Canadá, Brasil pero sigue viviendo en su pequeño pueblo que lo admira y no deja de visitar a su Carlota que lo siente su hijo pródigo.