Desarrollo: La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°1 solicitó la elevación a juicio oral para Andrea Isabel Torelli, directora de la clínica donde operaba Aníbal Lotocki, y para otros cuatro médicos por el homicidio del paciente Rodolfo Christian Zárate en abril de 2021.
El responsable de dicha fiscalía, Pablo Recchini, le pidió al titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°60, Luis Schelgel, la elevación a juicio de la investigación contra cuatro médicos y la directora de la clínica Cemeco por el homicidio simple con dolo eventual de Zárate. Además, requirió que se juzgue a una instrumentadora quirúrgica por encubrimiento.
Conforme a lo dictaminado por el Ministerio Público Fiscal, en este caso el fiscal ya había solicitado en 2023 que el cirujano Lotocki fuera a debate oral por el homicidio de su paciente y por haber alterado su historia clínica.
“Ese tramo de la causa ya fue sorteado y recayó en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 17 de la Capital Federal, con la intervención de la Fiscalía General Nº30 ante los tribunales orales de ese fuero, a cargo de María Luz Castany”, indicaron.
En esta ocasión los apuntados que tiene la causa son la contadora y directora de la clínica, Andrea Isabel Torelli; el médico especialista en cirugía plástica, Daniel Enrique Zambrano García; el médico anestesiólogo, Santiago Luis Olguín; el médico y cirujano plástico, Polansky Peláez Hoyos y la médica anátomo-patóloga, Silvia Mabel Fernández.
Con respecto a la instrumentadora Florencia Marina Krzeczek, el fiscal la acusa de encubrimiento por “haber ocultado el teléfono de Lotocki para que no lo hallaran los investigadores”.
El 16 de marzo de 2021, Zárate asistió al consultorio de Lotocki, ubicado en la calle Florida al 600, en el barrio porteño de Retiro, y acordó realizarse una lipoescultura y dermolipectomía a cambio de 6.500 dólares.
“Tras la comunicación de que la operación se realizaría en la clínica ubicada en Colpayo 20, en el barrio porteño de Caballito, Lotocki recibió los resultados de los estudios médicos donde se señalaba que la víctima había padecido COVID-19 y que tenía Diabetis Mellitus de grado II”, detallaron.
La cirugía, que debía realizarse el 9 de abril, se pospuso hasta el 15 de ese mes. Aquella mañana, Zárate ingresó a la clínica para realizarse la intervención, que consistía en la remoción de tejidos en distintas partes del cuerpo, tales como “cuello, hombros, pectorales, brazos, axilas, cara anterior del abdomen, pelvis, región lumbar y sacra y glúteos”.
Horas después de la primera intervención, Zárate fue subido nuevamente al quirófano, debido a que tanto una enfermera como la médica Fernández notaron inconvenientes. Allí habría permanecido unas dos horas.
“No existen registros documentales de lo acontecido cuando Zárate subió por segunda vez al quirófano, porque nada se consignó en la historia clínica. Sólo podría efectuarse una reconstrucción a partir de las filmaciones captadas en el interior del quirófano. Sin embargo, como Zárate se quejaba de los fuertes dolores, porque aparentemente se le habían abierto las heridas, en esa segunda intervención se habría abierto la herida en la zona del ombligo para verificar su estado y sepsis, luego se lo habría suturado nuevamente”, describió el fiscal.
En la pieza acusatoria, el fiscal consignó que el paciente quedó esa noche al cuidado de la médica Fernández, y que estaba dolorido y no cenó ni durmió por las molestias. Explicó que, alrededor de las 6.00 de la mañana el hombre le dijo a una enfermera que tenía sueño y allí se constató que su saturación era baja. Añadió que, a media mañana, se descompensó y fue intubado, al tiempo que personal de la clínica se comunicó con su obra social, desde la que enviaron una ambulancia.
Recchini también relató que los médicos que arribaron en el vehículo advirtieron la complejidad del cuadro y convocaron a una segunda ambulancia, y advirtieron que el hombre estaba “mal intubado”. Precisó que, en ese momento, el paciente sufrió un paro cardíaco y falleció luego de que intentaran reanimarlo, por lo que se dio intervención al SAME, que constató el fallecimiento y comunicó el hecho a la comisaría de la zona.
El responsable de dicha fiscalía, Pablo Recchini, le pidió al titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°60, Luis Schelgel, la elevación a juicio de la investigación contra cuatro médicos y la directora de la clínica Cemeco por el homicidio simple con dolo eventual de Zárate. Además, requirió que se juzgue a una instrumentadora quirúrgica por encubrimiento.
Conforme a lo dictaminado por el Ministerio Público Fiscal, en este caso el fiscal ya había solicitado en 2023 que el cirujano Lotocki fuera a debate oral por el homicidio de su paciente y por haber alterado su historia clínica.
“Ese tramo de la causa ya fue sorteado y recayó en el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 17 de la Capital Federal, con la intervención de la Fiscalía General Nº30 ante los tribunales orales de ese fuero, a cargo de María Luz Castany”, indicaron.
En esta ocasión los apuntados que tiene la causa son la contadora y directora de la clínica, Andrea Isabel Torelli; el médico especialista en cirugía plástica, Daniel Enrique Zambrano García; el médico anestesiólogo, Santiago Luis Olguín; el médico y cirujano plástico, Polansky Peláez Hoyos y la médica anátomo-patóloga, Silvia Mabel Fernández.
Con respecto a la instrumentadora Florencia Marina Krzeczek, el fiscal la acusa de encubrimiento por “haber ocultado el teléfono de Lotocki para que no lo hallaran los investigadores”.
El 16 de marzo de 2021, Zárate asistió al consultorio de Lotocki, ubicado en la calle Florida al 600, en el barrio porteño de Retiro, y acordó realizarse una lipoescultura y dermolipectomía a cambio de 6.500 dólares.
“Tras la comunicación de que la operación se realizaría en la clínica ubicada en Colpayo 20, en el barrio porteño de Caballito, Lotocki recibió los resultados de los estudios médicos donde se señalaba que la víctima había padecido COVID-19 y que tenía Diabetis Mellitus de grado II”, detallaron.
La cirugía, que debía realizarse el 9 de abril, se pospuso hasta el 15 de ese mes. Aquella mañana, Zárate ingresó a la clínica para realizarse la intervención, que consistía en la remoción de tejidos en distintas partes del cuerpo, tales como “cuello, hombros, pectorales, brazos, axilas, cara anterior del abdomen, pelvis, región lumbar y sacra y glúteos”.
Horas después de la primera intervención, Zárate fue subido nuevamente al quirófano, debido a que tanto una enfermera como la médica Fernández notaron inconvenientes. Allí habría permanecido unas dos horas.
“No existen registros documentales de lo acontecido cuando Zárate subió por segunda vez al quirófano, porque nada se consignó en la historia clínica. Sólo podría efectuarse una reconstrucción a partir de las filmaciones captadas en el interior del quirófano. Sin embargo, como Zárate se quejaba de los fuertes dolores, porque aparentemente se le habían abierto las heridas, en esa segunda intervención se habría abierto la herida en la zona del ombligo para verificar su estado y sepsis, luego se lo habría suturado nuevamente”, describió el fiscal.
En la pieza acusatoria, el fiscal consignó que el paciente quedó esa noche al cuidado de la médica Fernández, y que estaba dolorido y no cenó ni durmió por las molestias. Explicó que, alrededor de las 6.00 de la mañana el hombre le dijo a una enfermera que tenía sueño y allí se constató que su saturación era baja. Añadió que, a media mañana, se descompensó y fue intubado, al tiempo que personal de la clínica se comunicó con su obra social, desde la que enviaron una ambulancia.
Recchini también relató que los médicos que arribaron en el vehículo advirtieron la complejidad del cuadro y convocaron a una segunda ambulancia, y advirtieron que el hombre estaba “mal intubado”. Precisó que, en ese momento, el paciente sufrió un paro cardíaco y falleció luego de que intentaran reanimarlo, por lo que se dio intervención al SAME, que constató el fallecimiento y comunicó el hecho a la comisaría de la zona.
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