Desarrollo: “Wilde, un hombre”, la obra dirigida y protagonizada por Pepe Cibrian, tuvo su función de gala en el Teatro Regina.
El espectáculo volvió a cobrar vida tras 20 años de su estreno. En aquel entonces, el actor compartía escena con su madre (Ana María Campoy) que encarnaba el mismo papel que en la realidad. En esta oportunidad, Ana Acosta interpreta a la mamá del protagonista. Los actores suben al escenario juntos por primera vez.
Julieta Cancelli transita el personaje de Speranza al igual que en el estreno de hace dos décadas, junto a Campoy.
Desde el ingreso a la sala, los actores invitan al público a ser parte del cuadro. Tres reos con el típico atuendo a rayas, muestran carteles que hacen referencia a los diálogos de la función: “No me mires”, “Culpable” y “Hazlo por mí”.
Previo a la apertura del telón, Carmen Barbieri dialogó con Noticias Argentinas y contó que las expectativas frente a la obra eran «las de siempre porque cuando ‘Pepito’ (Pepe Cibrián) hace algo, sé que es maravilloso. Además, un homenaje a Oscar Wilde me parece genial».
La conductora señaló que las condiciones del teatro en la actualidad son «cada vez mejor: se puede ver que la gente elige, tiene un abanico de opciones muy grande a la hora de ver espectáculos, como comedia o drama».
Al ser consultada por sus proyectos a futuro, Barbieri continúa en la televisión, sin embargo destacó: «No veo la hora de hacer teatro y shows por todo el país».
La obra transcurrió a sala llena y con la presencia de reconocidas figuras, como Cecilia Milone, Costa, Pamela David, Teresa Calandra, Noelia Marzol, Fabián Medina Flores, Jimena Latorre, Alvaro Navia y Vanina Escudero, entre otros.
El cuadro inicia con los protagonistas en el único foco de atención. Pepe Cibrián y Mateo Bennasar dan el pie a un camino que transita los vaivenes de la vida del segundo escritor más importante de la lengua inglesa, luego de Shakespeare.
El espectáculo pone en escena una problemática de antaño: Oscar Wilde es acusado de indecencia por su relación con su amante Bossie. Una disputa que lo hunde para luego ser endiosado.
La trama revela un conflicto cargado de emociones. Permite abordar una diversidad de instancias en poco tiempo sin abrumar al espectador. Hay una cadencia de flashbacks que entrelaza el pasado y el presente.
La imágen de la “Speranza”, el “Futuro”, la condena y su amante, se mantienen sobre el escenario. De esta manera, la metáfora toma el cuerpo de los intérpretes y se convierte en realidad.
Al finalizar la función, Cibrián agradeció «a todos los seres queridos» y a «quienes ya no están»: «nos acompañan, dan fuerza y son como profesores permanentes de nuestras luchas, caídas, deseos y errores. En ese espacio, que yo me imagino blanco, todos estaremos ahí haciendo teatro».
Así mismo, el intérprete recordó la importancia de La Casa del Teatro: «Este espacio está para nosotros y para aquellos actores que no pueden tener un techo, un pan, un espacio donde vivir lo que nos quede de vida, gracias a Regina existe este lugar».
En un acto de humildad el artista recordó sus inicios con la obra Las dulces niñas: «La produje y afortunadamente no fue nadie. La gente iba a la boletería y decía ´Buenas tardes, vengo a avisar que no vengo´».
«Esas cosas me causan el placer de seguir e ir a golpear puertas y así conocí a quienes, junto a mis padres, me cambiaron la vida: Tito y Ernestina Lectoure», agregó el actor al rememorar a los dueños del mítico Luna Park.
Completan el elenco: Claudia Duce, Sofia Daher, Emiliano Cuetara, Andy Rinaldi, Jose Fiz, Brisa Aparicio, y Dante Emanuel.
El espectáculo continúa en cartelera los viernes a las 20, sábados y domingos a las 18.
El espectáculo volvió a cobrar vida tras 20 años de su estreno. En aquel entonces, el actor compartía escena con su madre (Ana María Campoy) que encarnaba el mismo papel que en la realidad. En esta oportunidad, Ana Acosta interpreta a la mamá del protagonista. Los actores suben al escenario juntos por primera vez.
Julieta Cancelli transita el personaje de Speranza al igual que en el estreno de hace dos décadas, junto a Campoy.
Desde el ingreso a la sala, los actores invitan al público a ser parte del cuadro. Tres reos con el típico atuendo a rayas, muestran carteles que hacen referencia a los diálogos de la función: “No me mires”, “Culpable” y “Hazlo por mí”.
Previo a la apertura del telón, Carmen Barbieri dialogó con Noticias Argentinas y contó que las expectativas frente a la obra eran «las de siempre porque cuando ‘Pepito’ (Pepe Cibrián) hace algo, sé que es maravilloso. Además, un homenaje a Oscar Wilde me parece genial».
La conductora señaló que las condiciones del teatro en la actualidad son «cada vez mejor: se puede ver que la gente elige, tiene un abanico de opciones muy grande a la hora de ver espectáculos, como comedia o drama».
Al ser consultada por sus proyectos a futuro, Barbieri continúa en la televisión, sin embargo destacó: «No veo la hora de hacer teatro y shows por todo el país».
La obra transcurrió a sala llena y con la presencia de reconocidas figuras, como Cecilia Milone, Costa, Pamela David, Teresa Calandra, Noelia Marzol, Fabián Medina Flores, Jimena Latorre, Alvaro Navia y Vanina Escudero, entre otros.
El cuadro inicia con los protagonistas en el único foco de atención. Pepe Cibrián y Mateo Bennasar dan el pie a un camino que transita los vaivenes de la vida del segundo escritor más importante de la lengua inglesa, luego de Shakespeare.
El espectáculo pone en escena una problemática de antaño: Oscar Wilde es acusado de indecencia por su relación con su amante Bossie. Una disputa que lo hunde para luego ser endiosado.
La trama revela un conflicto cargado de emociones. Permite abordar una diversidad de instancias en poco tiempo sin abrumar al espectador. Hay una cadencia de flashbacks que entrelaza el pasado y el presente.
La imágen de la “Speranza”, el “Futuro”, la condena y su amante, se mantienen sobre el escenario. De esta manera, la metáfora toma el cuerpo de los intérpretes y se convierte en realidad.
Al finalizar la función, Cibrián agradeció «a todos los seres queridos» y a «quienes ya no están»: «nos acompañan, dan fuerza y son como profesores permanentes de nuestras luchas, caídas, deseos y errores. En ese espacio, que yo me imagino blanco, todos estaremos ahí haciendo teatro».
Así mismo, el intérprete recordó la importancia de La Casa del Teatro: «Este espacio está para nosotros y para aquellos actores que no pueden tener un techo, un pan, un espacio donde vivir lo que nos quede de vida, gracias a Regina existe este lugar».
En un acto de humildad el artista recordó sus inicios con la obra Las dulces niñas: «La produje y afortunadamente no fue nadie. La gente iba a la boletería y decía ´Buenas tardes, vengo a avisar que no vengo´».
«Esas cosas me causan el placer de seguir e ir a golpear puertas y así conocí a quienes, junto a mis padres, me cambiaron la vida: Tito y Ernestina Lectoure», agregó el actor al rememorar a los dueños del mítico Luna Park.
Completan el elenco: Claudia Duce, Sofia Daher, Emiliano Cuetara, Andy Rinaldi, Jose Fiz, Brisa Aparicio, y Dante Emanuel.
El espectáculo continúa en cartelera los viernes a las 20, sábados y domingos a las 18.
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