En el primer trimestre de 2024, el negocio porcino mostró una caída significativa en producción y consumo. La faena se redujo un 2,4% interanual, alcanzando 174.000 toneladas. El consumo interno también disminuyó un 4%, situándose en 177.000 toneladas, lo que ha impactado negativamente en los precios del capón.
El precio del capón ha caído un 19% en lo que va del año, reflejando la débil demanda. Esta situación se ve agravada por la suba del 9% en el precio del maíz, un insumo crucial para la producción porcina. La relación de precios entre el capón y el novillo también alcanzó su punto más bajo en cuatro años.
La carne de cerdo, al depender principalmente del consumo interno, se ve más afectada por la baja demanda en comparación con la carne bovina, que tiene un perfil de exportación más fuerte. La caída en la rentabilidad del sector es un reflejo de estas dinámicas adversas en el mercado.
Los productores enfrentan un desafío significativo para recuperar la estabilidad financiera y adaptarse a las condiciones del mercado. La reducción en el consumo per cápita y la presión de los costos de insumos continúan afectando la sostenibilidad del negocio porcino en Argentina.
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