El ambiente de la educación argentina se enfrenta a un nuevo debate, que podría generar mucha polémica y repudio. Según informa Clarín, el Ministerio de Educación analiza unificar los años 2020, 2021 y 2022 en una “unidad pedagógica” que sería evaluada recién a fines del 22. Mientras, los alumnos pasarían de grado a grado sin repetir.
El martes, el ministerio nacional propuso esta medida a las provincias en una reunión del Consejo Federal de Educación. De entrada, los ministros de la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, expresaron sus reparos.
“Ahora estamos transitando el último período de la unidad pedagógica 2020/2021 y nos estamos permitiendo con el Consejo Federal evaluar cómo ha trascurrido este tiempo, cuáles son las consecuencias y sobre esa discusión veremos qué decisión tomamos para 2022”, dijo a Clarín Marisa Díaz, secretaria de Educación del Ministerio de Educación nacional, quien presentó la propuesta.
Sobre los motivos, explicó: “Hay que entender que trabajar en ciclos educativos es una tradición del sistema educativo argentino. Planteamos la agenda de temas con la intención de ver cómo avanzamos para adelante. La escuela que viene es distinta y hay que empezar a tomar decisiones”, sostuvo.
El objetivo, indica el artículo, es no dejar atrás a los chicos que no pudieron aprender por dificultades de la pandemia. Para ellos plantea un acompañamiento especial, bajo la figura de “promoción acompañada”.
Las diferencias entre los ministros no hace más que reflejar la diferencia que se da también entre los propios distritos, ya que no todas las jurisdicciones pudieron ofrecer los mismos niveles de presencialidad, y necesitan distintos criterios y formas de evaluar a los estudiantes
La Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, comenzó las clases el 17 de febrero y solo las interrumpió por tres días, durante el confinamiento más estricto de mayo. En ese distrito aseguran que ya tienen establecido por resolución todas las pautas del ciclo lectivo.
La ministra porteña Soledad Acuña dijo públicamente que esta “unidad pedagógica” hasta 2022 significaría “decir que de vuelta pasan todos, que nadie repite, que no importa si aprendieron o no aprendieron”.
“Se puede tomar una medida de esa excepcionalidad un año donde tuvimos una excepcionalidad, pero un año y medio después no podemos estar hablando de lo mismo. Y significa que vamos a engañar a los chicos diciéndoles que pueden hacer algo que no aprendieron”, dijo a TN.
El ministro de Educación mendocino, Jose Thomas, dijo a Clarín: “Creo mucho en acompañar las trayectorias individuales de los chicos, y está muy demostrado que la repitencia no sirve. Pero hay que ver cuáles son los dispositivos que se usan para contrarrestarlo. Nosotros tenemos un sistema nominal, que apoya a cada uno de los chicos intentando que no se queden”.
“Las condiciones no son las mismas que el año pasado, y por lo tanto no deberíamos hacer lo mismo desde lo operativo. Pero sí desde lo conceptual: la repitencia como la veníamos conociendo no es la solución para este año tampoco”, sumó.
Mientras, Guillermina Tiramonti, investigadora de FLACSO, consideró que la unidad pedagógica “puede significar dos cosas. Una, que vamos a rearmar el programa de esos tres años para definir los conocimientos que los chicos tienen que adquirir dada la situación de pandemia, y hacer las evaluaciones del caso. Esto sería muy inteligente. O es que no evaluemos nada hasta el 2022, y eso sería terrorífico: significaría que estamos dispuestos a dejar que los chicos no aprendan nada. Y recién en el 22 nos haremos cargo de si los chicos saben o no saben, con el agravante que a lo mejor en el 22 podemos inventar algo de forma de patear las evaluaciones hasta el 23 y después se acaba el período de gobierno y ya veremos lo que hacemos”, dijo.
Gustavo Zorzoli, ex rector del Buenos Aires, marcó: “Esta propuesta surge como otras veces en la órbita de la burocracia estatal, que desconoce los problemas que enfrenta el sistema educativo y no hace más que desalentar el estudio de nuestros alumnos y sigue nivelando hacia abajo no evaluando”.
Mientras, no hay aún evaluaciones certeras sobre cómo impactó la pandemia en los aprendizajes de los alumnos argentinos. La última evaluación que se realizó fue en marzo de 2020, y la próxima será recién en abril de 2022, por la postergación de las pruebas Aprender.