“Por iniciativa de compañeres y amigues, vamos a hacer un pollerazo presencial en la plaza de nuestra ciudad con distanciamiento y protocolos. Las consignas serán: ‘La ropa no tiene género’; ‘Basta de machismo en las escuelas’; ‘Educación sexual integral para padres, madres y docentes’ y ‘La educación será inclusiva y diversa o no será’”, cuenta Luis Villafañe en su perfil de Facebook. “Esto que pasó, no sólo me pasa a mí. Es necesario visibilizar. Solo así nos garantizamos que algo cambie”, sostiene.
Desde hace cuatro días, el nombre de este adolescente, que además fue aspirante a bombero voluntario, recorre las tapas de los diarios y portales de su provincia. De Juan Bautista Alberdi, ciudad situada en el sur de la provincia de Tucumán, Villafañe cursó el secundario en la Escuela Técnica N°1. La semana pasada, el viernes 11 de diciembre, el joven de 18 años asistió al acto de graduación y eligió usar una pollera pantalón, uniforme reservado exclusivamente para mujeres. Su actitud generó un fuerte rechazo por parte de las autoridades del establecimiento, quienes le advirtieron que debía asistir con el uniforme “de hombre”. Caso contrario tenía que irse a su casa.
Para ahorrarse un conflicto, Villafañe se puso el pantalón y subió al escenario a recibir su diploma. Al salir de la escuela, sin embargo, volvió a ponerse la pollera y se sacó una foto que publicó en sus redes sociales. “En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política. La homofobia y el machismo en las instituciones escolares EXISTE y todos los que no cumplimos con la heteronorma estamos y estaremos expuestos a recibir violencia institucional desde que empezamos a cursar hasta el momento en el que nos egresemos (si es que nos dan la posibilidad de hacerlo). Como sociedad tenemos que visibilizar y repudiar toda esta clase de acciones, por nosotros y por los que vienen. NO NOS CALLAMOS MÁS”, escribió el joven.
En pocas horas, el posteo se hizo viral y la historia de Luis Villafañe ya recorre el país
Es lunes 14 de diciembre y faltan pocos minutos para que comience el “pollerazo”. En ese contexto, Luis Villafañe dice que está sorprendido por la repercusión que cobró su historia y que todo el apoyo que recibió lo hace inmensamente feliz.
Acerca de lo que vivió en su acto de colación, el joven sostiene que la actitud de la escuela no lo sorprendió. “Detrás de la pollera se presentó un lucha contra el machismo y la violencia contra les alumnes y les docentes que viene de años. Al tratarse de una Escuela Técnica tiene una perspectiva un tanto conservadora”, resume el adolescente y cuenta que sus padres no estuvieron de acuerdo con lo que hizo (”Les pareció una falta de respeto”), pero que el resto de su familia (”tíos, abuelos y primos”) se mostraron receptivos y lo acompañaron en su reclamo.
El director de la Institución, Alberto Victoria, quien dio su versión de los hechos. De acuerdo con Victoria, días antes del acto de fin de curso habían acordado vía zoom que los alumnos irían vestidos con el uniforme de la escuela.
“Ellos habían decidido que los varones iban a ir de blazer. Como había tres posibilidades yo les dije que decidan y me lo comunicaran. Dijeron que iban a venir de gala y en ese momento no se manifestó ninguna situación particular”, explicó. Por eso, cuando lo vio a Villafañe en pollera le llamó la atención. “Le dije: ‘Mire, así no puede estar dentro del establecimiento’. Y, entonces, él ofreció cambiarse con el pantalón. Fue y se cambió. Recibió el diplomita con el pantalón, salió de la institución e hizo la foto con la que luego hizo el desagravio”, sostuvo el directivo
Tras tomar conocimiento del caso, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) se puso en contacto con el Luis Villafañe. “Lo asesoramos y le ofrecimos también hacer la denuncia formal. Pero por el momento el prefirió no hacerla”, explicó Guillermo Pablo Gutiérrez, delegado del Instituto en Tucumán y destacó que desde el Ministerio de Educación de la provincia hubo una intervención rápida. “Mediaron entre el director de la Institución y el alumno y hubo disculpas de por medio”, agregó.
Consultado acerca de la frase arrojada por el directivo de la escuela (”¿Qué haces con una pollera? ¡Es de mujer!”) Gutiérrez dice que el rector quería “cuidar al joven”. “Creemos que desde la docencia y buena parte de la sociedad tiene que empezar un proceso de deconstrucción. En el Norte son muy conservadores. Luis Villafañe rompió todos los esquemas”, apuntó el delegado de INADI.
Luego de la reunión, se firmó un acta donde, la institución se compromete a reforzar los aportes de la Educación Sexual Integral (ESI) y a garantizar que lo que pasó con Luis Villafañe no se repita. “Hubo que discutir bastante para que ese pedido de disculpas fuera genuino. Constantemente había que volver a la idea de que, más allá de lo que yo decida en cuanto a cómo vestirme, el acto discriminatorio sucedió. Aún sin intención, sucedió. La conquista fue ese pedido de disculpas y el compromiso para mejorarlo todo. Si todo esto que está pasando sirve para ayudar a replantearse cosas desde las instituciones, ya con eso avanzamos un montón. Un paso adelante que no es solo mío. Sentí que logré algo grande”, se despide el joven.
En la provincia de Salta, en noviembre de 2018, un estudiante del Colegio Mariano Moreno de la localidad de General Güemes, atravesó una situación similar a la de Luis Villafañe. El joven, cuyo nombre no trascendió, tenía calor, no lo dejaron ir en pantalón corto y decidió usar pollera. Su actitud revolucionó la escuela.
No es la primera vez que un colegio plantea que las polleras “son de mujer”. Hace dos años, un grupo de alumnos de Colegio Modelo Mármol, ubicado en José Marmol (provincia de Buenos Aires) hizo un pollerazo para solidarizarse con sus compañeras quienes, días antes, recibieron la orden de bajarse el ruedo de la pollera “para evitar posibles abusos sexuales” y porque “estábamos provocando”.
Bajo el lema “la ropa no tiene género”, los jóvenes aprovecharon el recreo para manifestarse. Los hombres se pusieron polleras y las mujeres pantalón de vestir. Lo sucedido rompió con la estructura de lo cotidiano, dejando expuesto al personal administrativo del colegio, que les pidió disculpas a los alumnos luego del pedido que les habían realizado.