Las clínicas de Río Cuarto, nucleadas en Aesa, tendrán mañana su primera reunión con las nuevas autoridades locales del Pami. Será con una agenda centrada en la calidad de las prestaciones, tema de interés para el instituto, y en los valores de las prácticas médicas, que es la mayor preocupación de las empresas de la salud privada. El director local, Fernando Bossio, indicó que los problemas tienen que ver con la situación heredada de la gestión anterior.
Una de las primeras medidas que tomará la nueva gestión al frente de la regional del Pami Río Cuarto será abrir una mesa de diálogo con las clínicas de la ciudad.
Dentro del orden del día, las autoridades de la obra social quieren hablar de la calidad de las prestaciones de salud que brinda el sistema de salud privado. En este sentido, tienen el concepto de que hay que mejorar el servicio para los afiliados.
“En los últimos 4 años, las clínicas, que son pymes, tuvieron incrementos generales del orden del 500 por ciento, pero consiguieron aumentos del 200 por ciento por sus prestaciones”, admitió Fernando Bossio, flamante director de la UGL local.
Por lo demás, dijo que, como contrapartida, se produjo un “deterioro de la calidad prestacional muy notorio”. De todas formas, explicó que el sistema de salud privada siguió operando gracias a que cuenta con una demanda cautiva.
“Esto siguió funcionando porque los afiliados del Pami terminaron amortiguando la crisis, al igual que los trabajadores de la sanidad”, indicó Bossio.
En el mismo sentido, agregó que ése será uno de los temas de los que hablarán con la Asociación de Empresas Sanatoriales (Aesa) durante la reunión de mañana viernes.
“Tenemos que empezar a ver cómo zanjamos esa brecha, esa distancia entre los derechos de los afiliados y el deterioro de la salud. Acá no hay víctimas ni victimarios, pero sí tenemos un polo más débil y es el de nuestros afiliados”, dijo el funcionario.
En el mismo sentido, explicó que entienden “el esfuerzo de los prestadores, pero no podemos afinar el lápiz cuando no hay lápiz”.
Por otro lado, Bossio reconoció que Pami viene pagando por los servicios de las clínicas “por debajo de la expectativa empresaria”, pero aclaró que la demora en la liquidación de la “factura única” se está haciendo a 20 días.
Por último, y en otro orden de cosas, Bossio apuntó que encontraron un Pami “arrasado”, porque el eje de la gestión anterior había sido el equilibrio financiero, con fuertes recortes en la cobertura.
Sobre este punto, sostuvo que los afiliados de la región prácticamente no usaban los servicios de la obra social, porque “la gran mayoría estaban disponibles en los grandes centros urbanos”.