El equipo de Coordinación del EPPA La Carlota concretó, el viernes pasado 13 de abril, la charla “FORTALECIENDO NUESTROS VÍNCULOS MÁS CERCANOS”, una estrategia para promover la prevención de adicciones y violencia familiar. La misma se desarrolló en el salón Vecinal Central Argentino a partir de las 21 horas con entrada libre y gratuita.
En el lugar, tres mujeres disertantes fueron las protagonistas que relataron sus experiencias de vida y su necesidad por contar lo que está pasando en la sociedad actual, con las adicciones y la postura de la gene frente a ellas. Así, Marina, Melisa y Noelia dieron inicio a la charla. Por último, Darío Pérez tomó la palabra para dar fin a este encuentro y narró su adicción por el alcohol. Agradeció a EPPA por la contención y ayuda para poder dar fin a este problema.
El grupo EPPA (Equipos Promotores de Prevención de Adicciones) tuvo su origen en La Carlota en el año 2007. Su fundador es Juan Pablo Berra, quien trabajó durante veinte años en centros de rehabilitación para adictos. Luego de comprobar que se lograban resultados tan magros con esfuerzos logísticos y humanos enormes -sólo uno de cada 10 se recuperaba- decidió dedicarse tiempo completo a la prevención.
La charla que se brindó en nuestra ciudad tuvo como principal objetivo compartir experiencias, estilos de vida para, de esta manera, lograr conclusiones mediante la posibilidad del diálogo para poder exteriorizar sentimientos. El licenciado Juan Pablo Berra es Profesor de Filosofía, Licenciado en Ciencias de la Religión (UNSTA) y Licenciado en teología (UCA). Es autor de los libros “Los siete niveles de la comunicación” y “Con los adolescentes ¿Quién se anima?”, entre otros.
Junto con Inés Gramajo son conferencistas nacionales e internacionales. A su vez han creado los grupos E.P.P.A. (Equipos promotores de prevención de adicciones) integrado por padres, adolescentes y docentes cuya experiencia se está implementando en diferentes provincias de Argentina.
También han fundado y dirigen la Escuela de Creadores de Nueva Humanidad dedicada a cultivar la calidad de los vínculos a través de la práctica de herramientas de comunicación.
“Una Mirada Real Hacia Las Adicciones”: la primera disertante, la señora Marina, contó su motivación por seguir con las enseñanzas del licenciado Pablo Berra. Habló sobre la persona adicta, sobre las drogas, aduciendo una comparación de éstas con una “novia”: que “te buscan, pero, después te dejan solo”. Refirió al tema del alcohol como el problema mayor y, al respecto, advirtió sobre los peligros a la hora de conducir. Expresó que pareciera que el tema del alcohol está “naturalizado”, aparece como parte de una previa, de un cumpleaños de quince, de una fiesta, sin embargo, causa muertes; manifestó sobre los cambios de conducta, de percepción y de conciencia que esta adicción provoca.
Habló, incluso, sobre las mezclas de alcohol y las lamentables consecuencias que ello trae. Defendió, por último, a la comunicación y a la escucha como competencias esenciales a la hora de la prevención de adicciones.
La importancia de la familia: A continuación, Noelia, habló sobre el valor de la familia en la sociedad. Es vital dotar a los padres de una serie de herramientas que les permitan aprender a comunicarse. Porque en realidad el grave problema que tenemos de comunicación entre padres e hijos no está en los hijos, el grave problema está en los padres. Berra enseña en los talleres a comunicarse, primero, con uno mismo y, luego, con los otros en siete niveles: la información, el intercambio de opiniones, las experiencias de vida, la revelación de sentimientos, la de las necesidades, el poder llegar adonde habita la inteligencia, la libertad y el entusiasmo.
La disertante señaló que una gran cantidad de jóvenes, adolescentes y adultos están “bloqueados”, es decir, no saben resolver sus problemas, no son felices y no pudieron ser desahogados porque no supimos vivir en todos los niveles… muchas cosas quedaron atoradas: “cuando no pongo en palabras lo que siento, intento tapar con drogas, con alcohol, con trabajo en exceso, comprando cosas que no necesito, con gritos, con golpes, con desprecio, por eso, la comunicación es esencial para desahogarnos y prevenir adicciones y violencia».
La Violencia: En tercer lugar, Melisa, habló de la violencia en todos sus matices: en la escuela, en la pareja, en la familia, como una forma de rebajar, de ridiculizar, cuando no escuchamos, cuando descalificamos… advirtió que la violencia física es fácil de reconocer porque está “marcada”, pero la violencia psíquica es la más difícil de curar porque son heridas del alma y del corazón que tardan más tiempo en borrarse…
Para terminar con la violencia se debe, en primer lugar, reconocer lo que nos pasó. Es importante darse cuenta de que en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado o hemos sido víctimas de la violencia. Luego de este reconocimiento será posible poder empezar a cambiar. Nadie es culpable de nuestros actos violentos, son angustias difíciles de resolver…
Reflexión: La premisa de Berra es que “cuanto antes, mejor”. Hay cosas para las que es preferible no perder tiempo. Por eso, su propuesta de prevención arranca desde la sala de 3 en el jardín. «Hemos notado que vivimos en una cultura adicta y adictiva que promueve las adicciones, y hay conductas adictivas que empiezan a manifestarse desde muy chicos. Muchos padres pretenden cosechar donde no han sembrado», dice Berra. Se pregunta: «¿Qué es lo que está pasando con nuestros sueños, nuestros ideales y búsquedas? Porque todo esto se transmite. Los grandes responsables seguimos siendo los padres. Los chicos, a diferencia de otras épocas, tienen menos deseos, proyecciones y sueños porque también nosotros tenemos menos deseos, proyecciones y sueños». Todo un desafío.
Experiencia y agradecimientos: finalmente, el señor Darío Pérez, relató sus experiencias de vida con el alcohol y agradeció el apoyo de su familia, el grupo EPPA que lo ayudaron a salir de su adicción a esta sustancia sobre la que recaía para calmar sus dolores.