El mejor truco antiage: alimentarse bien y moverse

Comer saludablemente, hacer ejercicio físico, olvidarse del cigarrillo y no excederse con el alcohol son las claves para vivir más y mejor.

Desde el principio de la humanidad el hombre ha buscado una fuente de la juventud, una pastilla o poción mágica capaz de lograr la longevidad. Actualmente hay evidencias de que se pueden prevenir muchos de los problemas asociados al envejecimiento, y ¡los recursos están a nuestro alcance!. Tenemos el poder y el conocimiento necesarios para mejorar y prolongar nuestra vida. Lo más importante es que comencemos, cualquier sea nuestra edad.

Envejecer involucra diferentes mecanismos o procesos que ocurren en el organismo y que, en conjunto, producen efectos como disminución de la fuerza y la resistencia física, menor resistencia a las enfermedades, arrugas y pérdida de elasticidad de los tejidos y la piel, que se manifiestan con el paso del tiempo. Podemos hacer que estos procesos sean más lentos, o retrasarlos parcialmente.

Hay muchos recursos para prolongar la juventud. Utilizarlos desde la juventud disminuirá los efectos de algunos mecanismos biológicos que contribuyen al deterioro natural, además del causado por hábitos perjudiciales.

Se necesita revisar y modificar algunos aspectos del estilo de vida. Por ejemplo, aumentar la actividad física si es sedentario, e incorporar algunos cambios en la alimentación. Adopte una actitud positiva que facilite llevar los conocimientos a la práctica.

La responsabilidad de cuidarse

Sólo usted puede comprometerse a realizar acciones simples como evitar el cigarrillo y el alcohol en exceso. Sólo usted sabe cuáles son sus recursos, intereses y capacidad para llevar a la práctica estas sugerencias. Necesitará tomar decisiones como moverse más, moderar el consumo de grasas, comer lácteos descremados e incorporar alimentos que provean nutrientes que mejoren el sistema inmunológico.

 
 

La alimentación

Si la alimentación es nutricionalmente inadecuada, con el transcurso del tiempo nuestro sistema de defensa pierde parte de su capacidad para protegernos. Incorporar los nutrientes correctos nos ayudará a mejorar esa capacidad de defensa, cualquiera sea nuestra edad. Por ejemplo, las vitaminas A, C y E estimulan el sistema inmune y bloquean el desarrollo de células cancerígenas ante la presencia de algunas sustancias químicas nocivas. Lo que hay que determinar, con el consejo médico y nutricional, es cómo incorporarlas y si se utilizan suplementos determinar las cantidades adecuadas.

Vitamina C

Es un potente antioxidante y trabaja con otros en la prevención de los daños que producen los radicales libres. Es necesaria para la formación de colágeno, sustancia que une a las células, esencial para la formación de nuevas células y tejidos. Protege a las células del envejecimiento prematuro. Combate el desarrollo de varias formas de cáncer, especialmente pulmón, uterino, pancreas, esófago, colon y estómago. Son buena fuente natural de vitamina C el kiwi, el mango, el ají morrón rojo y los cítricos.

El movimiento

Uno de los factores que ayudan a mantener la juventud está cerca: es el gimnasio más próximo a su casa. O, simplemente, las cuadras de su barrio, que permiten hacer una caminata diaria de 20 ó 30 minutos.

El ejercicio físico es un modo de disminuir los efectos del paso del tiempo. Es suficiente un programa de ejercicio moderado y continuado para vivir mejor, más fuerte y más tiempo joven.

A medida que pasan los años se producen cambios físicos que afectan la fuerza y la apariencia. La mayoría de las personas a los 45 muestran una declinación de la masa muscular y un aumento de la grasa corporal, característica de la vida sedentaria. También hay una disminución de la densidad de los huesos, que se vuelven más frágiles. La capacidad respiratoria disminuye, lo que significa que en más de una ocasión le falta el aliento ante cualquier esfuerzo físico. También se produce una pérdida de flexibilidad.

Muchos de estos cambios se pueden combatir con la actividad física. El ejercicio físico también ayuda a prevenir muchas de las enfermedades que afectan la calidad de vida.

 
 

 

Verse bien y mantenerse

Una piel seca y arrugada nos hace parecer más viejos. La piel es uno de los órganos más grandes del cuerpo y el que más trabaja. Realiza muchas tareas esenciales: ayuda a regular la temperatura corporal, permite mantener los fluidos corporales y es la primera línea de defensa del sistema inmunológico contra virus, bacterias y elementos extraños.

Con el paso del tiempo la piel sufre un desgaste natural. Aparecen líneas finas y arrugas, causadas por la destrucción del colágeno, proteína responsable de su conformación y elasticidad. La fuerza de gravedad también opera sobre la piel: ¡todo se afloja!. El organismo produce menor cantidad de la grasa protectora que está unida a la piel, lo que da como resultado partes secas, irritaciones. La regeneración de las células es más lenta, lo que desmejora la apariencia. Probablemente, el peor efecto es el de la exposición a los rayos solares, que dañan las células y causan signos de envejecimiento prematuro y cáncer de piel.

Hasta hace poco tiempo creíamos que no se podí­a evitar estas las señales. Sabemos ahora que una combinación de factores, incluyendo el estilo de vida, la alimentación, los suplementos y algunos productos para el cuidado de la piel, pueden mantener su apariencia juvenil, y prevenir el cáncer.

Alfahidroxiácidos

Sustancias presentes naturalmente en alimentos como el yogur, los cítricos, las manzanas. Durante décadas los dermatólogos han utilizado elevadas concentraciones de estos ácidos para realizar peelings faciales y eliminar cicatrices. Hoy se obtienen versiones más suaves de venta libre en productos utilizados para mejorar y humectar la piel. Son efectivos para la piel seca y escamosa, ayudan a eliminar las manchas de la edad, las arrugas finas y mejoran el tono y la textura de la piel.

En síntesis, los hábitos saludables se reflejan en una piel sana, un organismo en buen estado, vitalidad, satisfacción y capacidad para disfrutar la vida. Los cambios de hábitos no van a hacer que usted parezca joven para siempre, pero sí pueden ayudarlo a conservar la apariencia juvenil durante más tiempo. Una persona de ochenta años que sigue estas sugerencias no va a lucir como si tuviera 20, pero puede mantener la vitalidad, una apariencia atractiva y disfrutar cada momento. La idea es ayudarlo a maximizar su potencial a los 30, 40, 50, 60, 70, 80 e incluso los 120 años.

Las liláceas

El ajo, la cebolla, el cebollín, echalote y otras plantas de esta familia pueden ayudar a prevenir una variedad de afecciones. Son ricos en quercetina y selenio, antioxidantes que tienen un rol importante en la prevención del cáncer. Estudios recientes han comprobado los efectos positivos del ajo sobre los lípidos en sangre, se observaron reducciones del 11% del LDL, «colesterol malo».
Un compuesto presente en el ajo, denominado ajoene, actuaría como un fluidificante natural de la sangre, previniendo la formación de coágulos que aumentan el riesgo de ataque cardí­aco o ACV. Se recomienda utilizarlos con libertad en la alimentación. Las cebollas rojas y amarillas tienen la mayor cantidad de flavonoides, sustancias protectoras contra el cáncer.

Carotenoides

La familia de los carotenos consiste en aproximadamente 600 compuestos naturales presentes en las hortalizas de hojas verde oscuro y en frutas y hortalizas amarillas y anaranjadas. Son antioxidantes potentes, como los betacarotenos y el licopeno. Se cree que influyen en la reducción del riesgo de cáncer, según estudios realizados con personas cuya alimentación incluia hortalizas y frutas en proporciones elevadas. Se sugiere incluir diariamente como mínimo 2 porciones de hortalizas y 2 o 3 frutas. Se pueden utilizar también suplementos, con la aprobación del médico.

Bioflavonoides

Sustancias que proveen su color característico a las frutas cítricas en particular, así­ como otras frutas y hortalizas. Son potentes antioxidantes y actúan en conjunto con la vitamina C, potenciando mutuamente su acción. Fortalecen el sistema vascular, venas y capilares; protegen contra los problemas cardiovasculares, previenen la oxidación del colesterol LDL («colesterol malo») causante de ateroesclerosis. Podrían bloquear la formación de células malignas. La quercetina por ejemplo, presente en las cebollas rojas y amarillas inhibiría la actividad de sustancias que promueven la formación de tumores. Una alimentación abundante en hortalizas y frutas es una valiosa aliada para la salud.

Calcio

Mineral esencial para una estructura ósea fuerte, la presión sanguínea normal, el mantenimiento de las membranas celulares y la coagulación normal de la sangre. Previene la osteoporosis, condición que se manifiesta en una mayor fragilidad de los huesos y aumento de fracturas. Las mujeres postmenopáusicas son particularmente vulnerables.

Numerosos estudios han asociado una baja ingesta de calcio y vitamina D con un mayor riesgo de cáncer de colon, ya que se cree que el calcio podría unirse a ciertos ácidos grasos evitando que irriten las paredes del colon (porción del intestino). Dos tazas de leche descremada fortificada con calcio y dos potes de yogur descremado diarios cubrirían la necesidad mínima.

Capsaicina

Sustancia presente en el ají picante conocido como «chile.» De hecho se utilizó durante cientos de años en la cocina y los herbalistas prescribían el uso de este ají para aliviar diferentes afecciones, desde asma y artritis hasta indigestión. Tiene efectos favorables sobre el nivel de lípidos en sangre, lo que ayudaría a reducir el riesgo de enfermedades cardí­acas y ACV.

Genisteína

Sustancia anticáncer presente en el poroto de soja y los productos derivados. La recomendación es de una o dos porciones de soja o derivados por dí­a (aproximadamente 75 gramos).

Omega 3

Un tipo de ácidos grasos (constituyente de las grasas) que interviene en la regulación de los niveles del colesterol sanguíneo, la presión arterial, baja el riesgo de infarto y cáncer. Aumenta las defensas del organismo, ayuda a mantener una piel sana, a cicatrizar heridas y al buen funcionamiento hepático y renal.

El omega 3 está presente en los productos de mar, pescados como el salmón, atún, merluza, sardinas, caballa, aceite de pescado; frutas secas y soja, en las semillas de lino y en los aceites vegetales. Se aconseja incorporar un mínimo de 15 gramos diarios (una cucharada sopera de aceite vegetal).

L-arginina

Un aminoácido (parte constituyente de las proteínas). El organismo lo produce y aparentemente tiene un rol antioxidante importante en el mantenimiento de la salud. Diferentes estudios han demostrado que los suplementos de arginina mejoran la cicatrización de heridas producidas por lesiones o cirugías. Son buena fuente de arginina las nueces, semillas de sésamo y de girasol.

Co-enzima Q10

Sustancia tipo vitamina presente en todas las células del cuerpo. Actúa en varios procesos clave para la producción de energía dentro de la célula. Combate a los radicales libres, ya que funciona como un antioxidante. Se observó una reducción importante en los niveles de Q-10 en una variedad de enfermedades. Su falta puede ser causada por una ingesta insuficiente o por el aprovechamiento excesivo de lo que se incorpora. Está presente en forma natural en una amplia variedad de alimentos y en cantidades elevadas en las vísceras, como higado y riñones, en pescados como sardinas y caballa, el aceite de soja, y frutas secas, como los maníes.

Bromelina

Con el paso de los años puede desmejorar la digestión y absorción de las proteínas. La bromelina, una enzima presente en el ananá fresco, contribuye a mejorar la digestión. Tiene además propiedades antiinflamatorias: ayudaría a reducir las molestias causadas por la artritis o la artrosis.

Un comentario sobre “El mejor truco antiage: alimentarse bien y moverse

  1. muy interesante. me encantan estos articulos. pueden pasar algo del taco alto?? creo que ya lo pasaron…me recuerdan el título q no lo encuentro, graciasssssssssssss

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