El estrés y cómo controlarlo

Se lo asocia con nervios, ansiedad o tensión. Es producto de las presiones y demandas de la vida actual.

La palabra estrés suele expresar un sentimiento de exaltación, una actitud de circular con apuro, una vida con demandas diversas. Es frecuente escuchar que lo padece el ejecutivo sometido a excesivas presiones, el estudiante que enfrenta exámenes, los padres que necesitan cumplir con sus deberes laborales y familiares. Ligado a hechos perjudiciales y negativos, interpretamos que es algo que debe evitarse.

El término deriva del latín strictus, que significa fatiga y penas. Lo que comúnmente llamamos nervios, ansiedad y tensión, se puede sintetizar en la palabra estrés.

Vivimos en un mundo globalizado, con medios de comunicación que nos mantienen constantemente informados sobre catástrofes y crisis de toda índole, peligros para la salud. Computadoras, faxes, teléfonos y radiollamadas forman parte de la rutina diaria. Es una era que demanda más esfuerzo en todos los campos: dinero, trabajo, éxito social…

Algunas personas encuentran estímulo en el estrés (por ejemplo, no se ponen en acción con un trabajo hasta que resulta urgente presentarlo); otras, en cambio, enfrentadas con las exigencias sobre su tiempo o sus recursos, se paralizan y sienten que son arrolladas por los acontecimientos.

En sus dos formas (agudo, provocado por un hecho específico, o crónico, por acumulación de ansiedad diaria), el estrés puede desgastar y, con el tiempo, puede llegar a perjudicar la salud.

Las causas de estrésLas fuentes de estrés pueden ser variadas: preocupación por situaciones que se pueden cambiar y por otras que están más allá de nuestro control, que van desde la pérdida de un ser querido, separaciones, temor a la enfermedad o problemas económicos, hasta la tensión por no llegar a horario a una entrevista o no estar peinado como desearíamos. Muchas veces el estrés tiene poco que ver con la situación en sí y, en cambio, está relacionado con la forma en que percibimos los hechos disparadores.

 

¿El estrés es necesario?

El estrés no es más que una respuesta natural ante una situación que pone en peligro la propia vida o una cierta estabilidad. Los cambios que se producen en el organismo como respuesta al estrés nos permiten actuar para defendernos del peligro, prepararnos para enfrentar situaciones poco comunes.

Si la presión es productiva para la persona, el estrés generado se denomina eustrés. En exceso, aumenta el riesgo para la salud y se llama distrés.

Una manera de darse cuenta si sufre un nivel de presión inapropiado, es contestar los cuestionarios que siguen y chequear los resultados con alguien cercano. Tal vez un compañero pueda darle información útil respecto de su manejo en el trabajo y un amigo o familiar pueda ayudarlo sobre su conducta en otros entornos.

Conocer de qué manera y en qué área lo afecta el estrés le permitirá buscar las estrategias más adecuadas para poder manejarlo:

CAMBIOS DE CONDUCTA Nunca A veces Frecuentemente
¿Bebe más alcohol de lo acostumbrado?      
¿Come más de lo habitual?      
¿Realiza actividades inútiles?      
¿Le cuesta ponerse en marcha?      
¿Le cuesta dormirse?      
¿Fuma más de lo habitual?      
¿Ve menos gente fuera de su trabajo?      
¿Realiza pocas actividades no relacionadas con su trabajo?      
¿Se aísla del contacto con sus compañeros?      
¿Se permite un tiempo libre fuera del trabajo?      
¿Toma pastillas para dormir o tranquilizantes?      
¿Se irrita o enoja con facilidad en su casa?      
¿Habla del trabajo en su casa o con amigos?      
¿Habla en voz más alta de lo usual?      
¿Habla en un tono de voz más bajo que el común?      
¿Reacciona exageradamente ante situaciones intrascendentes?      
¿Le resulta difícil terminar una tarea?      

 

CAMBIOS FISICOS Nunca A veces Frecuentemente
¿Sufre de dolores de cabeza?      
¿Tiene erupciones cutáneas?      
¿Le duele la espalda?      
¿Siente dolores en el pecho?      
¿Taquicardias?      
¿Sufre de indigestión?      
¿Sus músculos se endurecen o tiene calambres?      
¿Siente que va a desmayarse?      
¿Tiene dolor estomacal o diarrea?      
¿Se contagia con facilidad de resfríos y gripes?      
Otro síntoma físico       

 

El decálogo antiestrés

1. Sea realista en cuanto a lo que usted puede hacer. Las metas demasiado ambiciosas son las causas más frecuentes de tensión.

2. Evite apuros y preocupaciones innecesarios.

3. Controle sus emociones. Decida si las circunstancias merecen que usted se angustie.

4. Aprenda a amar a las personas más que a las cosas.

5. Identifique sus errores y busque la forma de enmendarlos.

6. Tome decisiones y actúe.

7. Evite la pasividad y los pensamientos catastróficos, negativos o extremistas.

8. Organícese.

9. Dedique un tiempo al trabajo y otro al placer. Tómese un tiempo para usted y haga lo que más le guste.

10. Aprenda a ser bueno y tolerante con usted mismo.