Desarrollo: Martín Kalos es consultor y director de EPyCA Consultores.
Alejandro Gomel (AG): ¿Qué te dejó, en principio, lo que se pudo ver anoche, cuando se empezaron a conocer los números de este presupuesto 2025?
Como todos los años, el presupuesto, que es la ley de leyes, deja muchísima tela para cortar. Las novedades, por supuesto, vienen por el lado de un gasto público que se mantiene ajustado. Milei refuerza el ajuste que ya hizo, que lo hizo justamente porque no contaba con un presupuesto aprobado y tenía absoluta discrecionalidad para gastar o no gastar.
Ahora bien, al mismo tiempo, lo que Milei propone como lo más novedoso es esta regla fiscal en la cual supuestamente no va a haber más aumento del gasto a partir de que los recursos que se recauden sean mayores a los presupuestados. Y acá hay una cuestión clave. El presupuesto tiene la misma fantasía que todos los presupuestos de años anteriores respecto de una baja de la inflación enorme y un crecimiento enorme.
Es la fantasía habitual de todos los gobiernos para que los recursos que tiene presupuestado sean menos y, entonces, por ley de Administración Financiera, los recursos excedentes que recauden, los pueda gastar a discreción, sin necesidad de pasar por el Congreso.
Entonces, estamos hablando otra vez de un recorte de gasto público en todas estas otras partidas. Y va a ahorrar o a devolver con reducciones de impuestos lo que recaude de más. Y ahí hay una cuestión que sí es un compromiso político novedoso.
Ayer sacamos un primer informe, justamente en nuestra consultora el presupuesto es una de nuestras especialidades. Entonces, el impacto en negocios y el impacto en provincias, es algo que estamos analizando todos estos días a partir de la información que hay. Pero ya en el primer informe que sacamos anoche decíamos justamente estas dos cuestiones que planteás.
Por un lado, está el tema del crecimiento. Pero, ojo, que el propio Gobierno tiene una frase en el presupuesto donde se ataja y dice, estos números que ponemos de 3,8% de caída y 5% para el año que viene, ya nos quedaron viejos porque lo hicimos con datos de junio. Es como que se está atajando de que ni sus propios números ya son precisos.
Es que no hay recuperación del salario en ciernes, o de la masa de ingresos de los hogares. Al contrario, seguís teniendo licuadas jubilaciones, Asignación Universal por Hijo y todo lo que compone una buena parte de los ingresos familiares. De hecho, hay un punto en el presupuesto que congela las asignaciones familiares y, encima, se mantienen en niveles bajos. Entonces, ahí tenés una primera inconsistencia.
Además, la devaluación del dólar oficial esperada para el año que viene es del 23% y el aumento de exportaciones, en valor, es del 14%. Si combinamos estos dos números, ya sé que no es sumar sino multiplicar, pero combinamos estos dos números, no hay forma de llegar a 100% de aumento de recaudación por exportaciones, por derechos de exportaciones, apenas llegás a la mitad.
Acá lo que hay que entender es el sentido político del presupuesto, la promesa de que va a hacerlo cerrar en términos fiscales, y todo lo demás se mueve. Después vemos cómo dan las importaciones, cómo dan los derechos de exportación, etcétera. Lo que está diciendo el Gobierno es voy a garantizar ese superávit primario para poder pagar intereses de deuda.
EP: El tema es que el respaldo que necesita también es político. ¿No?
Sí, claro. Acá volvemos a algo que pasa todos los años también. El presupuesto, tal como se plantea, en un régimen de alta inflación, es medio un dibujo. Recordemos que el presupuesto es una ley, no es solo autorizar al gobierno a gastar, sino que el gobierno está obligado a gastar en esas partidas que están aprobadas por ley. Eso es una ley, en definitiva.
Ahora bien, eso no se cumplió en Argentina desde hace 15 años o 20 años, no sé si alguna vez alguien lo cumplió. Es que la inflación te desdibuja todo. Entonces, volvemos a lo que Milei promete como cuestión de fondo, que es esta especie de devolución transitoria de impuestos, en la medida que se recaude más de lo presupuestado, aun a fuerza de congelar la AUH o la obra pública.
Como te decía, nosotros después hacemos foco, durante todos esos días, provincia por provincia, en cómo les impacta el presupuesto nacional y cómo les va a impactar luego en sus presupuestos provinciales. Pero es claro que esa tirantez existe. ¿Y cómo se resuelve? No lo sé.
Ahora Milei está dispuesto a negociar, cosa que recién empezó a hacer con los gobernadores las últimas dos semanas, hasta ese momento los convocaba a un Pacto de Mayo que ni ponía en discusión. Recién estas dos semanas Milei se sentó a destrabar negociaciones con los gobernadores.
Entonces, hay una cuestión política e ideológica de Milei de cómo negocia o no, o si autoritariamente impone desde la presidencia nacional. Dicho eso, está claro que parte de la reducción del déficit del Estado nacional es que le trasladó déficit a las provincias. Por ejemplo, las obliga a hacerse cargo de obras públicas que las provincias saben que necesitan y que Nación ya no hace, pero las provincias no tienen los recursos para realizarlas.
Entonces ahí tenés una foto, ¿no? Jorge Macri prefiere no pelearse con Milei, aceptar que le pasen un gasto extra, aceptar que reduce el manejo financiero que puede tener la Ciudad de Buenos Aires, y ahí el Presidente se sacó gastos de encima. Hay un traspaso del déficit.
Esto es lo mismo que pasó cuando Menem hablaba de achicar el Estado, muy parecido al discurso de Milei ayer, y lo que hacía era pasarle el Estado a los estados subnacionales, a las provincias. Si uno mira los números de esa época, el Estado no perdió gente, solo que pasaron de ser empleados nacionales a empleados provinciales. Y acá puede que esté pasando algo similar, solo que es un fenómeno de una magnitud realmente agravada.
AO VFT
Alejandro Gomel (AG): ¿Qué te dejó, en principio, lo que se pudo ver anoche, cuando se empezaron a conocer los números de este presupuesto 2025?
Como todos los años, el presupuesto, que es la ley de leyes, deja muchísima tela para cortar. Las novedades, por supuesto, vienen por el lado de un gasto público que se mantiene ajustado. Milei refuerza el ajuste que ya hizo, que lo hizo justamente porque no contaba con un presupuesto aprobado y tenía absoluta discrecionalidad para gastar o no gastar.
Ahora bien, al mismo tiempo, lo que Milei propone como lo más novedoso es esta regla fiscal en la cual supuestamente no va a haber más aumento del gasto a partir de que los recursos que se recauden sean mayores a los presupuestados. Y acá hay una cuestión clave. El presupuesto tiene la misma fantasía que todos los presupuestos de años anteriores respecto de una baja de la inflación enorme y un crecimiento enorme.
Es la fantasía habitual de todos los gobiernos para que los recursos que tiene presupuestado sean menos y, entonces, por ley de Administración Financiera, los recursos excedentes que recauden, los pueda gastar a discreción, sin necesidad de pasar por el Congreso.
Entonces, estamos hablando otra vez de un recorte de gasto público en todas estas otras partidas. Y va a ahorrar o a devolver con reducciones de impuestos lo que recaude de más. Y ahí hay una cuestión que sí es un compromiso político novedoso.
Ayer sacamos un primer informe, justamente en nuestra consultora el presupuesto es una de nuestras especialidades. Entonces, el impacto en negocios y el impacto en provincias, es algo que estamos analizando todos estos días a partir de la información que hay. Pero ya en el primer informe que sacamos anoche decíamos justamente estas dos cuestiones que planteás.
Por un lado, está el tema del crecimiento. Pero, ojo, que el propio Gobierno tiene una frase en el presupuesto donde se ataja y dice, estos números que ponemos de 3,8% de caída y 5% para el año que viene, ya nos quedaron viejos porque lo hicimos con datos de junio. Es como que se está atajando de que ni sus propios números ya son precisos.
Es que no hay recuperación del salario en ciernes, o de la masa de ingresos de los hogares. Al contrario, seguís teniendo licuadas jubilaciones, Asignación Universal por Hijo y todo lo que compone una buena parte de los ingresos familiares. De hecho, hay un punto en el presupuesto que congela las asignaciones familiares y, encima, se mantienen en niveles bajos. Entonces, ahí tenés una primera inconsistencia.
Además, la devaluación del dólar oficial esperada para el año que viene es del 23% y el aumento de exportaciones, en valor, es del 14%. Si combinamos estos dos números, ya sé que no es sumar sino multiplicar, pero combinamos estos dos números, no hay forma de llegar a 100% de aumento de recaudación por exportaciones, por derechos de exportaciones, apenas llegás a la mitad.
Acá lo que hay que entender es el sentido político del presupuesto, la promesa de que va a hacerlo cerrar en términos fiscales, y todo lo demás se mueve. Después vemos cómo dan las importaciones, cómo dan los derechos de exportación, etcétera. Lo que está diciendo el Gobierno es voy a garantizar ese superávit primario para poder pagar intereses de deuda.
EP: El tema es que el respaldo que necesita también es político. ¿No?
Sí, claro. Acá volvemos a algo que pasa todos los años también. El presupuesto, tal como se plantea, en un régimen de alta inflación, es medio un dibujo. Recordemos que el presupuesto es una ley, no es solo autorizar al gobierno a gastar, sino que el gobierno está obligado a gastar en esas partidas que están aprobadas por ley. Eso es una ley, en definitiva.
Ahora bien, eso no se cumplió en Argentina desde hace 15 años o 20 años, no sé si alguna vez alguien lo cumplió. Es que la inflación te desdibuja todo. Entonces, volvemos a lo que Milei promete como cuestión de fondo, que es esta especie de devolución transitoria de impuestos, en la medida que se recaude más de lo presupuestado, aun a fuerza de congelar la AUH o la obra pública.
Como te decía, nosotros después hacemos foco, durante todos esos días, provincia por provincia, en cómo les impacta el presupuesto nacional y cómo les va a impactar luego en sus presupuestos provinciales. Pero es claro que esa tirantez existe. ¿Y cómo se resuelve? No lo sé.
Ahora Milei está dispuesto a negociar, cosa que recién empezó a hacer con los gobernadores las últimas dos semanas, hasta ese momento los convocaba a un Pacto de Mayo que ni ponía en discusión. Recién estas dos semanas Milei se sentó a destrabar negociaciones con los gobernadores.
Entonces, hay una cuestión política e ideológica de Milei de cómo negocia o no, o si autoritariamente impone desde la presidencia nacional. Dicho eso, está claro que parte de la reducción del déficit del Estado nacional es que le trasladó déficit a las provincias. Por ejemplo, las obliga a hacerse cargo de obras públicas que las provincias saben que necesitan y que Nación ya no hace, pero las provincias no tienen los recursos para realizarlas.
Entonces ahí tenés una foto, ¿no? Jorge Macri prefiere no pelearse con Milei, aceptar que le pasen un gasto extra, aceptar que reduce el manejo financiero que puede tener la Ciudad de Buenos Aires, y ahí el Presidente se sacó gastos de encima. Hay un traspaso del déficit.
Esto es lo mismo que pasó cuando Menem hablaba de achicar el Estado, muy parecido al discurso de Milei ayer, y lo que hacía era pasarle el Estado a los estados subnacionales, a las provincias. Si uno mira los números de esa época, el Estado no perdió gente, solo que pasaron de ser empleados nacionales a empleados provinciales. Y acá puede que esté pasando algo similar, solo que es un fenómeno de una magnitud realmente agravada.
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