El anuncio de la candidatura de Harris no sólo fue recibido con entusiasmo, sino que también se tradujo en un impacto inmediato en sus finanzas de campaña. En la primera jornada tras oficializarse su candidatura para suceder a Biden, Harris rompió récords al reunir 81 millones de dólares en un solo día. Según los datos más recientes, Harris ha acumulado un total de 615 millones de dólares, colocándose al frente de la carrera por más de 100 millones respecto a Donald Trump, quien hasta agosto lideraba en recaudación.
Analistas políticos coinciden en que el cansancio que rodeaba la posible reelección de Biden había generado una desaceleración en los donativos. Sin embargo, la oficialización de Harris como la principal figura del Partido Demócrata reactivó el flujo de aportes, impulsando su campaña de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
Otro dato relevante es que el 95% de los donantes que apoyaron la campaña de Harris contribuyeron con menos de 200.000 dólares, lo que refleja un respaldo popular significativo. Entre los sectores más representados entre los aportantes se destacan los maestros y enfermeros, profesiones que demostraron un fuerte compromiso con la candidatura de la actual vicepresidenta.
Además, los datos revelan que más del 60% de las personas que colaboraron en agosto fueron mujeres, lo que subraya la diversidad de la coalición que apoya a Harris. En palabras de Julie Chávez Rodríguez, directora de la campaña de Harris, «En poco tiempo, la candidatura de la vicepresidenta ha galvanizado una coalición histórica, amplia y diversa, con el tipo de entusiasmo, energía y fuerza que pueden ganar unas elecciones reñidas».
Chávez Rodríguez también destacó la importancia de cada donación recibida, asegurando que se destinará a captar el voto de los electores que decidirán el resultado de las elecciones. «Al entrar en la etapa final de estas elecciones, nos estamos asegurando de que cada dólar ganado con tanto esfuerzo se destine a ganar a los votantes que decidirán estas elecciones. Pero no nos equivoquemos: estas elecciones serán muy reñidas y difíciles de ganar», concluyó.
Con el respaldo financiero que consiguió Harris y la creciente movilización de su base de votantes, los próximos meses serán decisivos para la campaña demócrata. El récord de recaudación, sumado a la diversidad y el entusiasmo de sus seguidores, posiciona a Kamala Harris como una candidata fuerte en la carrera hacia la Casa Blanca.
Una reciente encuesta de USA TODAY, en colaboración con la Universidad de Suffolk, reveló que la candidata presidencial del Partido Demócrata, Kamala Harris, aumentó su ventaja sobre Donald Trump en la contienda electoral de Estados Unidos. Según el estudio, la actual vicepresidenta cuenta con un 48% de intención de voto, mientras que el exmandatario Trump alcanza un 43%.
Este nuevo sondeo indica que Harris ha logrado ampliar su diferencia a cinco puntos porcentuales sobre el magnate republicano, destacando un dato llamativo que subraya el impulso de la candidata demócrata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Harris y Trump se verán las caras este martes 10 a las 22 en el primer debate televisado entre ambos, ya en la recta final a la elecciones del 5 de noviembre próximo. Será en el National Constitution Center, ubicado en Filadelfia, Pensilvania, y por supuesto genera expectativa a escala mundial, para ver quien sale mejor parado y si ello puede valerle alguna mejora en las encuestas.
Los moderadores del debate serán David Muir, presentador y editor en jefe de World News Tonight, y Linsey Davis, presentadora de Prime de ABC News Live; ambos deberán asegurar que los tiempos de exposición se respeten, en una contienda que durará 90 minutos. Cada candidato tendrá dos minutos para responder a las preguntas planteadas, seguidos de dos minutos para refutaciones y un minuto adicional para aclaraciones o respuestas adicionales.
Muir y Davis serán los únicos que harán preguntas a los candidatos. No se permitirán declaraciones iniciales; las declaraciones finales durarán dos minutos por candidato. Y los candidatos permanecerán detrás de podios durante todo el debate, sin accesorios ni notas en el escenario.
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