Desarrollo: «Mucha gente me mira como si estuviera loco cuando lo digo. Soy negro y muchos asumen que votaré automáticamente por Kamala Harris», dice el joven de 19 años. «Pero confío en Trump. Prefiero su política exterior y su plan para la economía».
Por ello algunos sondeos recientes han hecho saltar las alarmas para la campaña de Harris.
Según una encuesta del diario Atlanta Journal-Constitution de esta semana, la demócrata obtiene un 73,8% de apoyo entre los afroamericanos en Georgia frente al 7,6% para Trump. Una cifra muy por debajo del 88% de respaldo que Biden logró entre ese electorado hace cuatro años.
Un sondeo nacional de New York Times/Siena College sugirió este mes que la mayor pérdida de apoyo se da entre los hombres afroamericanos. Según este, el 70% de ellos tiene decidido votar por Harris frente al 83% de las mujeres negras.
A raíz de esas encuestas, Harris anunció una «agenda de oportunidades para los hombres negros», que incluye, entre otras cosas, préstamos para crear negocios y formaciones profesionales.
Los republicanos tratan, por su parte, de capitalizar la decepción de parte de ese electorado con los demócratas.
Una mañana de octubre, decenas de personas acuden a un acto del activista conservador Charlie Kirk y el empresario Vivek Ramaswamy, excandidato republicano a la presidencia, en un parque del centro de Atlanta.
Algunos no quieren apoyar a Trump, pero escuchan con curiosidad los argumentos de los republicanos. Otros, como Preston Paris, son entusiastas del expresidente.
«Tiene previsto bajar las tasas, no gravar las propinas, reducir los impuestos a las grandes empresas, lo que puede beneficiar a gente como yo», dice este estudiante de informática que sueña con trabajar para Google.
Durante su mandato (2017-2021) «no hubo ningún conflicto exterior nuevo», añade. «No quiero que me llamen a filas ni pronto ni nunca».
Cerca de él, JP, un estudiante de 23 años, luce con orgullo una gorra roja con el lema de Trump: «Make America Great Again».
Este joven afroamericano, que no quiere revelar su nombre, considera las próximas elecciones «una cuestión de vida o muerte». La economía iba mucho mejor cuando Trump era presidente, asegura, pero su apoyo tiene más que ver con su fe cristiana.
Al igual que él, el electorado más religioso agradece al multimillonario republicano por nombrar a varios de los jueces conservadores de la Corte Suprema que anularon el derecho federal al aborto en 2022. «Trump es el que está más alineado con la Biblia, con mis creencias», resume JP.
Marc Boyd, un exmilitar afroamericano de 45 años, desea que las elecciones pasen cuanto antes. Votó por Obama en 2008 pero, tras años de desilusión con la política, esta vez no piensa apoyar a ningún candidato.
«Hay una larga decepción con el Partido Demócrata (…) Nos sentimos ignorados, y esperan que demos nuestro voto sin mucho a cambio», afirma Boyd, cofundador de una oenegé que promueve el empoderamiento juvenil.
«Si uno se fija en asuntos como la gentrificación o los guetos, la situación es la misma bajo un gobierno demócrata o republicano», agrega.
Para Jarrod Grant, profesor de Ciencias Política de la Clark Atlanta University, los afroamericanos ya no están dispuestos a dar ciegamente su apoyo a un partido como antaño.
Ahora preguntan «qué vas a hacer por los negros», explica. «Los negros (…) hemos estado ayudando a todos los demás, excepto a nosotros mismos. Y todos se llevan algo, pero los negros no».
AFP / ds
Por ello algunos sondeos recientes han hecho saltar las alarmas para la campaña de Harris.
Según una encuesta del diario Atlanta Journal-Constitution de esta semana, la demócrata obtiene un 73,8% de apoyo entre los afroamericanos en Georgia frente al 7,6% para Trump. Una cifra muy por debajo del 88% de respaldo que Biden logró entre ese electorado hace cuatro años.
Un sondeo nacional de New York Times/Siena College sugirió este mes que la mayor pérdida de apoyo se da entre los hombres afroamericanos. Según este, el 70% de ellos tiene decidido votar por Harris frente al 83% de las mujeres negras.
A raíz de esas encuestas, Harris anunció una «agenda de oportunidades para los hombres negros», que incluye, entre otras cosas, préstamos para crear negocios y formaciones profesionales.
Los republicanos tratan, por su parte, de capitalizar la decepción de parte de ese electorado con los demócratas.
Una mañana de octubre, decenas de personas acuden a un acto del activista conservador Charlie Kirk y el empresario Vivek Ramaswamy, excandidato republicano a la presidencia, en un parque del centro de Atlanta.
Algunos no quieren apoyar a Trump, pero escuchan con curiosidad los argumentos de los republicanos. Otros, como Preston Paris, son entusiastas del expresidente.
«Tiene previsto bajar las tasas, no gravar las propinas, reducir los impuestos a las grandes empresas, lo que puede beneficiar a gente como yo», dice este estudiante de informática que sueña con trabajar para Google.
Durante su mandato (2017-2021) «no hubo ningún conflicto exterior nuevo», añade. «No quiero que me llamen a filas ni pronto ni nunca».
Cerca de él, JP, un estudiante de 23 años, luce con orgullo una gorra roja con el lema de Trump: «Make America Great Again».
Este joven afroamericano, que no quiere revelar su nombre, considera las próximas elecciones «una cuestión de vida o muerte». La economía iba mucho mejor cuando Trump era presidente, asegura, pero su apoyo tiene más que ver con su fe cristiana.
Al igual que él, el electorado más religioso agradece al multimillonario republicano por nombrar a varios de los jueces conservadores de la Corte Suprema que anularon el derecho federal al aborto en 2022. «Trump es el que está más alineado con la Biblia, con mis creencias», resume JP.
Marc Boyd, un exmilitar afroamericano de 45 años, desea que las elecciones pasen cuanto antes. Votó por Obama en 2008 pero, tras años de desilusión con la política, esta vez no piensa apoyar a ningún candidato.
«Hay una larga decepción con el Partido Demócrata (…) Nos sentimos ignorados, y esperan que demos nuestro voto sin mucho a cambio», afirma Boyd, cofundador de una oenegé que promueve el empoderamiento juvenil.
«Si uno se fija en asuntos como la gentrificación o los guetos, la situación es la misma bajo un gobierno demócrata o republicano», agrega.
Para Jarrod Grant, profesor de Ciencias Política de la Clark Atlanta University, los afroamericanos ya no están dispuestos a dar ciegamente su apoyo a un partido como antaño.
Ahora preguntan «qué vas a hacer por los negros», explica. «Los negros (…) hemos estado ayudando a todos los demás, excepto a nosotros mismos. Y todos se llevan algo, pero los negros no».
AFP / ds
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