La polémica surgió después de que el jefe de gabinete de Trump con más años de servicio, el general retirado de la Infantería de Marina de Estados Unidos John Kelly, habló a los medios The Atlantic y al New York Times sobre la admiración del republicano por el dictador nazi y su ejército en la Segunda Guerra Mundial.
«Desde luego el expresidente está en el área de la extrema derecha, por supuesto que es un autoritario, admira a personas que son dictadores, él mismo lo ha dicho. Así que, sin duda, encaja en la definición general de fascista, seguro», declaró.
Kelly también afirmó que Trump «comentó más de una vez: ‘Sabes, Hitler también hizo algunas cosas buenas'».
«Todo esto es una prueba más para el pueblo estadounidense de quién es realmente Donald Trump», dijo Harris.
«Donald Trump está cada vez más desquiciado e inestable, y en un segundo mandato, personas como John Kelly no estarían ahí para ser las salvaguardias contra sus tendencias y acciones», sostuvo en referencia a un exjefe de gabinete del magnate durante su mandato.
«Así que la conclusión es esta: sabemos lo que quiere Donald Trump, quiere un poder sin control», opinó Harris.
Harris dijo que Trump «quería generales como los que tenía Adolf Hitler». «Dijo eso porque no quiere un ejército que sea leal a la Constitución de Estados Unidos», consideró. «Quiere un ejército que sea leal a él».
El equipo de campaña de Trump contraatacó: Harris «está cada vez más desesperada porque se tambalea y su campaña está en ruinas». «Por eso sigue difundiendo mentiras y falsedades descaradas que son fáciles de refutar», dijo el portavoz Steven Cheung en un comunicado.
Pero la Casa Blanca se mantuvo firme en su apoyo a Kelly y a Harris.
Cuando se le preguntó si el presidente Joe Biden está de acuerdo con la evaluación de Kelly de que Trump es un fascista, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, fue inequívoca: «¿Estamos de acuerdo con esa constatación? Sí, lo estamos».
Otras declaraciones de Trump sobre la migración ilegal ya le valieron anteriormente comparaciones con Hitler. Dijo que los inmigrantes «envenenan la sangre del país» y además utilizó los términos de «enemigo interior» y «alimañas» durante la campaña.
Alrededor de 23,5 millones de estadounidenses ya votaron por correo o en persona para las elecciones presidenciales mientras que las encuestas señalan un empate técnico entre Trump y Harris.
Algunas encuestas parecen estar dándole al republicano, quien a sus 78 años es el candidato de mayor edad de un partido importante en la historia de Estados Unidos, una ligera ventaja recientemente, pero todas dentro del margen de error.
Los candidatos están saturando los estados clave con mítines y recurriendo a las ondas de radio y podcasts en busca de una ventaja, pero la campaña se tornó una de las más violentas de la historia estadounidense.
Harris cuestiona que Trump sea apto mental y físicamente para el cargo de presidente e intenta atraer a los votantes republicanos moderados. Trump, que hace campaña este miércoles en Georgia, opina por el contrario que ella no tiene la «inteligencia ni la fuerza» para liderar EEUU.
Hablando en la cadena nacional NBC, Harris respondió «absolutamente» cuando se le preguntó si el país estaba listo para elegir a su primera mujer, pero también señaló que su candidatura se trataba de «pasar página».
«La gente está cansada de Donald Trump y su enfoque, porque todo gira en torno a él mismo», dijo.
Trump, hablando con sus partidarios en Carolina del Norte, lanzó un mensaje muy diferente: «Esta elección es una elección entre si tendremos cuatro años más de incompetencia, fracaso y desastre, o si comenzaremos los cuatro mejores años en la historia de nuestro país».
Durante el acto, llamó repetidamente «estúpidos» a Harris y a su compañero de fórmula, Tim Walz.
La contienda electoral también se ve ensombrecida por tensiones extraordinarias y temores de violencia o de una negativa de Trump a reconocer los resultados si pierde, como sigue haciéndolo tras su derrota de 2020 ante Joe Biden.
Harris dijo a NBC que su campaña estaba «por supuesto» preparada para un escenario en el que Trump reclame prematuramente la victoria durante un proceso de recuento de votos que podría tardar días en completarse.
Biden atacó a Trump el martes al reformular el famoso cántico del expresidente contra Hillary Clinton: «Enciérrenla». En una visita a New Hampshire, le dijo a una pequeña multitud que «tenemos que encerrar» a Trump , y agregó rápidamente: «Encerrarlo políticamente».
Mientras Trump enfrenta múltiples cargos penales pendientes, la Casa Blanca ha sido muy cuidadosa de no intervenir en los problemas legales del republicano. Pero la campaña de Trump dice que Biden y Harris tienen un «plan desde el principio… perseguir políticamente a su oponente».
Cualquiera que sea el resultado, los votantes estadounidenses harán historia el 5 de noviembre: elegirán a la primera mujer presidenta del país o colocarán al primer delincuente convicto en la Casa Blanca.
ds
—
Este correo electrónico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de AVG.
www.avg.com