Desarrollo: Si la disputa interna en el peronismo no se resuelve en los próximos días, el 17 de octubre las diferencias se volverán a hacer públicas. Y más allá de la pelea por la conducción del PJ, la que tendrá un nuevo capítulo es la pelea entre Cristina Kirchner y hasta ahora quien fue uno de sus hijos políticos Axel Kicillof.
El gobernador bonaerense ya se comprometió a asistir al acto que realizará en Berisso un sector del peronismo, que viene manteniendo fuertes críticas a la construcción kirchnerista. El Día de la Lealtad se reunirán un grupo de intendentes para mostrarle a Kicillof que tiene su estructura a disposición. A ese acto no fue invitado ni Máximo Kirchner (a pesar de tener el título de presidente del PJ en la provincia) ni Cristina Kirchner. Una declaración de ruptura.
Entre quienes organizan y comandan este armado están los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada). Pero también hay otros como Fernando Espinoza (La Matanza) que aún no marcó cuestionamientos públicos aunque en esta disputa juega para Kicillof. La visita de CFK a este distrito dejó heridos. La vicegobernadora, Verónica Magario estaba a cargo de la Gobernación en ese momento porque Kicillof estaba en México. La exvicepresidenta no solo no le avisó al gobernador, sino que tampoco le adelantó su desembarco a Magario. No solo eso, en el peronismo recuerdan que las obras del cura “Tano” Angelotti que visitó, las inició María Eugenia Vidal para quitarle peso a Unión por la Patria en el distrito más importante. Y, aunque en la visita de Cristina parecían a cargo de la Iglesia, las terminó la gestión de Kicillof. Pero no fueron invitados.
Este grupo está dispuesto a ponerle límites a un armado en el territorio bonaerense que hasta ahora funcionó solo con la lapicera de Máximo Kirchner. “Para nosotros la unidad es sometimiento”, dice un intendente que piensa en un 2025 divididos.
Hasta acá, Kicillof los dejó jugar. Incluso, el propio gobernador mostró distintos gestos de autonomía. El último tuvo que ver con el silencio ante el lanzamiento de la candidatura de CFK al PJ nacional. La expresidenta y el gobernador no se hablan, pero en sus entornos aseguran que en las próximos días deberán resolver las diferencias. El objetivo de algunos dirigentes que buscan intervenir en la disputa es no convertir el 17 de octubre en un día de ruptura e ir a una lista de unidad en la elección partidaria.
El gobernador bonaerense ya se comprometió a asistir al acto que realizará en Berisso un sector del peronismo, que viene manteniendo fuertes críticas a la construcción kirchnerista. El Día de la Lealtad se reunirán un grupo de intendentes para mostrarle a Kicillof que tiene su estructura a disposición. A ese acto no fue invitado ni Máximo Kirchner (a pesar de tener el título de presidente del PJ en la provincia) ni Cristina Kirchner. Una declaración de ruptura.
Entre quienes organizan y comandan este armado están los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco (Ensenada). Pero también hay otros como Fernando Espinoza (La Matanza) que aún no marcó cuestionamientos públicos aunque en esta disputa juega para Kicillof. La visita de CFK a este distrito dejó heridos. La vicegobernadora, Verónica Magario estaba a cargo de la Gobernación en ese momento porque Kicillof estaba en México. La exvicepresidenta no solo no le avisó al gobernador, sino que tampoco le adelantó su desembarco a Magario. No solo eso, en el peronismo recuerdan que las obras del cura “Tano” Angelotti que visitó, las inició María Eugenia Vidal para quitarle peso a Unión por la Patria en el distrito más importante. Y, aunque en la visita de Cristina parecían a cargo de la Iglesia, las terminó la gestión de Kicillof. Pero no fueron invitados.
Este grupo está dispuesto a ponerle límites a un armado en el territorio bonaerense que hasta ahora funcionó solo con la lapicera de Máximo Kirchner. “Para nosotros la unidad es sometimiento”, dice un intendente que piensa en un 2025 divididos.
Hasta acá, Kicillof los dejó jugar. Incluso, el propio gobernador mostró distintos gestos de autonomía. El último tuvo que ver con el silencio ante el lanzamiento de la candidatura de CFK al PJ nacional. La expresidenta y el gobernador no se hablan, pero en sus entornos aseguran que en las próximos días deberán resolver las diferencias. El objetivo de algunos dirigentes que buscan intervenir en la disputa es no convertir el 17 de octubre en un día de ruptura e ir a una lista de unidad en la elección partidaria.
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