Desarrollo: Según el entrevistado, “es un error común en muchos políticos, especialmente después de una victoria electoral”. Y agregó: “Milei todavía está muy enamorado de su discurso que le permitió ganar y tiene “esa cosa” como todo político de ego”.
En continuidad con el tema, Rodriguez mencionó que el discurso “no fue de las ideas más felices de comunicación del gobierno” porque “estuvo forzado el acto y mal encarado el día”. Y siguió: “El acto, que se realizó en un día de alta demanda de entretenimiento deportivo, parece haber estado fuera de lugar” porque “este tipo de decisiones evidencian una falta de consideración por el entorno mediático y por las preferencias del público en ese momento específico”.
Además, la cobertura y el impacto del acto “se vieron negativamente afectados por la competencia mediática”, aseguró Fernández y mencionó que la presencia dominante de los canales deportivos y el interés en otros eventos de entretenimiento hicieron que el discurso no recibiera la atención deseada. “Esto subraya la importancia de la sincronización en la comunicación y la necesidad de ajustar los mensajes a los contextos mediáticos actuales”, siguió.
Con respecto al público, el analista sostuvo que, “el público cautivo, o los seguidores más fervientes, siempre estarán ahí, sin importar el número de eventos o discursos que se les ofrezcan”. Y recalcó: “Estos votos están asegurados en un 100%, y no hay forma de sobrepasar ese límite”.
Para finalizar, Rodríguez dijo: “La diferencia entre comunicar eficazmente y simplemente adornar la comunicación es importante porque, aunque un gobierno pueda manejar bien ciertos aspectos de la comunicación, esto no garantiza que todas las estrategias y eventos sean igualmente exitosos”.
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