Ante la sombra de Bolsonaro, Lula da Silva destacará los logros económicos en los festejos del Día de la Independencia

Desarrollo: Del otro lado, a más de 1.000 kilómetros de distancia, en la clásica avenida Paulista de San Pablo que, en el pasado, concentraba las oficinas del establishment brasileño, el ex presidente Jair Bolsonaro intentará repetir sus éxitos de antaño, aquellos que obtuvo cuando era presidente (2019-2022) y pudo convocar a decenas de miles de partidarios.
Como señaló el jefe del Palacio del Planalto ayer, en una entrevista, Brasil es uno de los países que más seduce a los inversionistas del ámbito productivo. Según sus propias palabras, esta es la situación: “En un mes recibí a la industria automotriz que anunció una inversión de 24.000 millones de dólares a ser efectivizados hasta 2028”, o sea en los próximos tres años. A continuación se encontró con las grandes compañías siderúrgicas que comprometieron 19.000 millones de dólares; las firmas alimenticias subieron la apuesta al decir que la inversión en este segmento debe alcanzar a los 22.000 millones de dólares. El jefe de Estado brasileño relató: “La semana pasada recibí al sector de papel y celulosa, que anunciaron inversiones por 19.000 millones de dólares. Esto revela el fuerte crecimiento de cinco sectores claves de la economía, gracias a que hay un crecimiento por cuenta del mayor consumo”.
El líder brasileño se ocupó de enumerar las diferencias con su antecesor Bolsonaro. “Cuando llegué a la presidencia, en 2023, encontré una gran cantidad de obras paralizadas, lo que da vergüenza. Entre ellas se contaban hospitales, escuelas y jardín de infantes; tuvimos que preparar todo un programa de reconstrucción con proyectos populares como el Bolsa Familia, Viviendas Populares, Farmacia Popular y Mi Casa, Mi Vida”. El gobernante recordó: “Tuvimos que traer nuestro país de nuevo a la civilización e inducir a la gente a hacer política sin necesidad de mentir, sin precisar de fake news; defendiendo propuestas que puedan ser ejecutadas para mejorar la vida del pueblo”.
Fuera del gobierno y, también, de la conducción del arco político de centro y derecha convencional, Bolsonaro pretende convertir en una batalla la para “matar” el ahora principal adversario: el juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes.  “Vamos a pedir el juicio político contra el magistrado” reveló el pastor evangélico Silas Malafia, en una entrevista con la revista Veja. Es un aliado histórico del ex presidente. El pastor añadió: “No se trata de una cuestión partidaria ni tampoco del hecho de que no gustamos de él. Ya Hace más de dos años que vengo denunciando los delitos cometidos por ese juez”.
Pero posiblemente este no sea ahora el tema de mayor actualidad. Ocurre que un nuevo personaje, con una figura forjada en parte a imagen y semejanza del argentino Javier Milei, y en otra parte similar al Jair Bolsonaro de la campaña electoral de 2018, vino a quebrar el hasta ahora homogéneo cuadro de la extrema derecha. Joven, pero acusado de algunos delitos policiales, Pablo Marçal viene a disputar el puesto futuro que debería estar garantizado para el propio Jair o alguno de sus hijos.
Por de pronto, Marçal ya es candidato a intendente de San Pablo; imita a Bolsonaro pero no cuenta con su respaldo. Lo notable es que logró igualar rápidamente en el segundo puesto al actual alcalde Nunes Ferreira. Ambos tienen 22% de intenciones de voto, apenas un poco por detrás de la fórmula que encabeza Guilherme Boulos, el candidato de Lula, junto con la ex alcalde Marta Suplicy. Si la tónica del ex gobernante Jais Messias será, mañana, la de atacar al juez Moraes, los resultados de la movilización derechista pueden ser decepcionantes. Así lo vaticinan politólogos, sociólogos y encuestadoras que acompañan minuto a minuto el escenario político del momento.
 
CD / Gi


Este correo electrónico ha sido analizado en busca de virus por el software antivirus de AVG.
www.avg.com