A finales de marzo, más de un millón de personas eran pobres en la Ciudad de Buenos Aires, de las cuales cuatrocientas setenta mil eran indigentes. La clase media se redujo en cien mil personas, mientras la pobreza infantil alcanzó al cuarenta y cuatro por ciento.
El avance de la pobreza y la indigencia en Buenos Aires ha afectado drásticamente a la clase media, que continúa disminuyendo. A finales de marzo, más de un millón de personas en la ciudad eran pobres, de las cuales cuatrocientas setenta mil se encontraban en estado de indigencia, incapaces de cubrir la canasta básica de alimentos. Este incremento se debe principalmente a la inflación y a los aumentos en servicios esenciales como la salud y el transporte, que han deteriorado el poder adquisitivo de las familias.
En comparación con finales de dos mil veintitrés, la cantidad de personas en pobreza aumentó en ciento cincuenta y cinco mil, mientras que la clase media se redujo en cien mil personas. Este fenómeno refleja una tendencia preocupante en la ciudad más rica del país. La pobreza infantil también ha aumentado significativamente, alcanzando al cuarenta y cuatro por ciento de los menores de diecisiete años, en comparación con el treinta y siete punto cuatro por ciento del año anterior.
El informe de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires destaca que la pobreza afecta actualmente al treinta y cinco punto uno por ciento de la población, mientras que la indigencia alcanza al quince punto tres por ciento. La clase media, que en dos mil quince representaba al cincuenta y uno punto nueve por ciento de la población, ahora ha caído al treinta y siete punto cuatro por ciento.
La situación es especialmente grave en hogares encabezados por mujeres y en aquellos con niños menores de catorce años, donde las tasas de pobreza e indigencia son notablemente más altas. Los hogares en la zona sur de la ciudad también se ven más afectados por esta crisis, que ha llevado a una creciente preocupación por el futuro económico y social de Buenos Aires.
El avance de la pobreza y la indigencia en Buenos Aires plantea un desafío significativo para las autoridades locales y nacionales. Es necesario implementar políticas efectivas que promuevan el desarrollo económico y la inclusión social para revertir esta tendencia y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
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El avance de la pobreza y la indigencia en Buenos Aires ha afectado drásticamente a la clase media, que continúa disminuyendo. A finales de marzo, más de un millón de personas en la ciudad eran pobres, de las cuales cuatrocientas setenta mil se encontraban en estado de indigencia, incapaces de cubrir la canasta básica de alimentos. Este incremento se debe principalmente a la inflación y a los aumentos en servicios esenciales como la salud y el transporte, que han deteriorado el poder adquisitivo de las familias.
En comparación con finales de dos mil veintitrés, la cantidad de personas en pobreza aumentó en ciento cincuenta y cinco mil, mientras que la clase media se redujo en cien mil personas. Este fenómeno refleja una tendencia preocupante en la ciudad más rica del país. La pobreza infantil también ha aumentado significativamente, alcanzando al cuarenta y cuatro por ciento de los menores de diecisiete años, en comparación con el treinta y siete punto cuatro por ciento del año anterior.
El informe de la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires destaca que la pobreza afecta actualmente al treinta y cinco punto uno por ciento de la población, mientras que la indigencia alcanza al quince punto tres por ciento. La clase media, que en dos mil quince representaba al cincuenta y uno punto nueve por ciento de la población, ahora ha caído al treinta y siete punto cuatro por ciento.
La situación es especialmente grave en hogares encabezados por mujeres y en aquellos con niños menores de catorce años, donde las tasas de pobreza e indigencia son notablemente más altas. Los hogares en la zona sur de la ciudad también se ven más afectados por esta crisis, que ha llevado a una creciente preocupación por el futuro económico y social de Buenos Aires.
El avance de la pobreza y la indigencia en Buenos Aires plantea un desafío significativo para las autoridades locales y nacionales. Es necesario implementar políticas efectivas que promuevan el desarrollo económico y la inclusión social para revertir esta tendencia y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
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