Opinión: Por el país que queremos, ¡¡DESPIERTA ARGENTINA!!

Muchos sentimos que hemos perdido la ilusión de ser parte de un país como el que imaginamos alguna vez, cimentado en valores, como los del trabajo, el estudio, el esfuerzo y el ahorro. En ellos se fundaron los sueños de progreso de nuestros abuelos inmigrantes, cuya aspiración era que los hijos estén mejor que los padres: se llama movilidad social ascendente, aspiración de la clase media, y que fuera pintada como nadie por Florencio Sánchez en «M’hijo el dotor».

Esa clase media, muchas veces denostada por los voceros del gobierno por estar «bien vestida» y por no pertenecer «al campo nacional y popular», llenó las plazas a golpe de cacerolas porque se resiste a ser atropellada. Pacificamente, le dice BASTA! a la hipocresía, al relato sesgado, al doble discurso, a la corrupción, a la impunidad, a llevarse puestos los valores fundantes de nuestra nación. El atropello a las instituciones, la visión cortoplacista, el discurso único e intimidatorio, la falta de diálogo, la descalificación al que piensa distinto, la soberbia en el ejercicio del poder, entre otros, son hechos que han enrarecido el clima social y político de la Argentina.

La indiferencia ante el sufrimiento de los que perdieron el trabajo o el negocio de toda la vida; ante el dolor de los que esperan salvar sus vidas con vacunas que no se compraron a tiempo; la justificación de los Vacunados VIP como personal «estratégico» y el no considerar un delito el «adelantarse en la fila» como dijo el presidente; el haberse conocido que la primera dama aprobó su tesis de licenciatura con un 30% del trabajo copiado de Internet: el hecho de que curiosamente su directora de tesis, la Prof. Rosaura Audi y la Universidad de Palermo no lo advirtieran; y que, además, el pasado 24 de mayo la misma profesora fuera nombrada como Secretaria de Medios y Comunicación Pública de la Nación… Todos estos casos hablan de la poca importancia que se da al MÉRITO, que es resultado del esfuerzo y el estudio, y nunca de la trampa o el privilegio.

Sin embargo, recientemente el presidente ha dicho que «lo que hace progresar a la sociedad NO ES EL MÉRITO» y en otro reportaje señaló que «Argentina es un país punk, porque vive en eterno presente, sin visión de futuro». Que lo diga un ciudadano común, disgusta; pero que lo diga el Presidente indigna y hasta desespera!

Necesitamos cambiar el aire. Argentina quiere respirar un clima de verdad y no que la palabra recupere su valor. Hay una sensación de hartazgo y de mentira: abatimiento: una impresión de que estamos perdiendo el país que soñamos alguna vez. Y la triste sospecha de que el país de mañana será peor de lo que imaginamos…. A MENOS QUE EMPECEMOS A DESPERTAR!!!

Leonor Gigena de Gadea