Paula Araya es doctora en Ciencias Químicas. Integra un equipo de profesionales que indaga sobre el sistema inmunológico de estas personas. El trabajo apunta a determinar por qué desarrollan ciertas enfermedades pero están protegidas de tener cáncer.
Con 30 años, Paula Araya, oriunda de Berrotarán y doctora en Ciencias Químicas, hoy radicada en Estados Unidos, logró que un trabajo de investigación que viene realizando junto a un equipo de profesionales sea publicado en una reconocida revista de divulgación científica.
La profesional que estudió en la Universidad Nacional de Córdoba fue becaria del Conicet y su interés por la investigación la llevó a ser convocada por un profesional para profundizar aspectos del trabajo que ya venía realizando, relacionado al sistema inmunológico de las personas con síndrome de Down.
Este trastorno genético se da por la existencia de una triple copia del cromosoma 21 (trisomia). Es sobre esta condición que se enfocó el trabajo de Paula, que determinó que las personas con esta alteración congénita manifiestan una desregulación global del sistema inmune que podría explicar las razones por las cuales son más propensas a tener Alzheimer u otras enfermedades autoinmunes, mientras que están protegidas de desarrollar cáncer o tumores sólidos.
Paula es parte de un equipo de investigadores del Linca Crnic Istitute for Down Syndrome, de la Universidad de Colorado, y el trabajo fue publicado por la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences).
Hoy radicada en Denver, Estados Unidos, haber llegado a la instancia de publicación significa un importante reconocimiento y un aval al trabajo que viene realizando y por el cual procura y persigue como objetivo sea una herramienta más para mejorar la calidad de vida de las personas Down.
En una comunicación mantenida con Puntal, la joven científica manifestó su satisfacción por este logro y dijo que ello la incentiva y refuerza su compromiso para con la investigación.
“Desde siempre me gustó la investigación y con la idea de que mi aporte ayude a mejorar la calidad de vida de otras personas”, dijo Paula.
La joven oriunda de Berrotarán terminó el secundario en esta localidad cordobesa en el año 2007, y al siguiente comenzó la carrera de Licenciatura en Química en la UNC.
“En mayo de 2013 me recibí como licenciada y en septiembre de ese mismo año comencé la carrera de doctora en la especialización de Inmunología. Fue en ese momento que inicié mi trabajo de tesis”, puntualizó.
En el camino por determinar el tema a abordar en su trabajo final y de averiguar en varios laboratorios, conoció a quien ella considera su mentora, la doctora Mariana Maccioni. “Ella ya tenía un financiamiento del Foncit (Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica) que lo que principalmente hace es dar un financiamiento para desarrollar proyectos e investigaciones para el desarrollo de nuevos conocimientos científicos, tecnológicos e innovadores”, detalló Paula.
Camino recorrido
Tras acceder a una beca comienza su doctorado y posteriormente para culminarlo obtiene otra del Conicet.
“Quise comenzar mi doctorado con ella (Maccioni) porque me apasionaba el tema de la investigación que principalmente era inmunología tumoral. Estudiábamos cómo el sistema inmune, que es nuestro principal mecanismo de defensa para infecciones, podía promover o prevenir el desarrollo del cáncer”.
Fue así que estudió diferentes tipos tumorales y cómo diferentes tratamientos podían mejorar el funcionamiento de las células para eliminar los tumores.
En 2016, Paula participó en un congreso de cáncer, en el que expuso su trabajo. En un auditorio colmado por científicos e investigadores, su ponencia atrajo la atención del doctor Joaquín Espinosa, un investigador argentino que trabaja en el exterior. “Se acercó y vino a preguntarme más en profundidad de qué se trataba mi trabajo, porque en realidad justo estaba estudiando diferentes proteínas en las cuales él estaba interesado y estaba creando un nuevo grupo de investigación para estudiar el síndrome de Down”.
Así, Paula viajó a Estados Unidos para sumarse al equipo de trabajo del doctor Espinosa. La indagación científica puso foco en las personas con síndrome de Down. “Uno de los aspectos más intrigantes que nos llamó la atención es que la presencia de estas tres copias del cromosoma 21 va a causar un espectro alterado de enfermedades en la población con el síndrome. Estos individuos están protegidos de desarrollar algunas enfermedades, como pueden ser los tumores sólidos o cáncer, pero sí tienen mayor predisposición de desarrollar otras patologías como el Alzheimer”, explicó Araya.
Este importante hallazgo genera esperanzas para mejorar la calidad de vida de las personas Down; “pero además ayudaría a poder determinar qué tipo de tratamientos o cuáles son las proteínas o moléculas que se pueden tratar en la típica población para poder comenzar a prevenir el desarrollo del cáncer”, agregó.
La publicación de la investigación implica no sólo un reconocimiento de sus pares, sino que da un aval al trabajo liderado por esta joven química argentina.
Nuevos desafíos
En abril del corriente año Paula se recibió de doctora en Ciencias Químicas e hizo una carrera posdoctoral con el fin de seguir indagando sobre el síndrome de Down. “Básicamente siento que estaría ayudando a estas personas a mejorar la calidad de vida. El haber podido llegar a esta instancia en mi carrera científica se siente que estoy cada vez más cerca de ayudar a estas personas”, precisó.
Paula sigue trabajando en el laboratorio de la Universidad de Colorado: “No trabajo sola, somos un grupo de investigación integrado por 15 personas, con el doctor Joaquín Espinosa”.
Apasionada por su labor, ahora su nuevo proyecto es tratar de descifrar e investigar por qué las personas Down desarrollan Alzheimer.
La vida de la profesional cordobesa hoy se desarrolla en Denver, donde vive junto a su esposo José Luis Gherbi.
Por último, y consultada si en Argentina están dadas las condiciones para que científicos como ella lleven adelante trabajos de gran envergadura como el que encaró, expresó: “Sí totalmente. Creo que los argentinos tenemos una gran capacidad, no sólo por el conocimiento, sino que debido a lo difícil que es por ahí acceder a los recursos que necesitás para poder avanzar nos volvemos más creativos e ingeniosos. En el instituto donde yo hice mi doctorado está lleno de investigadores brillantes”, finalizó.