Percepciones de los varones sobre el acoso callejero hacia las mujeres

El Instituto de Género y Promoción de la Igualdad del Defensor del Pueblo de la Provincia de Córdoba realizó una investigación a través de un sondeo de opinión, respecto a las percepciones de los varones de la ciudad de Córdoba sobre algunas expresiones de violencia de género que viven las mujeres en los espacios públicos. A tal fin se encuestó a más de 400 varones mayores de 18 años y los datos obtenidos reflejan algunas percepciones predominantes relación a la problemática del acoso callejero.

Esta investigación pone de relieve la relación entre estas percepciones, los estereotipos de género y su vinculación con la naturalización y la reproducción de la problemática de acoso callejero que viven las mujeres por ser mujeres.

Percepciones sobre el acoso callejero

El acoso callejero suele interpretarse como cortesía, una broma, o «sólo» una molestia trivial, cuando en realidad constituye una limitación a la libre circulación y movilidad de las mujeres en los espacios públicos; en este sentido constituye una expresión más de la violencia de género y, por tanto, un obstáculo para el genuino ejercicio de derechos y la accesibilidad a la ciudad.

Cuando se consultó a los varones si es algo natural del hombre decir piropos vulgares a las mujeres en la calle, el 60,9% de los encuestados consideran que “no es natural” de los hombres hacer comentarios de este tipo, mientras que un 37,4% considera que “sí lo es”. Los datos permiten interpretar que no se trata de una práctica natural sino en todo caso naturalizada, es decir responde a internalizaciones sociales y culturales que no se cuestionan.

Piropos 1

También se buscó conocer la percepción que tienen los varones acerca de la recepción por parte de las mujeres, de expresiones referidas a su apariencia física en la vía pública. Un 38,4% considera que “les gusta o les sube la autoestima”, mientras que un 59,2% dice que “no les gusta”.

Piropos 2

Más del 50% de los encuestados consideran que la manera de vestir de las mujeres es un factor, entre otros, que motiva el acoso que ellas viven en la vía pública. El 26,9% opina que esto directamente “influye” y un 31,3% expresa que ello “a veces influye. Esto refleja una idea de culpabilización a las mujeres y se les atribuye la responsabilidad de ser víctimas de estas vulneraciones, a la vez que implícitamente los varones se autoexcluyen de la responsabilidad de tales prácticas.

Esta mirada de “culpabilización” hacia las mujeres es una expresión más de la condena social por no responder a los mandatos de género, en este caso de mujer, por no vestirse de tal o cual forma, por andar sola, por ser provocativa, es decir: por elegir vestirse como le gusta, por ser autónoma y autosuficiente.

Piropo 3

Cuando se consultó a los varones acerca de su opinión sobre la presencia de acoso callejero a mujeres en compañía de un hombre, más del 80% de la población encuestada manifestó que las mujeres vivirían menos acoso callejero si salieran acompañadas por un hombre.

piropo 4

Entre las razones que se enunciaron como predominantes en las opiniones de los encuestados, aparece la idea de que “el hombre es protector/defensor y la mujer sola es indefensa” (38,6%), en segundo lugar “por temor a represalias de otro hombre” (29,6%) y en tercer lugar “por respeto a otro hombre” (24,7%). Estas valoraciones revelan la presencia de estereotipos de género vinculados a la idea de varón protector, jefe, peleador, garante del sustento y el cuidado de la vida de la mujer, a la vez que se considera al espacio público como un lugar inseguro para ellas, salvo en compañía de “hombres que las protejan”.

piropo 5

Se consultó a los varones sobre los motivos por los cuales ellos consideran que las mujeres reciben tocamientos, apoyos o manoseos en el transporte público. Más del 15% legitima esta conducta debido a factores como “la mujer provoca esa situación” (6,9%) o “falta de espacio en el colectivo” (11%). Un 74,8% de los encuestados refieren a que quienes ejecutan esas conductas son “desubicados o aprovechadores”, es decir que colocan al varón como principal responsable de esa situación. Aun cuando estas prácticas debieran ser repudiables y reprochables, las respuestas obtenidas enuncian razones que hacen lugar a estas situaciones: la forma de ser de quien lo hace, las condiciones del espacio, la provocación de la mujer. Ninguna razón justifica la violencia ni la vulneración de los cuerpos de las mujeres.

piropo 6

Además, los datos del informe confirman que las generaciones más jóvenes son las que menos justifican el acoso callejero vinculado a la manera de vestir de las mujeres y las que más conocimientos tienen de las campañas para su prevención.