Alumnos residentes del IPET N°255 aún no iniciaron las clases por obras inconclusas

Noventa alumnos que concurren al Ipet Nº 255 de esta ciudad y que provienen de la región aún no han podido iniciar las clases debido a que no están terminadas las obras de cocina y en el albergue, de las 26 habitaciones, 15 tienen problemas por filtraciones de agua.

La situación es harto conocida por las autoridades provinciales, pero según la dirección del colegio las respuestas no llegan. Lo insólito del caso es que este flamante edificio fue la última obra inaugurada por el gobernador José Manuel de la Sota un día antes de terminar su mandato, pero la obra está inconclusa. Resta terminar la cocina, de la cual sólo están las paredes, falta mobiliario y revestimiento. Debido a ello resulta imposible brindar el servicio de alimento a los chicos de la región, y fue por disposición de la dirección de Enseñanza Técnica del Ministerio de Educación que estos 90 alumnos no comiencen sus clases.

“Ya pasó una semana y comenzó otra sin novedades. Por ahora estos chicos no pueden venir a clases porque no tienen dónde quedarse”, se lamentó el director Jorge Fiezzi.

La situación preocupa de sobremanera porque no se sabe cuánto tiempo más se extenderá, y desde el colegio temen que ello genere una deserción de estudiantes que decidan irse a otros establecimientos. “Los padres de los alumnos están desesperados, temen que sus hijos pierdan el año. Llaman todos los días a cada momento y a cada hora”, puntualizaron desde la institución.

Al colegio acuden jóvenes de una amplia región, y en la residencia viven chicos de Ucacha,  Chazón, Pascanas, La Cesira, Arias, Viamonte, Los Cisnes, Olmos, Pueblo Italiano, entre otras localidades.

“Después de que inauguraron la escuela, el 9 de diciembre, a los pocos días vinieron las fiestas, luego de éstas la empresa se retiró por falta de pago y no terminó la obra”, señaló Fiezzi.

Sobre las tareas inconclusas detalló la instalación completa de la cocina. No sólo el recinto, sino todos los artefactos. “Resta además la conexión en ese lugar de todos los servicios como el agua, el gas, la electricidad y todos los artefactos. Falta el revestimiento con azulejos. Y el comedor que está  contiguo al espacio cocina que han hecho tiene techo de chapas y se llueve”, relató el director. Al tiempo que dijo que fue personal a inspeccionar pero que no dio solución alguna.
En cuanto al albergue, y aunque finalizado, de las 26 habitaciones en 15 hay filtraciones de agua por los techos.

Ante este panorama, desde el Ministerio se dispuso que estos 90 alumnos no concurran a clases hasta tanto se encuentre una salida. A fines del año pasado, y frente a una situación igual, la Provincia había contratado un servicio de viandas privadas para asegurar el alimento a los chicos, pero este año -según dijo el director- se les informó que no hay recursos económicos para afrontar tal gasto.

Temen perder alumnos

“Estamos esperando desde la superioridad qué va a ocurrir con estos chicos. Además tenemos un riesgo muy grande de pérdida de alumnos porque los de primer año que no están viniendo van a terminar yéndose a otras escuelas”, se lamentó Fiezzi.

Insistió que esta situación fue comunicada al Ministerio de Obras Públicas el pasado 23 enero y por escrito. A fines de ese mes y en una visita del gabinete a Río Cuarto, el legislador departamental Matías Viola se entrevistó con el ministro y comunicaron la situación. “Por la misma fecha también se envió una nota por el área de atención al ciudadano para que “se abocaran de inmediato a las obras”.

Posteriormente el gobernador Juan Schiaretti estuvo en La Carlota, “fuimos a hablar con él, nos dijo que todo estaba en buenas manos y que ya largaba, pero no pasó nada”, recordó.

Por último, el director precisó que todo el colegio carece de servicio de gas, por lo que con la llegada del frío no tendrán calefacción en aulas, ni en el albergue y demás reparticiones.

Padres apuntan a la provincia

Padres de los estudiantes del Ipet Nº 255 que aún no pudieron iniciar el ciclo lectivo, apuntaron a la Provincia por las obras inconclusas y reclamaron urgentes respuestas ya que temen que sus hijos pierdan el año.

“El año pasado como era tiempo de elecciones vinieron, pintaron todo por arriba, quedó todo muy bonito; después vino De la Sota a inaugurar la nueva escuela, pero al día siguiente se olvidaron de todo. Se fueron los obreros y quedó la obra sin terminar. No hay cocina, los chicos no tienen gas ni en el internado ni en ninguna otra parte. Esto es lamentable”, se quejó Alicia Gastaldi, madre de dos alumnos de La Cesira que concurren al Ipet 255.

“Ya pasaron casi 15 días de clases y mis hijos no pueden concurrir.  Estamos a 100 kilómetros de distancia, es imposible ir y venir todos los días. Y así como los míos hay un montón”, sostuvo la mujer, madre de dos estudiantes que cursan el quinto y sexto año en el colegio carlotense. Consultada respecto de si esta situación hizo que analizara la posibilidad de enviar a los chicos a otro establecimiento, explicó: “En mi pueblo hay un secundario, pero nada que ver con el Ipet, allá el nivel es muy bueno y los chicos ya salen con una especialización. No quiero que dejen”, dijo Alicia a PUNTAL.

La mamá apuntó al gobierno provincial por no cumplir con lo prometido y precisó que “sólo se ocuparon cuando era tiempo de elecciones. Después hablan de inaugurar más escuelas,  cómo lo van a hacer si no terminan las que ya hicieron”.

“Qué ejemplo les estamos dando”

Roberto Bonatti es de Pascanas y su hijo está en el tercer año del secundario en La Carlota, pero aún no tuvo un solo día de clases.

“Yo tengo un hijo, hace 3 años, cuando comenzó, nos encontramos con un cartel muy lindo que decía que la obra iba a estar lista en 365 días. Tres años después mi hijo se encuentra con la escuela sin terminar y sin poder iniciar un ciclo lectivo normalmente”, se lamentó Bonatti, quien es egresado del Ipet.

“Ahora nos encontramos con que ni la cocina ni el comedor están terminados. Cuando fuimos en diciembre parecía que todo estaba listo, hasta vinieron a inaugurar. Pero lo hicieron con la obra inconclusa”. Este papá dijo sentirse mal ya que guarda entrañables recuerdos de la institución, de sus directivos y docentes. “Yo egresé y estoy muy conforme con mi formación, por eso la elegí para mi hijo. Lo que me parece es que hay una gran falta de respeto para los chicos, los padres, los docentes. Aún inconclusa vinieron a inaugurarla con bombos y platillos y a los pocos días todo se abandonó”, puntualizó.

Su hijo espera todavía reencontrase con sus compañeros de curso, pero la falta de cocina posterga ese encuentro. “No tienen cómo cocinar, y eso no es nada, los dormitorios -que son nuevos- ya tienen humedad, se llueven. Es una desidia”, insistió Bonatti. Por último, este padre se lamentó del mensaje que están recibiendo los estudiantes que ven que las promesas no se cumplen.
“Ellos están formando su pensamiento y este tipo de acciones realmente es penoso que las tengan que vivir”.

Cinco años de promesas

Para Luciano Dichiara este es su último año del secundario, pero aún no ha podido comenzar las clases. Es oriundo de Alejandro y su hermano debía ingresar a primer año. Ambos  esperan un llamado para volver al internado y a clases.

“Todavía no pude concurrir. Estamos acá esperando”, señaló el adolescente, quien recuerda que cuando ingresó a primer año le anunciaron que iban a tener nuevo edificio. “Nos dijeron que cuando empezaran a tumbar la parte vieja el plazo hasta terminar el nuevo edificio era de un año. Yo estaba en primer año, y ahora estoy en sexto y todavía está inconcluso”, agregó.