Orlando Nano Cremonezzi “Esto fue algo terrible”. Su relato.

“Primero entraron a la casa del bambino, saltaron un paredón al lado de la veterinaria y por ahí han entrado. Nosotros tenemos seguridad y rejas por todos lados pero esa noche luego de volver del clásico Gladys había dejado la puerta del patio abierta. Entonces primero entraron del bambino, cuando lo despertaron le pegaron con una cachiporra que lo dejaron medio dormido y le siguieron dando, el bambino es grande para dominarlo, la Gladys se levantó a los gritos y también le pegaron puñetazos. Los estuvieron martirizando dos horas a los chicos allá”.

“Nosotros estábamos con mi señora en mi casa, y como te digo el bambino en la suya, pero estuvieron dos horas primero en la casa de él, y entre las 03.30 y las 03.45 de la madrugada fue cuando el bambino le dijo que nosotros vivíamos acá al lado, el no quería largar prenda…”

“A nosotros nos sorprendió con mi señora porque estábamos durmiendo, a mi me pegaron de costado con un revólver que me rompió toda la cabeza y ahí nomás me dio otra, me dijo no te muevas más viejo porque te quemo, te meto un plomo, me metieron el revólver por la boca hasta la garganta y después me empujaba la tráquea con el revólver y me volvió a pegar con la cachiporra, yo estaba bañado en sangre, la Amanda gritaba y yo no la podía hacer callar, pero la persona que estaba con ella era de mejor trato que el violento que estaba conmigo, el tipo estaba enloquecido. Me hizo dar vuelta abajo y nos ató con doble precinto, pero muy ajustado, me adormecían las manos, a cada rato me pegaba con la cachiporra sobre los hombros y en los riñones…”

“Me dijeron si no me decís donde está la llave de la caja fuerte te matamos a tu hijo y a tu nuera que los tenemos bien guardaditos allá al frente. Luego la Amanda quiso ir al baño, la acompañaron y la tiraron en una cama de otro dormitorio que tenemos, fueron y la trajeron a la Gladys y la tiraron en la cama esa. Después le íbamos a dar la llave, me metieron el revólver en la boca, en la sien, me amenazaron con que me iban a matar, al bambino también; lo traen al bambino se lo tiraron ahí delante de la Amanda, tenían picanas eléctricas para ponerlos en los testículos y apuntando con  un revólver…”

“La llave estaba ahí y como los tipos alumbraban con esas linternas chiquitas, el haz de luz no te deja ver la cara, nosotros no habíamos visto el rostro. Nos dimos cuenta que agarraban las armas de puño con bolsas de nylon, pero no de goma. Entonces el bambino le pidió por favor “vieja decile donde está la llave” y la Amanda le dice “pero si la llave está ahí arriba de la mesa”. Con todo eso eran como las cuatro de la mañana…”

“Después sentimos que abrieron el negocio, la llave de la caja fuerte estaba arriba de la caja, abrieron y se llevaron todo lo que tenían, los recuerdos de toda la familia, de los abuelos y el ahorro de toda nuestra vida… Pero podemos contarlo…”

¿Esta gente ingresó sabiendo dónde lo hacían?

Yo creo que sí, porque cuando el bambino estaba dormido en la cama lo sacudían para que se despertara y le decían…bambino, bambino despertate…bambino despertate…hasta que el bambino se sentó en la cama y ahí le pegaron con la cachiporra, por lo tanto ¿cómo sabían el nombre?

Nuestro núcleo familiar, amigos y los que trabajan en casa son de una profunda confianza, nos defienden más que nosotros mismos, de ellos no desconfiamos nunca, jamás. Además no se nos cruzó en ningún momento eso…Por otra parte la caja es segura, el problema son los tipos que te ponen un arma en la cabeza.

Ellos calcularon que teníamos una caja, pero en ningún momento nos hablaron de dinero. “Danos la llave de la caja fuerte que queremos ver lo que tenés…nada más…”

¿Pensás que esto te ocurrió a vos o le pudo haber ocurrido a otra persona?

No, no porque no cualquiera tiene una caja fuerte de éstas. Nosotros tenemos resguardada la caja pero alguien la vio. Nosotros siempre pagamos a proveedores al contado nunca pagamos con cheque.

Entonces se llevaron todo el dinero que teníamos para trabajar en el negocio y después todo los recuerdos que tenía la Amanda ahí”.

¿Seguían trabajando en armería ustedes?

No, nosotros no trabajábamos más, sólo se llevaron un revolvito viejo que yo tenía en la mesita de luz que me lo encontraron… Todavía me ligue un cachiporrazo porque tenía un revólver en la mesa de luz…dijeron “mirá el viejo, el plomero que tiene”…me pegaban con la cachiporra que era como una goma de surtidor corta que habrá tenido 40 o 30 centímetros, con eso me pegaron en todos lados… casi me mataron viejo…

Con ese vocabulario era gente que estaba metido en la cosa

Sí, me dicen…mirá a mí no me cuesta un carajo meterte un corcho y dejarte acá muerto como un perro…qué carajo me importa, total tengo a tu hijo, tu señora y tu nuera para que me digan dónde está la llave de la caja…había uno solo que era violento, uno la trató muy bien a la Amanda…”

Detalles

Estaban muy bien vestidos, como chicos cambiados para ir a dar una vuelta al centro y perfumados… nosotros estábamos todos boca abajo y con precinto puesto, con las piernas cruzadas que no te dejaban mover, te acalambrabas únicamente.

Salieron por el frente de la casa la puerta que da sobre la calle Eduardo Fernández, dejaron todo abierto y tiraron la llave de la caja fuerte arriba de un sillón.

Pedido de auxilio

Pasaron unos minutos, Gladys dice ya que no había nadie nos damos cuenta que se habían ido. Nosotros tenemos un portón eléctrico, ella fue mordiendo el control remoto y se abrió el portón, salió arrastrándose y comenzó a pedir auxilio y llegaron los vecinos.