A cargo de la especialista en adultos mayores, Isolina Dabove, comenzó el curso sobre «Derechos Humanos en la Vejez», organizado por el Espacio Arturo Illia.
«La vejez no es un concepto cronológico y univoco. Es un proceso complejo, biológico, histórico y cultural. Hay distintas ´vejeces´. Estamos en un mundo nuevo de envejecimiento global», advirtió la especialista Isolina Dabove en el primer encuentro de la capacitación «Derechos humanos en la vejez: herramientas y desafíos», que se realizó el jueves y viernes pasado en el espacio Arturo Illia de la Caja de Jubilaciones de Córdoba. El curso es organizado por la institución en el marco del Día de la Toma de Conciencia sobre el Abuso y Maltrato en la Vejez.
“Es la primera vez que una Caja de Jubilaciones hace una capacitación de estas características. Institucionalmente, este es un hito”, destacó Dabove, integrante de la Unidad de Investigación sobre Derecho de la Vejez de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNC y doctorada en la temática por la Universidad de Madrid.
El primer encuentro del evento giró en torno a profundizar acerca de los derechos vigentes de las personas mayores y los mecanismos jurídicos de protección. “La vejez no es sinónimo de enfermedad. Ser una persona mayor significa ser una persona capaz”, dijo Dabove.
Remarcó, también, el hecho de que vivimos en una paradoja: la de desear vivir muchos años, haberlo logrado con avances científicos pero luego no saber qué hacer con ello. «Entonces huimos, buscamos mecanismos de defensa, de negación contra la vejez. No queremos vernos en ese viejo. Y no se trata de defendernos sino de asumirnos», explicó la especialista de origen rosarino, y agregó: «Ser viejo no es ser niño. Somos capaces, tenemos autonomía y autodeterminación».
«La marginación en la vejez resulta un hecho imposible de ignorar», puntualizó Dabove quien se refirió a la «nueva era biotecnológica», al paso de la «nada computacional a lo sobre computacional» y al problema en la vejez de la aceleración, que produce un nuevo lenguaje y una sobreexigencia de adaptación a un mundo «tecnologizado» al cual los adultos mayores pertenecen pero en el que no han nacido. Esto requiere mecanismos de adaptación que no todos los cuerpos psíquicos o físicos están preparados para afrontar.
A su vez, Dabove explicó que hay un mensaje simbólico fruto de un criterio utilitarista que atenta a la vejez: “que la tecnología es descartable y trasladamos esto a las personas físicas”.
Para la especialista el verdadero problema es cómo pensamos a la vejez: «La vejez es una cualidad, un adjetivo calificativo que asignamos por lo que hay que pensar qué sentido nos incorpora». Además, enfatizó: «El ´viejismo´ – discriminación negativa -, nos abre la necesidad de ver al derecho con los ojos bien abiertos. La vejez plantea hoy un viejo problema de justicia: lograr la igualdad en la desigualdad».
De esta manera, se inauguró esta instancia de formación, a la que asistieron profesionales de la gerontología, periodistas interesados en formarse en los nuevos paradigmas de la vejez, personal de la Caja de Jubilaciones, profesores y organizaciones relacionadas al trabajo con adultos mayores. En total son ocho encuentros, de dos días de duración cada uno, que se llevarán a cabo hasta diciembre en la sede del Espacio Socio Cultural y Recreativo Arturo Illia, ubicado en la avenida General Paz 539.