El 21 de marzo de 1960, la policía sudafricana abrió fuego de manera indiscriminada contra una manifestación pacífica en contra del apartheid que tenía lugar en el municipio de Sharpeville. Aquella lamentable acción tuvo un fatal desenlace: murieron 69 personas negras -varias de ellas mujeres y niños- y 180 más resultaron heridas.
La matanza de Sharpeville supuso un punto de inflexión en la lucha contra el racismo, hasta el punto de que la fecha del acontecimiento fue elegida al poco tiempo por la ONU para instaurar el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial, cuyas reivindicaciones siguen aún vigentes en nuestros días.
Millones de personas en todo el mundo son víctimas de la exclusión y la pobreza por culpa de su origen étnico o causas relacionadas con la orientación sexual, la tenencia de alguna discapacidad, la creencia religiosa o incluso el género.
El reto es acabar con la discriminación, un objetivo en el que se antoja necesario el trabajo constante de todos los colectivos de la sociedad, especialmente los que tienen la responsabilidad de legislar para una mejor convivencia.