Un día antes de conocerse la noticia del Vaticano, un grupo de jóvenes del Seminario “Jesús Buen Pastor” arribó a la capilla tras peregrinar 207 kilómetros por las sierras pidiendo por las vocaciones sacerdotales
Entre las particularidades de esta peregrinación, se destaca que cruzaron a pie las sierras de Comechingones. Ascendieron por Las Caleras y Berrotarán y el descenso se produjo en la Villa de Merlo (San Luis). Luego, bordearon caminando la falda de las sierras, por Luyaba, Las Chacras, La Paz, Quebracho Ladeado, Las Tapias, San Javier, Villa de las Rosas, Nono y Mina Clavero.
«Estar aquí, frente al monumento al cura Brochero, es una alegría inmensa», dijo José María, uno de los seminaristas que peregrinó junto con sus formadores.
El jueves, los medios se hicieron eco de la buena noticia, que tuvo fuerte impacto en quienes realizaron la peregrinación. El propio obispo de la Diócesis de Río Cuarto, Eduardo Eliseo Martín, tuvo la oportunidad de celebrar el miércoles una misa en el templo parroquial de la Villa del Tránsito.
Destacó el prelado el esfuerzo puesto por los seminaristas en el recorrido.
Ayer, en esta comunidad como en toda la provincia se celebró la noticia difundida por el Vaticano, que tendrá su corolario con el acto de beatificación que se realizará en septiembre de 2013.
“Será toda una gracia para el pueblo, que hace muchos años viene esperando esta noticia”, dijeron a PUNTAL un grupo de servidores que colaboran en el Santuario de la Villa del Tránsito.
La historia de Brochero
Su nacimiento se produjo en los aledaños de Santa Rosa de Río Primero (Córdoba) el 16 de marzo de 1840. Era el cuarto de diez hermanos, que vivían de las tareas rurales de su padre. Creció en el seno de una familia de profunda vida cristiana. Dos de sus hermanas fueron religiosas del Huerto.
Siendo Prefecto de Estudios del Seminario Mayor, obtuvo el título de Maestro en Filosofía, otorgado por la Universidad de Córdoba. La historia de este sacerdote da cuenta de que un día fue trasladado desde Córdoba al Valle de Traslasierra.
A fines de 1869 asumió el extenso Curato de San Alberto de 4.336 kilómetros cuadrados, con poco más de 10.000 habitantes que vivían en lugares distantes sin caminos y sin escuelas, incomunicados por las Sierras Grandes de más de 2.000 metros de altura. Allí se evidenció la inmortal obra de este sacerdote, quien entre otras cosas construyó caminos y una gigantesca casa de ejercicios, realizó multitudinarias reuniones con los paisanos del lugar, incluso con algunos personajes que estaban fuera de los límites de la ley, como el gaucho Santos Guayama.
Hay anécdotas por cientos de este cura cordobés. Su vida de pastor no sabía de pausas y más de una vez vadeó ríos serranos crecidos para ir a otorgar la extremaunción a algún feligrés de su parroquia antes de morir.
Se destaca su amistad con Miguel Juárez Celman, amigo de la juventud, con quien se reunió muchas veces y hasta con el mismo presidente de la Nación Hipólito Yrigoyen, cuando la necesidad de contar con el ferrocarril era una de las metas más soñadas para Traslasierra.
Con sus feligreses construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos. Solicitó ante las autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza en que se encuentran.
Murió leproso y ciego el 26 de enero de 1914.
La causa
En marzo de 2009 el arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, abrió el proceso
que analizó un presunto milagro atribuido a la intercesión del cura Brochero.
En el actual año 2012 la Iglesia argentina está de fiesta: el cura Brochero será beatificado gracias al milagro que le atribuyó una junta médica del Vaticano. La Iglesia argentina celebra este avance en la causa de beatificación, ya que se espera poder nombrarlo pronto patrono de los sacerdotes.